Capítulo 1. Esto es magia.

6.8K 282 46
                                    




Esto es magia, lo sabes, nunca dejes de creer en ella.

           

La familia Lancaster es una familia normal, una madre, un padre y tres hijos. Viven en Londres, poseen la gracia de tener una fortuna que cualquiera desearía. El señor David Lancaster, es nada más y nada menos que el Primer Ministro del Reino Unido, un hombre de cuarenta años, alto, fornido, ojos celestes y cabello castaño rojizo, un perfecto ejemplo del Primer Ministro.  La señora Katherine Lancaster es parte del Parlamento de Londres, es una mujer hermosa, antes de trabajar en el Parlamento fue Reina de Belleza, Katherine justifica ese premio, es alta, pelirroja, de ojos azul turquesa. Katherine y David se conocieron precisamente en el Parlamento, se casaron después de un tiempo de salir juntos y unos años después tuvieron a su primera hija, Josephine, quien adquirió la gracia de su madre, pelirroja pero con los ojos celestes de su padre, dos años después Elizabeth llegó a la familia, ella tenía el cabello castaño rojizo y los ojos color celeste, muy parecida a David. Tras cinco años, Annia llegó a sus vidas, no era lo que esperaban en realidad, su cabello era rubio y tenía los ojos café oscuro, no se parecía mucho a ninguno de la familia.

–¡John me invitó al baile de graduación!– gritó emocionada Josephine.

–Sigo sin creerlo– comentó Elizabeth –Jo, vas a ir con el chico más atractivo del colegio–

–¡Lo sé, Lizzie!– exclamó encantada la pelirroja.

–¿Qué tiene de especial?– preguntó la pequeña de diez años.

–Annia, cuando crezcas lo vas a entender– dijo Jo –ahora estás muy pequeña para saber lo mágico que es el amor– sonrió de oreja a oreja.

–Sí, mejor ve a dormir– dijo Lizzie.

–No quiero, aún no tengo sueño– dijo la niña.

–Bueno, entonces vete a tu cuarto y no nos molestes– dijo Jo, Annia frunció el ceño y le enseñó la lengua a su hermana.

–¡Eres una tonta!– bramó Annia, Jo puso los ojos en blanco.

–Annia, yo estoy a cargo y digo que debes irte a dormir– dijo su hermana.

–¡No quiero!–

–¡Ya vete, Annia!– dijo Lizzie –esto es una plática de mayores–

–¡Ya soy mayor!– chilló Annia –¡en una semana cumpliré once años!– sus hermanas se burlaron de ella.

–Eso no es ser grande, ahora ve a dormir antes de que termines con mi paciencia– dijo Jo mirándola amenazante.

–O antes de que mamá y papá se arrepientan de haberte adoptado– dijo Lizzie riendo junto con Jo.

–¡LAS ODIO!– gritó y los vidrios de los portarretratos se quebraron, Jo y Lizzie se quedaron boquiabiertas.

–Mira lo que hiciste... – dijo la castaña.

–¡Yo no lo hice!– Annia miró a sus hermanas.

–Bueno, tal vez no pero mamá y papá pensarán que sí– Jo sonrió de lado, Annia les mostró la lengua y salió corriendo hacia su cuarto. Se acostó en su cama y comenzó a llorar, toda su vida la habían tratado mal, le decían que era adoptada, que nadie la quería y ella ya no quería vivir así, sus papás tampoco le hacían mucho caso, su atención se centraba en Josephine y Elizabeth, a Annia la dejaban a un lado en todo. A la mañana siguiente una carta había llegado, estaba en un sobre color hueso, no parecía una carta como las que le llegan a sus padres,  Annia siempre revisaba el correo así que la encontró y leyó lo que decía:

FEARLESS (Draco Malfoy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora