"¡Sáquenos de aqui!"

8.La Santa Misa 1/2

--¿Qué es lo que las almas del Purgatorio más le piden?

--La santa misa. La mayoria de las veces asistir a misa y que se celebren  misas; pero también rezar el rosario, rezar el Via crucis y otras oraciones.

--¿Por qué misas, en lugar de alguna otra cosa?

--Porque en cada misa se da la renovación de los sufrimientos de Jesús y su muerte en la cruz. En cada misa, una vez más, Jesús reza por nosotros y con nosotros, y se ofrece al Padre por nosotros. El padre Pío, que frecuentemente sufría la pasión de Jesús durante la misa, dijo que el mundo podría existir más facilmente sin el sol que sin la santa misa. Esta afirmación debería darnos mucho de que pensar y también es, en mi opinión, profética. Al asistir a misa nos unimos a Jesús para salvar al mundo de la destrucción, y al ir a Jesús nos salvamos a nosotros mismos. La misa es la mayor de todas las oraciones, el más maravilloso de todos los actos a escala mundial, y por otro lado, es tan misteriosa, pequeña y humilde. Al celebrar misas por las almas del Purgatorio las ayudamos en formas infinitas que entenderemos realmente una vez en el Cielo cuando estemos tosos juntos y con Jesús.

--¿Todas las misas a las que asistimos o que mandamos celebrar por las almas del Purgatorio las ayudan de la misma forma?

--No. Depende de cuánto el alma amó la misa y si fue cristina a lo largo de su vida, la manera en que ayudará la misa al alma por quiense ofrece. Sin embargo, si el alma no fue cristiana en vida y por lo tanto no sabía nada al respecto, asistir a misa la ayudará mucho más aún.

--¿Las misas a las que asistimos o que mandamos celebrar por una persona viva ayudan de igual forma que las que mandamos a celebrar por un alma del Purgatorio?

--No. Asistir a misa o pedir celebrar una misa por un persona viva la ayuda mucho más que hacerlo después.

--¿Por qué?

--Porque aquí todavia podemos recibir gracias y no así cuando ya estamos en el Purgatorio. Y también, porque aquí entre nosotros, la misa ayuda mucho para proteger a esa persona de algún peligro.

--¿Existe alguna prueba física de que Jesús se haga presente realmente en la Eucaristía consagrada?

--Por supuesto. Hay mucho para leer acerca de milagroa eucarísticos a los largo de la historia de la Iglesia. Sólo como ejemplo, Teresa Neumann de Konnersreuth se alimentó únicamente de la Sagrada Eucaristía y de agua por unos treinta y seis años, y aún asi aumentaba también de peso a medida que envejecia. Y hoy en dia existe una mujer que en algún lugar en el norte de Francia que se ha estado alimentando solamente de la Hostia consagrada desde hace cincuenta o sesenta años, y hace poco, su obispo la hizo encerrar en un cuarto de hospital por dos semanas para que fuera examinada. La mujer salió igual de saludable que antes de entrar. El obispo solamentr hacía su deber al insistir en que fuera examinada y la mujer hizo su deber al ser obediente. Jesús permite milagros de este tipo para mostrarle a la humanidad que verdaderamente Él es el Pan de Vida. También puede leer acerca del milagro de Lanciano, en Italia, donde hace ya varios siglos una Hostia se convirtió en un pedazo de carne y sangre durante las palabras de la consagración. La Hostia fue examinada recién en la década de 1970, y resultó tratarse de una parte de músculo fresco del corazón humano.
Pero uno de los milagros eucarísticos favoritos para mí ocurrió en Langewiese, Alemania, luego de que algunas hostias hubieran sido robadas de una iglesia. El ladrón, a pesar de ser cristiano, se había dejado sobornar por un monto pequeño de dinero para retirar las hostias y entregárselas a otras personas para que pudieran blasfemarlas. Cuando las estaban blasfemando, las hostias repentinamente comenzaron a sangrar. La sorpresa de quienes estaban allí participando y el miedo a la justicia terrena hizo que las envolvieran rápidamente en un trapo y las enterraran en el bosque cerca del pueblo de Langewiese. Al poco tiempo, un aristócrata polaco pasaba por el camino cercano a estos bosques en un carruaje tirado por cuatro caballos, cuando de repente los caballos frenaron abruptamente y se inclinaron hasta ponerse de rodillas. Por más que los hombres se esforzaron, no pudieron lograr que los caballos siguieran el camino. ¡Ni siquiera con latigazos lograban levantarlos! Fue entonces cuando el aristócrata comenzó a mirar los alrededores y encontró el lino que contenía las hostias sangrantes. La noticia se extendió rapidamente por toda la región, y el párroco de Langewiese organizó una procesión hasta el lugar, retiró las hostias del suelo y las devolvió a la parroquia, mientras hacia sonar las campanas. Con el correr de los siglos ha habido miles de pruebas de que Jesús se encuentra físicamente en la Hostia consagrada, y Lanciano es justamente una de las más famosas.