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La puntualidad no era una de las virtudes de Cameron, él lo conocía perfectamente por lo que para causar presión y cumplir con la hora acordada con Elián, Raziel se presentó una hora antes en hogar del moreno

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La puntualidad no era una de las virtudes de Cameron, él lo conocía perfectamente por lo que para causar presión y cumplir con la hora acordada con Elián, Raziel se presentó una hora antes en hogar del moreno. El profesor Adam lo recibió con calidez aunque se le notaba el disgusto por incitar a su hijo en pleno martes por la noche a salir.

Adam sabía que Cameron era lo suficientemente grande y maduro como para entender las consecuencias de ir de fiesta. No faltaría a clases al día siguiente, no llegaría alcoholizado ni mucho menos después de las dos de la mañana. El moreno estaba de acuerdo con las condiciones de su padre, él podía salir con sus amigos pero eso no significaba que evitaría sus obligaciones como estudiante y, todavía, menor de edad.

Volviendo con los jovencitos, Raziel estaba recostado sobre la cama de su amigo mientras que este terminaba de decidir qué prendas usar.

—    ¿A dónde iremos? —Cameron preguntó al mirarlo. Raziel quitó la mirada de su celular para dirigirse a él.

—    Dijo que era una fiesta. —Con eso el moreno volvió a meditar su vestuario, tomando finalmente una playera negra holgada con rayas blancas y encima una chamarra de mezclilla azul.

—    ¿Tienes alguna idea de dónde será?

—    Nah. —Cameron se terminó de arreglar con una ligera risa.

—    Bueno, ya estoy. —Raziel bostezó dejando de usar su teléfono para sentarse en la orilla de la cama.

—    ¿Y si ya no vamos?

—    Te mato. —El moreno amenazo provocando una sonrisa en su amigo.

—    Entonces vámonos antes de que me duerma. —Raziel se dio el lujo de estirarse, el chico se acercó a la ventana bostezando una vez más sintiendo en esa ocasión la briza nocturna.

El jovencito se recargó contra el filo de esta, mirando desinteresadamente a la calle.

—    ¿Por qué no invitaste a Kae? —Cameron aprovechó para informarse, su amigo creó una mueca, no quería hablar de eso porque tampoco lo sabía.

—    No creí que le darían permiso. —Intentó justificarse de la forma más rápida y real posible.

—    Ajá. —El moreno dejó su colonia sobre su cajonera. Reviso llevar consigo el celular y cartera. — Vamos. —Cameron se encamino a la salida de su cuarto, Raziel lo imitó tan pronto lo vio actuar.

Ambos chicos salían de la casa de los Rosello cuando notaron la presencia de un grupo sentados sobre la acera de enfrente, tres adultos y una jovencita comían helado. Cameron sonrió, era una escena graciosa si lo pensabas bien.

—    ¡Ya me voy! —Gritó el moreno para avisar a su padre quien se levantó caminando a ellos para despedirse. Al tener la atención de la mayoría, Cameron meneó su mano despidiéndose de Arleth, la madre de Trevor y el padre de Elián.

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