je te laisserai des mots ; jaedo

[ clin d'oeil ] ; 58

A penas Doyoung abrió la puerta de su hogar, se acongojó porque ya estaba acostumbrado a que Tempête le recibiera allí acostada en el suelo y sentir su falta era una autentica mierda. Sin embargo, una parte de aquella tristeza fue reemplazada cuando Jaehyun tocó su hombro como ya lo había hecho antes y lo apretó con dulzura mientras le impulsaba a seguir adelante.

Pero toda su calma se fue al caño cuando encontró los papeles que usaba para las cartas encima de la mesa. Inmediatamente se lanzó hacia allí esperando que Jaehyun no hubiera visto más de lo necesario.

Para su suerte, parecía que no porque el hombre se había dirigido al pequeño sofá que tenía al otro lado del apartamento. Era un sofá viejo color café con flores negras que Jinsoul le había ayudado a llevar cuando vendieron la casa de sus padres. Era el único mueble que le cabía en la pequeña sala-comedor aparte de la mesa en la que estaba encima que solo era para una persona y estaba pegada muy cerca a la cocina en donde tenía un pequeño banco para sentarse.

Aunque el apartamento era del mismo tamaño que el de Jaehyun, se veía totalmente distinto, como el de un universitario solitario y sin dinero.

Algunas veces extrañaba su hogar de verdad, pero aquel lugar solo estaba en sus recuerdos. Ya no existía ni volvería, desgraciadamente, a existir.

«me hubiera gustado saber en qué estabas pensando para que tus ojos se aguaran y brillaran de esa forma.»

—¿Por dónde comenzamos? —Preguntó Jaehyun en cambio devolviéndolo a la realidad.

—Esto no va a caber en tu casa y menos con tu piano.

Jaehyun levantó los hombros restándole importancia.

—Vamos a hacer que quepa, ya verás.

Su vecino se arremangó su camisa antes de mirarlo y guiñarle un ojo sonriente.

Aquello fue suficiente para atacar su pobre corazón y brindarle un poco de esperanza en medio de la neblina de tristeza que le impedía ver más allá.

58. CLIN D'OEIL