X

2.1K 97 13
                                    

La cena transcurrió en risas y platicas interminables. Louis y Liam hablaron de su estancia en California, de nuevo Lou mencionó lo mucho que odiaba el sol de allá, tres años y nunca terminó por acostumbrarse al clima.

Todos reíamos con las tonterías que nos contaban respecto a su estancia en América; comenzando con el cambio de horario durante los primeros días. Lou me abrazaba frecuentemente, e incluso hubo un momento en que tanto mamá como Karen bromearon, diciendo que parecíamos novios reencontrándose después de permanecer separados durante tanto tiempo.

También, me percaté de cómo Liam ya no era tan odioso… se podría decir que la conversación con él fue divertida y amena; pero claro, no puedo adelantar conclusiones, ya que ésta podría considerarse una reunión familiar, es obvio que él no me trataría de cierto “modo”, en presencia de sus padres, o mi madre.

Tres años… ¿Cómo es que las personas pueden cambiar tanto en tres años? Jamás me detuve a pensar en cómo yo pude cambiar, tanto física como mentalmente. Supongo que nadie se percata de esos detalles a medida que transcurre el tiempo.

Las horas transcurrieron rápidamente, y ambas familias dimos por finalizada la celebración ya que el restaurante estaba a punto de cerrar. Alrededor de las once y media de la noche, todos nos encontrábamos afuera, riendo de alguna de las bromas hechas por Louis.

-Gracias por esta encantadora noche –sonríe cariñosamente la tía Karen- si fuera por mí, seguiría con la celebración, pero los adultos tenemos cosas que hacer mañana, ¿no es así Jay?

-¡Ni que lo digas Karen! ¡Ya no me le recuerdes por favor!

-De cualquier modo, tenemos la ventaja de ser vecinas –ambas rieron, disfrutando de su “estado feliz”, producto de los diversos mojitos ingeridos durante la celebración.

-Creo que extrañaba ver a mamá ebria –murmura un Lou realmente divertido; me limito a asentir correspondiendo con una sonrisa.

-Pero te extrañaba más a ti, ¿lo sabías? –ésta vez apoya su mentón en mi hombro, envolviendo sus brazos a mis costados–. Estás más flaquita, ¿no me digas que eres ésa clase de adolescente que deja de comer pensando que está gorda?

-Eres un bobo, Lou. No soy anoréxica, si eso es lo que estás preguntando.

-Sí, parecen novios –Liam afirma posicionando ambas manos en los bolsillos de sus pantalones de mezclilla. Me toma unos cuantos segundos dejar de apreciar la forma en que estos amoldan a la perfección sus largas piernas.

-Pues tengo una novia hermosa –bromea Lou afianzando fuertemente su abrazo-. ¿O no?

        Liam observa a Lou, para después posar sus ojos en mí, como si estuviese pensando realmente en lo que Lou ha dicho… Sé que ha sido en broma; sin embargo, la mirada de Liam continúa fija en mí, absorto en sus pensamientos.

-Ni tanto –finaliza brevemente.

¿Ni tanto? Si ése fue el intento de un cumplido, no lo logró. Aunque mis expectativas no son del todo altas, tratándose de él.

-¿Ni tanto, Payne? Probablemente estés algo ciego. El vuelo te dejó un poco tonto.

-Déjalo Lou. Liam masa amorfa Payne, sigue siendo el mismo niño bobo que se fue a California, tres años atrás.

-Chicos, ya nos tenemos que ir –anuncia mamá a lo lejos interrumpiendo el pequeño intercambio de cumplidos post-cena.

Minutos después, cada familia partía en un auto, dando por finalizada la celebración. Era bastante cómico que cada quién partiera en un auto, dado que nos dirigíamos al mismo sitio. Dejé de darle importancia a algo tan trivial, lo importante es que Lou al fin ha vuelto.

El ¿Odioso?... Amigo de mi hermano. (Liam Payne).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora