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Advertencia Contenido sexual
Reí mientras oía las anécdotas que el rubio sentado frente a mi estaba contando. Había pasado un largo tiempo desde que no veía a Chris, gracias a las grabaciones de sus películas, y realmente estaba disfrutando mucho nuestro primer encuentro cara a cara de después de meses.
Éramos pareja desde hace mucho tiempo y jamás nos habíamos divertido tanto como esta noche. Normalmente, teníamos inconvenientes y discusiones que se entrelazaban con los siempre presentes celos del actor, pero siempre acabábamos arreglando nuestros conflictos con sexo u obsequios de su parte.
Levanté un dedo hacia el mesero, llamando su atención. A los pocos segundos ya lo teníamos junto a nuestra mesa, esperando por nuestros pedidos.
Mientras Chris pedía yo observaba el menú en busca de algo nuevo que probar, pero la voz del actor que interpreta al Capitán América captó mi atención.
-puedes dejar de mirarla como si quisieras follartela aquí mismo?- la pregunta nos tomo de desprevenidos tanto al mesero como a mí. Miré a Chris, esperando que no intentara hacer una escena ahora, pero pareció ignorar mi existencia.
-Y-yo- el joven tartamudeaba sin saber que decir, hasta sentí pena por él.
-Chris, ya basta- pedí mirándolo con ojos suplicantes, pero el hombre no quería responder a mi mirada.
-acaso no ves que ella está conmigo?- se incorporó frente al chico moreno que parecía querer llorar de miedo. Negué sin poder creer que él estuviera haciendo esto en nuestra primer cena juntos después de tanto. Odiaba que Evans fuera tan celoso e impulsivo.
Rodé los ojos y tomé mi bolso para proseguir a salir de aquel costoso restaurante. Estaba furiosa y quería llorar como niña pequeña. Caminé rápidamente hacia el auto ignorando los gritos de Chris detrás de mí.
Tomé las llaves del auto e ingresé al coche lo más rápido posible. No quería hablar con el actor, no quería ni siquiera verlo. Sus constantes escenas me volvían la protagonista del lío en cada lugar al que vayamos y esto se sentía como la gota que llenó el vaso.
Suspiré aguantando las lágrimas y fije mi total atención al teléfono en mis manos. Solo esperaba que esta noche no se volviera peor.
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-Chris, puedes dejar de ignorarme?- me preguntó por enésima vez el rubio mientras ingresabamos a la casa que compartíamos. Continué ignorándolo y caminé hacia nuestra habitación, pero un suave tirón me obligó a permanecer junto al actor.
Sentí como mi espalda tocó la pared y luego una mano rodeó mi cuello sin emitir presión, obligándome a mantener contacto visual con el hombre que me tenía entre sus brazos.
-deja de ignorarme- murmuró rozando sus labios con los míos. Corrí la cabeza a un lado, sin dar mi brazo a torcer. Sentí su respiración agitarse y nuestros se juntaron.
No solté palabra alguna. Comencé a sentir besos en mi mandíbula y como sus dedos proporcionaban suaves caricias a mi cuello. Mi respiración se agitó y, con mi mayor esfuerzo, intenté contener los suspiros que luchaban por salir.
Sus labios se dirigieron a el lóbulo de mi oreja, dónde dio leves mordidas que encendieron mi cuerpo completamente. Siendo sincera no quería que parase jamás. Su colonia masculina ingresó por mis fosas nasales lo que irrumpió todo intento de hacerme la difícil.
El hombre tomó mi rostro con su mano y chocó sus labios con los míos en un beso desesperado y lleno de excitación. Mis brazos rodearon su cuello, tomando el pelo de su nuca para atraerlo aún más a mi. Mientras nuestras lenguas batallaban, mis piernas se enrollaron en su cintura y el no dudó en acariciar mis muslos.
Luego de unos segundos, el rubio me tomó entre sus brazos, aún con mis piernas a su alrededor, y nos posicionó sobre la mesa. Allí, mis manos desabotonaron su camisa, quitándola con desesperación para poder acariciar su fornido abdomen.
-oh, Chris- murmuré al sentir sus frías manos colándose por la parte baja de mi vestido. La yema de sus dedos acariciaron la piel de mi abdomen y comenzaron a descender en dirección a mi feminidad. Una vez sus dedos retiraron a un lado mis bragas, comenzó a acariciar mi clítoris con lentitud, volviéndome loca al instante.
Sus rodillas tocaron el suelo y su cabeza se metió entre mis piernas, mientras que su lengua arremetía contra mis pliegues. Tomé sus cabellos entre mis manos con fuerza, mientras jadeaba su nombre una y otra vez. La lengua del rubio se hundió en mi feminidad y segundos después sentí como absorbía mis labios menores.
Su cabeza se levantó por unos segundos para conectar nuestros ojos. Uno de sus dedos se dirigió a mi boca y se tío en el interior de mi cavidad bucal, llenándolo de mi baba. Luego lo quitó de mi boca para dirigirlo a mi vagina, donde lo introdujo en mi interior, entrando y saliendo sin parar.
-Evans...n-no pares- supliqué mirando hacia el techo aguantando mis gritos de placer.
-no linda, aún no vas a llegar- se incorporó nuevamente, perdiendo el contacto con mi feminidad y logrando que me quejara y mirara fulminante. Observé su Jean, encontrándome con un gran bulto desesperando por ser saciado.
Retiré su hebilla y bajé sus pantalones con rapidez, quitando sus boxers junto a ellos. Su miembro se dejó ver y no esperé más y tomé su pene con mi mano, masturbandolo lenta y dolorosamente. Digamos que estaba rencorosa con él por no haber permitido mi liberación.
-Chris...no juegues conmigo- gruñó. Lancé una risa. Me tomó de sorpresa, el actor abrió mis piernas y entró en mi sin dejarme pensarlo siquiera. Lancé un gemido mientras en mi boca se formaba una mueca de sorpresa mezclada con placer al sentir su grandeza dentro mío.
Sus embestidas eran rápidas y duras. Me sostenía desde mis caderas para poder entrar aún más profundo.
Sus manos rompieron el escote de mi vestido, dejando mis pechos al aire. Los apretó e incluso acercó mi boca a uno de ellos para morder mi pezon y jugar un rato con ellos hasta que notó como se volvieron erectos.
El rubio sonrió al ver el poder que tenia sobre mí cuerpo. Salió de mi interior y me obligó a girarme, dejándome de espaldas a el, con mis pechos apretados contra la mesa y con mi trasero a su merced.
Gemi nuevamente al sentir como entraba nuevamente, él gruñó junto a mi. Sus embestidas continuaron siendo fuertes y rápidas dejándome cada vez más cerca de mi orgasmo. Dirigí mi mano a mi clítoris y lo masajee mientras el rubio seguía arremetiendo contra mi vagina.
-Chris, y-ya llego...- grité buscando desesperadamente mi liberación. Hasta que lo sentí. Solté el nombre de mi novio mientras sentía como el clímax me invadía por completo. Me permití disfrutar del hormigueo en mi parte baja mientras respiraba con dificultad y sentí como un caliente líquido era soltado en mi interior. Chris jadeó al llegar al orgasmo.
Después de unos largos minutos recuperando fuerzas, me giré, encarandolo.
-que conste que sigo molesta por su escenita en el restaurante- Chris estampó sus labios nuevamente a los míos.
-puedo hacerte cambiar de opinión- dijo acariciando mi feminidad otra vez.