Capitulo 3

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Las demás clases pasaron más que lentas. Contaba los segundos para poder salir de esa maldita prisión, que hacía llamarse 'Escuela'. Y para empeorarlo, seguía pensando en Alex. Siempre peleábamos, pero nada se comparaba con este día. Si, si me decía 'cumplidos', pero nunca había ido al extremo de pegarme a su cuerpo o intentar besarme, ¡nunca! Y era algo nuevo. Y además, así de fácil. Me gustaba.

Me encantaba su nueva actitud y no podía mentir. Rogaba por que no cambiara y siguiera con esos acercamientos.

El timbre de la última clase me sacó de mis pensamientos. Suspiré aliviada y guarde los cuadernos en mi mochila. Todos volvieron asalir como animales, haciendo que varios tiraran mis plumones. Les grite una tontería, que solo yo entendí, y después me dispuse a recoger de nuevo todo y volver a meterlos en la mochila—Tranquila Lucía, todo mejorará esta noche—me dije a mi misma, en volumen audible.

—La gatita entrará en acción?—me quedé helada al escuchar su voz, y aún más al verlo recargado en el umbral. ¡Dios! Por mi que me violara en ese mismo instante. No se lo negaría.

—¿Me estas siguiendo?

—Alex Barrios, no sigue a las chicas, ellas lo siguen a él.

—Como sea—cargué la mochila en mi espalda y me paré justo frente a él—Déjame pasar.

—¿Qué si no lo hago?

—Me veré obligada a dejarte sin hijos—él soltó una carcajada.

—No creo que quieras eso. En un futuro debemos tenerlos—¿Qué había dicho? ¡Dios! ¡Había insinuado que tendríamos hijos!

—Sueñas, Barrios—me crucé de brazos.

—Dilo de nuevo.

—¿Qué?

—Mi apellido.

—¿Para que?

—Es excitante—se encogió de hombros.

—Me das asco!—suspiré y traté de salir, pero lo que gané fue quedar acorralada entre la pared y el cuerpo de Alex—Si no me dejas en paz, me veré obligada a denunciarte por acoso.

—¿Acoso?—asentí—No seas estúpida gatita—pasó su nariz por la mía, y después rozó nuestros labios—Lo deseas.

—Si—murmuré y el sonrió—En la tumba—volví a subir mi rodilla, pero esta vez él la detuvo y al contrario comenzó a acariciarla, hasta llegar ami feminidad. Me tomó de la cintura, pegándome más a él. Lo miré a los ojos, y con la otra mano toco mi cuello. Emití un gemido.

—Ha sido de lo más excitante—sonrió—Esta posición, dios. La he anhelado tanto.

—¿Qué?—mi voz comenzaba a entrecortarse y mi pecho a agitarse, haciendo que mis pechos se pegaran al pecho de Ale—Ya.. ¿Ya lo habías imaginado?

—Empiezas a entender, gatita—besó la comisura de mis labios, y desabrochó un botón de mi camisa, miró hacía abajo, viendo la vista que ahora se proporcionaba.

—Los sostenes negros y con encaje, me ponen demasiado duro. ¿Por qué los usas?

—Hacen resaltar mi piel—me encogí de hombros.

—Dirás tus pechos.

—Esto es incómodo.

—¿Porqué gatita?—volvió a pegarse de nuevo a mí, juntando nuestras anatomías. ¡Estaba duro! Y al parecer grande también.

—Alex, nos odiamos. Me repugnas y supongo que yo a ti...

—Yo nunca he dicho que me repugnas, ni que te odio. ¿O si?—Me quedé callada. ¡Era demasiado cierto!

—De cualquier manera—susurré y comencé a moverme tratando de escapar.

—Eso es malo gatita, me pones más duro—tomó mi mano y la puso en su gran bulto. Tragué saliva y gemí—¿Lo sientes?—asentí—Tú lo has puesto así—agache la cabeza y suspiré.

—Por favor—rogué antes de que perdiese mi control—Deja que me vaya—él suspiro y poco a poco, me fue soltando—Gracias—dije y comencé a caminar. Me detuve el escuchar mi llamado—¿Qué?

—Irás a la inauguración de Hot?—asentí—Te veo ahí, te estaré esperando, y lleva algo corto—Me guiñó el ojo mientras mordía su labio inferior. Después comenzó a caminar con una seguridad sorprendente. Tragué saliva. Y me quedé un rato pensando, luego salí de mi shock. Había pasado tantas cosas en un maldito día. Cosas extrañas, pero que a la vez me gustaban, y mucho.

Después de una tarde durmiendo, y una larga ducha, me encontraba frente las puertas de mi gran armario, buscando qué ropa ponerme. Estaba nerviosa, y quería verme bien. No sabía por que, siempre me había importado un jodido bledo lo que pensaran de mí. Pero ahora que sabía que Alex estaría ahí, tenía y sentía la necesidad de verme bien.

Entonces recordé que hacía algunas semanas, había comprado un conjunto para esta noche. Sonreí mordiendo mi labio, y busque en el cuarto de mis zapatos la bolsa. Cuando apareció me vi aliviada. El reloj marcaba las 8:30. Sol pasaría por mi a las nueve en punto. Tenía justamente media hora para arreglarme.

Cuando ya estuve vestida, me senté frente a mi espejo y comencé a cepillar mi cabello. Unte un poco de crema para este, y lo esponje un poco. No rizos, tampoco lacio. Ondulado, y se vería tremendamente bien. Aplique un poco de brillo en mis labios y listo. No era por que fuese mi cuerpo, pero en realidad estaba hermosa. El vestido me quedaba muy apretado, pero a pesar de eso me sentía bien. Y para rematar, tenía algo extraño en mis ojos. Algo especial, y algo radiante en mi sonrisa. No podía explicar esas sensaciones que se presentaban en mi estómago. Lo único que deseaba era que llegase Sol y nos fuésemos a la inauguración de Hot. Quería ver la expresión de Alex al verme. Quería verlo. Y solo recordar los momentos en los que habíamos estado tan cerca, me daba un cosquilleo en el estomago.

¿Desde cuando sientes eso? ¿Desde cuando quieres verte bien para ese estúpido? Siempre lo has aborrecido y ahora, ¿Qué te pasa?. Ignoré mi subconsciente y los reemplace, pensando en lo que pasaría esa noche. Algo interesante pasaría, lo sabia. Sonreí como tonta una vez más, y luego el claxon de un carro sonó. Era la hora. Suspiré emocionada y baje con una gran sonrisa y un cosquilleo impaciente.





𝑺𝒆𝒙 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora