Parte unica

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Jungkook.

"Abrir las  alas atento al cielo, sentir el viento, volar muy alto y caer despacio".

Aún siento el fuego quemándome la piel, el ardor bajándome por la garganta incapacitándome para hablar, aún puedo sentir el temblor de mis piernas  haciéndolas gelatina en segundos.  Cuando le miré por primera vez; cuando supe que mi vida iba a cambiar completamente.

¿Has sentido alguna vez esa emoción? ¿Esa ilusión, la esperanza de  que sin importar nada ni nadie, tu vida cambiará gracias a una sola persona?
Así me sentí el día que lo vi por vez primera; no esperaba algo como eso. ¿A caso soy demasiado bueno como para recibir un regalo así?  No podía asimilar  el hecho de contemplar ese pequeño ángel que sonreía como si nada malo pudiera pasar.

Kim Taehyung...

Poco común, sí, pero incluso me atrevía a decir que eso lo hacía único.  ¿Y como no llamarle de ese modo si nadie podía compararse con él? Era mi perdición, desde el primer instante lo supe y nunca hice nada para evitarlo.

Yo tenía doce años la primera vez que lo vi. Había quedado de ir a casa de Jin después de  clases para trabajar en el proyecto final de ciencias sociales que nos habían encargado; y yo estaba encantado.

Jin y yo éramos amigos desde  que iniciamos la escuela primaria y esa iba a ser la primera vez que visitaría su casa, estaba emocionado, pero a la vez nervioso.
¿Has  experimentado esa sensación de náuseas como cuando estas por pedir la mano de tu novia a sus padres?
Me sentía así, o al menos era la descripción que me gustaba emplear  en dicho momento. 

Jin era una buena persona, y su familia era muy amable, no quería desencajar  olímpicamente tan pronto llegara. Yo no había vivido en un lecho de flores y me preocupaba no ser lo suficiente ante los ojos de su familia. No quería perder su amistad por nada del mundo, y menos después de haber conocido a Taehyung.

— ¡Jungkook , pasa! — la voz de mi amigo me recibió en el umbral de la puerta mientras  una sonrisa se  asomaba en sus labios. Asentí a modo de saludo y me adentré en la casa.

Estaba llena de  cuadros en las paredes, con pintura lila en éstas que le daban un toque dulce y tranquilo, había una mesita  al fondo en lo que supuse era la sala de estar. Mi amigo cerró la puerta  unos segundos después y me invitó a  sentarme en el sofá frente a la mesita.

—Tu casa es muy bonita.— musité algo cohibido mientras miraba hacia todos lados, los cuadros con fotos de quienes seguramente eran su familia.

—Oh, gracias. A mí madre le gusta mucho decorar. Creo que hemos cambiado de modelo como cinco veces desde que nos mudamos. — dijo él.

La siguiente media hora nos dedicamos a buscar información para hacer el trabajo escrito de ciencias; estaba hambriento y tenía mucha sed, pero la verdad me daba mucha vergüenza  decirle a Jin, no me sentía del todo cómodo. Me sentía como un arrimado o algo parecido. Jin y su familia tenían dinero, y yo... no tenía dinero para comprar un par de tenis nuevo para la clase de deportes, y tenía que usar los que tenían agujeros por todos lados. Era deprimente.

— ¡Jin, estoy en casa, cariño! — se escuchó la voz de  una mujer desde la puerta. El nombrado se puso de pie musitando un 'es mi mamá' y yo le imité y me puse de pie. Antes de  cualquier cosa, se escuchó como alguien bajaba por las escaleras rápidamente  hacia la puerta y se colgaba de la pierna de la mujer. — ¡Oh, cielo! ¿Qué sucede?

—Mami, me duede  da cadeza. — soltó la vocecita de el pequeño niñito que estaba en brazos de la mujer en ese momento.

—Ah, él es mi hermanito Taehyung. Tiene ocho minutos años y está enfermo de la gripe. — me explicó mi amigo, con una sonrisa. Le devolví el gesto mientras le señora Kim se encaminaba hacia nosotros  con el niño en brazos.

LA ESTRELLA MÁS BRILLANTE [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora