Hoy

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Hoy es día de tu boda...

Todo comenzó según lo planeado. Tú estabas vestido y listo para esperar a Yui en el altar. Yo como tú padrino y mejor amigo te acompañaba, aun cuando me sentía de una manera miserable, te mostré mi mejor sonrisa. Tú me miraste y logré ver qué sobre toda esa felicidad que irradiabas, algo de tristeza se asomaba. Vi la hora y puse mi mano en tu hombro para tranquilizarte. Supuse que tú temor era que algo saliera mal.

- No tienes nada de que preocúpate, Yui llegará a tiempo - le dije para tranquilizarlo.

- ¿Eso crees? - tu voz se escuchó quebrada.

- ¡Claro que lo hará! - y sintiendo como ácido en mi boca.

Sin decir más, partimos a la iglesia. Ahí estaban los invitados, los del equipo de voleibol de Karasuno. Nos acercamos al altar y me puse atrás de ti esperando a la entrada de la novia. Mi mente no pudo evitar divagar con tal de no pensar en mí roto corazón.

Así que me puse a pensar en el pasado. Pero en todas mis memorias siempre estabas tú. Aún recordaba perfectamente cómo me sentí el día que te conocí. Fue en nuestro primer año de preparatoria, en el club de voleibol. Mi corazón latió al verte. Creí que era mi imaginación y lo ignore.

Conforme pasaron los días te fui conociendo más y más, fue cuando me percate que algo me sucedía cuando estaba contigo. Note pequeñas cosas, cómo cuando te mordías los labios al ver a los sempais desmoronarse cuando perdíamos. También note tu esfuerzo por conseguir ayuda para el equipo y trajiste a Kiyoko.

Me sentía molestó con la cercanía que tenías con nuestra Mánager. Te sonrojabas cuando ella te preguntaba cosas, Kiyoko era demasiado bella. Primero pensé que mi molestia era porque también me gustaba ella, pero cuando vi que una nueva miembro del equipo femenino de voleibol te buscaba para platicar fue que me di cuenta que quien me gustaba eras tú.

Pero fue también mi primer descalabro. Era obvio que tú solo me verías como un amigo. Así que me decidí a ser tu mejor amigo. Desde ese día estábamos siempre juntos. Superamos muchas cosas. Lloramos juntos. Reímos también. Luego, en nuestro tercer año, cuando el dúo monstruoso se unió, ya me había acostumbrado a ocultar mis sentimientos.

Pero también fue en ese año cuando fue más evidente que "ella" sentía más que amistad por ti. Pero aun así no intervine. Ella no tenía el valor para decirte lo que sentía y tú eras bastante despistado para darte cuenta. Ella era una cobarde y eso era bueno para mí. Así que estaba tranquilo.

- Deberías decirle - me dijo Asahi un día después del entrenamiento.

- Vamos Asahi, - me reí en su cara - sabes que si hago eso no podré seguir a su lado.

- Eso no lo sabrás hasta que lo intentes - y rascándose un poco la mejilla - no creo que le seas indiferente del todo.

- No digas algo que altere mi corazón - le di una sonrisa forzada pero me fui temprano y ese día no te espere Daichi.

Fue el mayor error de mi vida... Yui te espero y por fin tuvo el valor de declararse y para mí gran pena, tú aceptaste sus sentimientos. Ella tuvo el valor, ella no era una cobarde, el cobarde era yo.

Recuerdo cómo al día siguiente me lo contaste con una sonrisa en tu rostro. Así que te felicité, te felicité aun cuando lo único que quería era llorar. Desde ese día ella no se separó de ti, a excepción cuando estábamos en entrenamientos. En esos momentos parecía que nada había cambiado entre los dos, era muy feliz. Pero cuando los de tercero nos retiramos del equipo te volviste a distanciar de mí. Ella era todo para ti. Era tu mundo. Así paso el tiempo y llegamos a la universidad.

El Día Que Mi Corazón Dejó De Latir (Daichi x Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora