• La Mascara Del Orgullo • RUBEGETTA • [En Pausa Y Edición]

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Narra Rubius:

Todo el ambiente realmente era demasiado tenso.

Akira inconciente en el piso de alado del sofa, Samuel jadeando en la esquina de la habitación, y yo, todo nervioso sin saber que hacer con una alfa inconsciente y un supuesto alfa, que ya ni se que es aparte.

— A~alfa~.— Escuche gemir a Samuel.

— Y si... ¿Es un Omega?. —

Mi oso se encontraba deseoso, algo que nunca había visto de el, pero, sabía que tenía que actuar, ya sea por el bien de Samuel, Akira o incluso el mío, ya que aquel olor muy fuerte de feromonas, me podía hacer entrar en celo, aunque ya hubiera tomado mi supresor.

— ¿R~ruben?~. — Maldición, no sabía dónde estaban sus supresores.

Me tocaría llamar a alguno de sus amigos, ya que nosotros teníamos los números de sus conocidos por si le pasaba algo, pero teníamos prohibido hablarles para otra cosa fuera de eso.

— Samuel, ¿Estas bien?. — Me acerque poco.

— Es qué eres tontisimo chaval... —

Regaño mi oso a lo que yo lo ignore.

— D~duele, d~duele todo~. — Movía sus manos desesperados.

— ¿¡Que te duele!?. — Pregunte un poco cansado de la situación, si seguíamos así, íbamos a durar mucho más de lo que esperaba.

— Ser Omega... Duele ser Omega!.  — Con poca fuerza me empujó para atrás. — Vete...  — Se puso contra la esquina de la oficina.

Que alguien me de la paciencia que me esta haciendo falta ahora mismo.

Agarre a Akira y salí de ahí sin decir o mencionar palabra alguna, cerrando la puerta delicadamente.

Ya afuera, inspeccione que no hubiera alguien en el pasillo, salí corriendo a la velocidad de la luz a la Sala, pues ahí estaba el directorio de los números.

Abrí el libro, viendo toda la cantidad de números, dándome cuenta de que realmente eran muy pocos.

Ví los principales:

Fargana: (Número al azar).
Chinorex: (Número al azar).
Luzufer: (Número al azar).
Staxx: (Número borrado).

Opté por marcarle a Luzu, pues era el más unido a el, se podía ver por las pocas visitas que tenían, ya que todos ellos tenían empresas importantes, no se podían ver cuando ellos querían, pues todos tenían muchas cosas que hacer por ende verse era casi imposible.

Agarre mi celular, para empezar a teclear el número en el, viendo como en la pantalla aparecía la palabra:

“Marcando.”

Escuche como agarraban el celular para coger la llamada.

???:
Buenos días, ¿Qué se le ofrece?.

Rubius:
Buenas, ¿Puedo hablar con el señor Luzu? .

Aunque no lo pareciera, en ese momento estaba realmente nervioso, ya sea por el simple caso de que pudiera, o por otra razón que no quisiera saber ahora mismo.