Capítulo 24

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Albus no era la persona más certera del mundo, ni mucho menos conocía todos los hechos y secretos del universo, pero sí aprendió a leer a Scorpius con facilidad

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Albus no era la persona más certera del mundo, ni mucho menos conocía todos los hechos y secretos del universo, pero sí aprendió a leer a Scorpius con facilidad.

No supo cómo fue que comenzó, pero pronto ambos se fusionaron en uno y lograron mantenerse en sintonía: entonces, tan pronto comenzó el visible debate mental que su novio estaba manteniendo, no pudo evitar preocuparse.

Lo primero que cruzó su mente fue la inseguridad. Quizá Scorpius comenzaba a notar lo aburrido que era estar con Albus, qué tan monótona era su vida, y había decidido que quería dejarlo todo. En su mente, Scorpius no sabia cómo decirle que ya no le gustaba sin dañarlo tanto, razón por la cual se encerraba en sí mismo y respondía que estaba bien cuando Albus preguntaba sobre ello.

Sin embargo, se dijo momentos después, no todo giraba a su alrededor. Estaba siendo un poco egoísta al pensar que se trataba de él, a pesar de que la seguridad no lo abandonó; Scorpius podía estar lidiando con problemas o sentimientos internos que no quería compartir con él. Estaba bien, por mucho que su mente se revolviera con terror e intentara decirle lo contrario.

¿Debería de insistir?, ¿Las parejas se contaban todos sus problemas?

Albus, claro, no quería solucionarle la vida, solo asegurarse de que estaba bien. Pero no entendía nada sobre cómo ser el novio de alguien o de leer a las personas, ¿Y si Scorpius solo quería espacio?

Además, había comenzado a actuar extraño.

Subitamente, decidió que quería ser un buen alumno y comenzó a acompañarlo a la bibliotexa, aunque la mayor parte de las veces no podía concentrarse y terminaban besándose detrás de los estantes. Quizá creía que Albus estaba distante, con la locura de los examenes, y quería pasar tiempo con él.

Nuevamente, no tenía idea. Entonces, decidió consultar un especialista.

James lo recibió con una sonrisa, indicándole un asiento apartado en la Sala Común de Gryffindor, donde algunos ya miraban con mala cara la corbata verde de Albus.

--Toma asiento en la guarida del señor James, estaré contigo en un segundo.

--No tengo tiempo para juegos--Albus dijo, aunque sonreía, viendo a su hermano fingir profesionalidad.

--El amor es un juego, querido.

--Estoy a punto de irme.

--Bien, bien, seriedad, entiendo--revolvió el pelo de Albus y alzó las manos con inocencia al verlo quejarse--. Pero, ¿Te das cuenta de que soy asexual y lo último que puedo darte son consejos sexuales, verdad?

Albus se sonrojo intensamente, oyendolo reír. Hizo una mueca de asco, aunque, internamente, pensó que no le vendría mal, antes de sacudir la cabeza.

--No necesito tus consejos sexuales--le aseguró.

--Ay, miren al inocente Albus, ya es todo un experto.

Moהotoהía (SCORBUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora