Prologo

20 2 0
                                    

La mariposa se ciñe en la hoja.
Y la miro. Aferrándose a ella como si
esas patitas no fueran a romperse en
medio del agua.

Su pobre jardín me da lastima.

Mi Colilla de cigarro cae sobre la tierra húmeda y Elías me mira desde las escaleras esperando a que haga algo.

—Llévatelo—El paraguas rosa chillante se recarga apacible en la pared, me da asco solo pensar que tengo que tocarlo y limpiarle el moho.

—Llévatelo tu.—Mi voz suena gangosa y me dan ganas de reírme, mi nariz esta congestionada.

La tormenta se acerca.

—No te quedarás mucho, que quede claro eso ¿De acuerdo ?—No me convence mucho la idea pero regreso desde el caminito de piedras
con las botas manchadas.

Su morada siempre será ese espacio congelado en el tiempo.

—Las cortinas de tu casa están cerradas, y el clima no es una excusa, ¿A que le tienes miedo?

—¿Te caliente?
Asentí, buena idea.
Quiero creer que aún queda tiempo.

Nos sentamos en las mecedoras de madera , la lluvia cae sobre el porche delantero, el cielo es negro y la única luz que se ven son los rayos.

Es tan espeluznante que me pregunto como es que se forman las tormentas, como aveces parece que quieren romper el mundo y como el mundo se rehusa a romperse.

—Dime , ¿Qué quieres Francely?
—Puede esperar.





No me sorprende verlo en el mismo sitio de hace años, tampoco el haberlo encontrado en el inicio.

—Tiempo es lo que nos falta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 30, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Paranoia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora