Se dice que cada vez que una mujer está lista para contraer matrimonio tiene que encender una vela, quemar las rosas blancas junto con la foto del novio, hacer un círculo alrededor de ellos con las cenizas y recitar los dos juntos sus votos de amor, para que la maldición de la novia no caiga sobre él, porque es la novia quien sufrirá el peor de los castigos.
Cuenta la leyenda que una muchachita de largos cabellos rojos como el fuego, escapaba todas las noches por la ventana de su habitación para poder encontrarse con su amado, quien la esperaba siempre con una rosa blanca entre sus manos gastadas de tanto trabajar sus tierras, pues era un joven campesino de una humilde pero honrada familia.
Una día el padre de la joven le dijo que se tenía que casar con el hijo de un amigo, porque el negocio no estaba yendo muy bien y lo único que los podía seguir manteniendo en la alta sociedad era su boda. La joven muchacha se negó rotundamente, alegando que ella ya tenía un amado y que no le importaba quedar pobre, se encerró en su habitación por largas horas, no comió puesto que en lo único en lo que podía pensar era en como escapar con su amado.
La noche cayó, y la muchachita salió por la ventana, fue hacia donde su amado y al llegar le contó lo sucedido, le dijo que si quería seguir con ella lo mejor era casase y huir esa misma noche.
El joven acepto pues la amaba con todo el corazón. Sin embargo jamás se imagino que al amarla con locura su fin estaba más cerca de lo que creía, pues el padre de la joven envío a alguien para seguir y saber el paradero del campesino.
La chica sin saber el plan que su padre tenía preparado para su enamorado, regreso a su casa, entro por la ventana con mucha cautela, saco su maleta y comenzó a empacar lo necesario y al terminar saco su maleta por la ventana. Cuando ella estaba por salir su madre entro a su habitación y con una mirada triste pero con una sonrisa sincera le entregó una bolsa con comida y su vestido de novia, la muchacha con lágrimas en los ojos abrazó por última vez a su madre y se marchó.
Al llegar a dónde su amado se hallaba, toda gota de felicidad fue sustituida por la más profunda tristeza, pues su joven campesino se encontraba tirado boca arriba con una herida muy profunda en su cuello que le provocó la muerte.
La muchacha desolada y destrozada se puso el vestido de novia, se sentó al filo del acantilado y con su amado a su lado sin vida recito lo que sería su voto. Le dió un último beso, tomo su mano fría y con una sonrisa amarga se prometió que ninguna novia tendrían un final feliz igual que ella, pues cambiaría el alma amorosa de sus amados por una llena de odio volviendolos violentos, amargados y posesivos por el resto de sus vidas hasta que la muerte de uno de ellos los separé.“Prometo hacer de tu vida un infierno, matándote poco a poco hasta que la muerte de alguno de nosostros nos separe”.
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La maldición de la novia
Horror"Lo único que quiero es volver a ver a mi amado, pero al no poder hacerlo tú tampoco lo harás"