Capitulo 64

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Lara.

–Hoy es viernes Lara, así que no te pierdas. Que quiero irme de farra contigo. - dijo Anastasia mientras arreglaba su cuarto.

Raramente no me menciono nada de lo de Jeremi. Tampoco esperaba que me lo contara. No quería saber nada de él.

Tenía que salir con Santiago, no sabía ni porque había aceptado si podía ir yo sola y llevar su carro.

Me hizo una mala jugada y al final era yo quien tenía que pagar lo de su carro.

¿Y MI MOTO? Bien gracias.

Equis, pensé. Ya después lo haría pagar de alguna forma.

Esperaba que Anastasia no me preguntara nada de donde iba. Me puse mi ropa de siempre y cuando mi reloj marco las 2:59 en punto, baje.

No sabía que buscaba Santiago con todo esto, ya era lo suficiente incomodo todo entre nosotros. Estudiábamos juntos, éramos vecinos, trabajaríamos en el mismo lugar. Y cuanto aún más me alejaba de él. La vida me regresaba al mismo lugar.

Me pare un rato a fumar un cigarro de inmediato. En el estacionamiento estaba aparcado el carro de Santiago. Llevaba tres días sin verlo estacionado aquí. No vi a Santiago todavía por ningún lado, no me quedaría plantada aquí esperando a que llegara. Me monte en la moto.

Entonces llego un Range Rover y se estaciono en frente, la puerta se abrió y el bajo de ahí.

¿Cuántos carros tendría el arrogante este?

–Que arrogante eres. - le dije, mientras tiraba el cigarro al suelo y lo pisaba.

–No soy arrogante. ¿No te gusta? Es uno de los carros de mi colección. - el sonrió como si fuera su orgullo.

–No me importa tu colección de carros o cuantos carros tienes. - voltee mis ojos.

–Entonces yo iré en la moto y me sigues en el carro. - Me senté de inmediato

–Espera. Si hay que dejar el carro. cómo nos iremos después? - pregunto él.

–Te vendrás aquí conmigo. - le dije mientras le daba golpecitos al asiento de mi moto.

–No. Prefiero que te lleves mi Ragen Rover y yo me llevo el Mercedes Benz y te sigo donde quiera que vayamos. Y después nos regresamos con el Ragen Rover.

Me negaba a esa idea.

–Qué problema tienes con montarte conmigo en la moto? - le pregunte.

–Ninguno patito feo. - Santiago tenía una camisa azul que resaltaba el color de sus ojos. Se había rebajado la barba. Se había arreglado para salir... conmigo?

¿Que intentaba?

–Acaso te sientes que hiero tu hombría por ser yo quien manejé mientras tú vas sentado conmigo atrás? - le pregunté, vi como su ceja se levantó. Me causaba risa que tuviera ese pensamiento retrógrado.

Él se río, como si se fuera recordado de algo que le causaba risa. Hasta que pensé que se estaba riendo de mí.

–Te estas riendo de mí?.- le pregunte.

–No. Se nota que no me conoces con ese comentario sobre mi hombría fenómeno. Hagamos lo que te dije. - dijo.

Nos retamos un rato con la mirada, pero ya estaba cansada para comenzar una pelea aquí.

–Vamos pues, dame la llave. - dije. Me dio la llave de su Range Rover.

Me monté, sentí como el carro me quedaba un poco grande. Hace tiempo que no manejaba. En Londres, mi padre tenía todo tipo de carros, era yo quien los manejaba.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora