Un amor peligroso

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La noche estaba cayendo y Erizo estaba a punto de tener su examen de bruja. Sin embargo, su amor por Max parecía que la perjudicaría en el examen, por lo que tuvo que confesarle de una vez por todas su amor a Max

Bueno, ehm... Lamento lo de tu nariz

Nah, ya empezaba a gustarme. Tal vez la deje así

-No!, tu primera nariz es mas linda. La verdad, lo que quiero... es... ¡¡que me vuelvo loca cuando estoy cerca de ti!!. Es como si mis brazos se hicieran fideos, siento mariposas en el estómago... y... me salen corazones en los ojos- Dijo Erizo, para acto seguido, pestañear los ojos y mostrar corazones en ellos

Woow, los veo. Parece que es doloroso

-Lo es- Erizo tomó aire - ¡Tú me gustas mucho, Max!- Exclamó

-¡¿Queee?!- Dijo Oscar, quién estaba escuchando todo dentro de su burbuja anti gripal

-Woow... Yo siento... exactamente lo mismo- 

-E... En serio?- Dijo Erizo, aún nerviosa, muestras empezaba a sonrojarse


-Si...- Respondió Max igual de sonrojado. Ambos se acercaron y se besaron

-Vaya Erizo, que suerte tienes... Ojala yo hubiera tenido esa misma suerte- Dijo Betsy, observando de lejos a la pareja mientras sostenía una foto de ella con su ex pareja

-No puedo creerlo, ¿¡Erizo y Max se gustaban todo este tiempo!? Jaja, ya quiero decírselo a mi mami- Dijo Oscar, sin saber lo que le depararía al futuro con su amistad con Erizo


Todo parecía ir de maravilla para esta pareja, sin embargo, no de podía decir lo mismo por la amistad de Oscar y Erizo. Con el pasar de las semanas, Erizo se fue distanciando de Oscar, pues ahora la pasaba mas con Max. Algunas veces, en los días de sus pijamadas, Erizo iba a la cabaña de Max y se la pasaban viendo películas toda la noche, dejando a Oscar esperando. Al principio, él no le tomo importancia, hasta que empezó a hacerse más frecuente. A pesar de que aún se veían, no era con la misma frecuencia de antes

Entonces, llegó el fin del verano y los campistas debían volver a casa

-Adiós, Max, estas semanas contigo fueron las mejores de mi vida- dijo Erizo, con lágrimas en los ojos

-Lo mismo digo, Erizo. Espero que algún día podamos volver a vernos. Te escribiré con frecuencia- dijo Max, para acto seguido, darse un último beso de despedida

Oscar prefirió despedirse de los demás campistas antes que oír la conversación entre Erizo y Max. Oscar pasó de Max y ni siquiera se despidió de él, aunque alcanzó a ver de reojo como ambos se daban una nota, pero Oscar no le tomó importancia. Dicho papel tenía la dirección y el número del otro

Semanas después de haber vuelto del campamento, Erizo no dejaba de pensar en Max. Cada día hablaban por teléfono diciéndose lo mucho que se extrañaban el uno al otro. Hasta que un día, Erizo tuvo la idea de hablar con sus padres para mudarse donde vive Max. Ella no le gustaba hablar con ellos sobre su relación con Max, pues pareciese que no aprobaran su relación con el chico murciélago

Era una noche lluviosa y Erizo y su familia estaban cenando. Había un gran silencio en el comedor, hasta que Erizo rompió el silencio

-Papá... Mamá... Quería preguntarles algo- le dijo la Erizo toda nerviosa

-Bien, pregunta- dijo su padre, Jim, mientras comía

Un Amor Peligroso (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora