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Llegando al espejo del tocador noté a unas señoras detrás de mi que salieron, podría decirse que  un poco asustadas, yo estaba hecha un asco. Las manchas de sangre contrastaban muchísimo por mi vestido beige.
Ni siquiera quise ver mis manos, simplemente tome una gran cantidad de papel y lo moje para ponerlo en mi frente. Con el resto me limpie lo mejor que pude.

Escuché a alguien entrar, era la sra. Russo.

-Dios mio. Dejame ayudarte, lo lamento tanto.

¿Eh?
Sacó un par de pañuelos y me los puso mientras inclinaba mi cabeza hacia atrás. Comenzó a palpar mi nariz, parecía que estaba analizando la gravedad del golpe.

-No está rota, menos mal, solamente tendrás un poco de hinchazón y uno que otro moreton mañana, pero se irán rápido.

-Gracias, y disculpe pero, ¿como sabe usted de esto?

-Soy cardiocirujana, tuve que estudiar medicina y primeros auxilios al inicio de la carrera- limpió motas de sangre que quedaban en mi barbilla- Mi hijo puede ser un poco torpe a veces, pero te prometo que él no tenía intención de lastimarte.

Así que el prometido es el tonto causante de esto...genial.

-Descuide, en este momento sólo quiero volver a mi casa. No me siento bien como para seguir con la reunión.

-Por supuesto, nosotros nos encargaremos de los planes, le diré a Tyson que los lleve a ti y a tu hermano a tu casa.

-¿Tyson?

-Mi hijo

-No se preocupe, puedo irme en taxi.

-Insisto, es lo menos que puede hacer después de el incidente que provocó, además, es tu prometido, servirá para que se conozcan un poco- No me entusiasmaba esa idea, pero tenía que ser cortez.

-Esta bien, muchas gracias, señora.

-Llámame Anne.

Parecía una persona muy agradable, es una lastima que la conociera en esta desafortunada situación.
Me hizo sostener un pañuelo humedo en la nariz para que me pudiera ir.

Saliendo del baño lo primero que vi fue a mi hermano riéndose, a mi abuelo y padre mirándome preocupados y al sr. Russo hablando un tanto enojado con su hijo.

-Lucy, ¿cómo te sientes?-Se acerca mi padre.

-¿Cómo está? ¿Se rompió su nariz?- Pregunta preocupado el esposo de Anne.

-No, pero tendrá que volver a casa, necesita reposar un poco, y descuide, mi hijo la llevará- Se dirije Anne a mi padre.

-Pero...-Al parecer Tyson quiso reclamar, pero con la sola mirada de su madre cerró la boca.

-Muchas gracias Anne- Dice mi padre- vayan, cuidense.

Ethan y yo salimos del restaurante siguiendo a Tyson, eso hasta que comenzó a dirigirse en dirección contraria de donde se hallaba mi auto.

-Disculpa, Tyler, ¿a dónde vas?- Sé que ese no es su nombre, pero quería ver su reacción, además, es una clase de "venganza" por casi romperme la nariz.

-Es Tyson, y vamos a mi auto

-No, iremos en mi auto-Saco las llaves con mi mano libre y se las pongo enfrente.
Se queda pensando por un segundo y toma las llaves de mala gana.
¿Ahora resulta que él está indignado?
¿Que clase de idiota consiguió el abuelo?

Lo guío hacia mi auto y espero a que desactive los seguros. Me pongo en el asiento del copiloto y recargo mi cabeza en el respaldo mirando hacia arriba. Quito el pañuelo de mi nariz, ya no tiene tanta sangre. Hago un dobles para ponermelo ahora en la frente.

-¿En donde viven?-Pregunta Tyson antes de meter la llave para encender el auto.

-Brookville, ¿lo conoces?

-Si

Arranca y una vez salimos del estacionamiento, comienza a conducir como si de una carrera se tratara.
Al momento no dije nada porque nos detuvimos en un semáforo y pensé que después se iría más despacio.
Mientras, escucho las risas "discretas" de mi hermano en la parte de atrás.

-Y dime, Lucy, ¿te duele?- Dice Ethan entre risas

-No lo sé, ¿que tal si yo te golpeo y lo averiguas?- Al parecer mi amenaza le valió un pepino, ya que se dispuso a poner su dedo en mi nariz.

-¡Ew, está palpitando!-

-No me toques- Digo dándole un manotazo.

Intenté relajarme en mi asiento, pero todo se fue al carajo cuando Tyson volvió a acelerar como si su vida dependiera de ello, ¿y a este que rayos le pasa?

-Oye, ¿no crees que vas muy rápido?

-Tienes que llegar a tu casa ¿no?

-Exacto, tengo que llegar, no morir en el camino.

-¿Y por no conduces tu si tanto de molesta como lo hago?

¿Esto es una maldita broma? ¿EN SERIO? Enderece mi cabeza y lo miré.

-¿¡Perdoname!? ¡Yo manejaría si tu no hubieras golpeado mi maldita nariz con tu estúpido brazo!

-Tu te cruzaste sin fijarte.

-¡Tu fuiste el que entró corriendo al restaurante! Nada de esto habría pasado si tu hubieras llegado puntual.

Voltea a verme por un segundo y devuelve su mirada al volante, enojado, al parecer se quedó sin argumentos.

El resto del camino ambos nos mantuvimos en silencio, una vez llegando a Brookville, sólo me habló para preguntarme cual era mi casa.

Metió el auto en el garage y nos dejó en la puerta, no sin antes darme mis llaves. Ethan abre la puerta de la casa y entra.

-Luciana- escucho antes de que logre poner un pie dentro de la casa.

-Lamento haberte golpeado, debí andar con más cuidado- suspira- y perdón, por todo lo demás- Se despide antes de que yo pueda contestar.

Lo veo alejarse por la acera,  honestamente me sorprendieron sus palabras. Entro a la casa y me desparramo sobre el sillón, me siento un poco mareada.

-Wow, eso fue intenso- Dice mi hermano mientras sale de la cocina masticando una dona.

-¿De qué hablas?

-Pues de todo, la pelea, como le cerraste la boca, las disculpas, serán un buen matrimonio.

-¿Sabes qué? Estoy demasiado cansada como para pelear contigo, sólo vete y ponte a jugar videojuegos o algo ¿Quieres?

-No, pero te obedeceré solo porque tu nariz parece un limón en este momento.

-¡Largo!- Me da una sonrisa burlona antes de subir las escaleras corriendo hacia su cuarto.

Buen matrimonio, si claro.

Sólo Un Estúpido ArregloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora