Capítulo 8- El árbol

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Suena el piar de las aves.
Nuestro protagonista se despierta con lentitud. Se pone una chaqueta roja con un pantalón azul y zapatillas del mismo color.
No sabía que hacer ese día, pero salió y desayunó lentamente.
De pronto, Arkana siente que le jalan la mano y lo llevan a un cuarto.
Desconocido: Shhhh
Arkana: ¿Acuano?
Acuano: *susurrando* Sí, pero cállate. Te mostraré algo.
Arkana: Uh. Interesante.
Acuano: Mejor de lo que crees.
Salieron del templo del fuego, a su izquierda Arkana vió como reconstruían la ciudad Daxio. Pero solo la pudo observar durante unos segundos hasta que se metieron a un bosque cercano.
Arkana: ¿A dónde me estás llevando?, podría ser peligroso.
Acuano: Solo ven. Será divertido.
Arkana: No me fío Acuano
Y de pronto llegaron a un árbol que estaba encima de una pequeña colina.
Acuano: ¡Voilà!
Arkana: No le veo nada interesante a ese árbol.
Acuano: Espera a que anochezca y verás.
Arkana: ¡Y porque me trajiste a esta hora!
Acuano: Ni idea. No podía aguantar el secreto.
Arkana: ¿Y nadie conoce este árbol?
Acuano: No estoy seguro.
Arkana: Bueno, tu si quieres quédate. Yo me voy y vuelvo en la noche.
Acuano: Como digas.
Arkana: Nos vemos.
Arkana se devolvió hacia el templo y decidió dar un pequeño paseo en una de las explanadas que rodeaban a dicho lugar.
Ansgar: Hola.
Arkana: Ah. Estás aquí.
Ansgar: Pues sí, estaba conversando con unos chicos de tierra.
Arkana: ¡Anda! Con que eres de tierra.
Ansgar: La verdad es que mi madre es de tierra y padre es de fuego.
Arkana: Muy interesante la verdad.
Desconocido: ¡Ey, Ansgar!
Ansgar: ¡Dime!
Desconozco: ¡Ven con nosotros!
Ansgar: Bueno... Arkana otro día hablamos.
Arkana: Pero...
Ansgar ya se había ido antes que Arkana pudiera decir algo. Aburrido, el chico se fue al mar donde vió algunos elementales de agua nadando y compitiendo entre ellos.
Cuando se acercó notó un destello por el rabillo de su ojo derecho, casi invisible. El elemental de hielo giró y observó a lo lejos casi imperceptible, el pico de una isla de hielo.
Arkana: ¿Qué?
Pero lo dejó pasar, otro día la "investigaría".
El sol llamado Luciente se ocultaba entre las grandes colinas que rodeaban el monumental templo.
Arkana: *pensando* Al parecer debo volver al árbol como dijo Acuano.
Y corrió por los campos de césped mientras anochecía hacia su destino: el dichoso árbol. Mientras llegaba vió a Skydrin ocultándose entre el follaje de las plantas.
Cuando llegó a su destino vió un árbol casi completamente diferente, con sus flores brillantes como la luz de las lunas, Croisen y Grifisov.
La chica estaba sentada en las ramas del árbol, Arkana nunca había visto un mejor lugar para disfrutar la brisa y el anochecer. Escaló por las raíces y el tronco hasta llegar a la altura de la elemental de aire.
Arkana: ¿Qué haces aquí Skydrin?
Skydrin: ¿Qué haces aquí Arkana?
Acuano: *llegando* ¿Qué hace Skydrin acá?
Skydrin: Yo conocía al árbol desde hace un mes. Es genial.
Acuano: Nosotros desde hace un día.
Arkana: ._.
Y escuchan a una chica llegar. Los tres se quedan en silencio hasta que aparezca, y cuando lo hace...
La chica se sorprende al ver a otros 3 elementales en ese que supuestamente era su árbol. Arkana se cayó del susto al notar que era de fuego, con suerte se sujetó de una rama de la volvió a subir.
Chica: Ey, no muerdo. Ya sé que eres de hielo. No hago daño, no me gusta hacer daño. Este árbol me relaja. Por cierto, me llamo Helenis.
Arkana: ¡Como la flor de fuego!
Helenis: Veo que te han enseñado bien.
Arkana: Gracias. Por cierto me llamo Arkana.
Skydrin: Yo me llamo Skydrin
Acuano: Y yo Acuano. :)
Y la chica subió al árbol con los otros 3 chicos.
Y se escucha la onomatopeya de un animal *tick tick tick tick tick*.
Skydrin: ¿¡Qué es ese sonido!?
Helenis: Es un Sekiro, no hacen daño.
A Skydrin le sorprendió tanto la tranquilidad de la elemental de fuego que se bajó de las ramas y se acercó a la criatura.
Los Sekiros se parecer a ciempies de la Tierra, pero de 30 centímetros de alto y 40 de ancho. Tiene una cola que sirve como carnada y atrae-presas. Es omnívoro pero prefiere la carne. Pero continuemos con la historia.
El Sekiro se acercaba lentamente a Skydrin. No parecía nada amigable, Skydrin titubeó al seguir avanzando.
Helenis: ¡Skydrin, cuidado! ¡Ese está en su estado salvaje!
Pero la criatura se acercaba muy rápidamente, Skydrin deslizó un pie al costado. Cuando el Sekiro se abalanzo con sus pinzas hacia la chica, esta creó una ráfaga de aire que impactó a su atacante y dicho animal cayó al suelo a varios metros de distancia. Movió sus patas y desapareció detrás del frondoso follaje.
Helenis: *sorprendida* ¡C- Cómo hiciste eso!
Skydrin:*sonriendo* Buenos reflejos diría yo.
Helenis: ¡Genial!
Y cuando anocheció completamente, los 4 se dirigieron hacia el templo del fuego. Cuando Acuano y Skydrin se fueron, Arkana le preguntó a Helenis.
Arkana: Helenis, ¿cómo sabías que soy de hielo?
Helenis: Jeje, te ví durante el atentado. Ey *dandole un codazo en el brazo* yo también soy buena en la espada.
Arkana: Interesante
Y los elementales se dirigieron hacia sus dormitorios. Nunca antes el chico había visto tanta gente en el templo.
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Arkana: ¡Buenas(os) días/tardes/noches lectores!
Hoy les saludo porque este día se cumple un mes de mi historia. Mi creador se siente muy agradecido con el apoyo de ustedes. A fecha de hoy somos 336 leídos y 32 estrellas. Con todo el esfuerzo y dedicación hemos logrado llegar a donde estamos ahora. Me siento agradecido con los lectores que me leen y están pendientes a mi historia (y a los que no lo están pero igual la leen).
De todas maneras, me tengo que ir. Tengo que continuar con la historia.

Espero que les haya gustado el mensaje de Arkana, ¡el autor se despide!

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