El gimnasio estaba vacío y mientras que Ni-ki buscaba los guantes de boxeo Nicholas curioso encontró una cuerda para saltar a la comba.
—¿Y si hago de ti el próximo Creed?— comentó el mayor.
—¿Acaso eres Rocky Balboa, hyung?— contestó el japonés soltándole una pequeña sonrisa burlona.
Nicholas asintió mostrándole una sonrisa cariñosa y genuina que el más joven apreció con todo su corazón. Tardó poco en colocarse los guantes y dirigirle un par de puñetazos como si fuera un saco de boxeo humano; ambos chicos rieron y pelearon amistosamente hasta caer rendidos en el suelo del gimnasio, pero una voz suave y grave llamó a ambos porque iban a cenar juntos los dieciséis antes de las votaciones. Calculaban que quedan aproximadamente cuarenta minutos, tiempo suficiente para comer en familia, su pequeña gran familia.
Sunoo llegó al gimnasio para llevarse a rastras al par sudoroso que tuvo la maravillosa idea de hacer deporte en vez de pensar tranquilamente sobre cómo y a quién eliminarían. Pero en la cocina donde teóricamente todo sería más serio era al contrario de lo que ambos tenían en la cabeza, Nicholas y Ni-ki se miraron con complicidad y se lanzaron a devorar la comida que tenían delante, desde macarons hasta pollo frito.
—Geonu-ya— la voz de Seon sonó cerca de Ni-ki así que instintivamente se giró para escuchar. —, vayamos a por bebida, hay en la despensa.
El mencionado asintió y le siguió tomando solo una botella de bebida e intentando regresar, pero otra conversación justo acabó en ese momento.
—Dani, iré a por bebida, ¿quieres algo?— preguntó el japonés más joven.
—No hace falta Ni-ki hyung, ya voy yo.
El chico medio estadounidense se levantó y fue a la despensa para llevar bebida no solo para él y Ni-ki sino que aprovechó a que Geonu estaba allí para hacer visibles sus buenos modales y pidiendo amablemente al mayor que le ayudara llevó bebida y postres suficientes para los dieciséis, pero cuando volvió, el japonés se le había escapado así que fue a buscar a EJ.
Tan solo faltaban 10 minutos así que K tomó a Ni-ki de la mano para guiarlo a una de las habitaciones y poder conversar tranquilamente en privado. El chico con cara de sapito le miraba curioso cuando cerró la puerta del cuarto morado y le invitó a sentarse en la cama.
Ambos estaban sentados con las piernas cruzadas y se miraban cara a cara, en algún momento K había tomado las manos del más joven, Ni-ki se sorprendió por un segundo y le miró a los ojos; esos ojos que desprendían seriedad y seguridad, unos ojos que nunca le mentirían en los que siempre podría confiar, los ojos de un amigo. Y sin previo aviso se incorporó para abrazarlo, el chico de mirada juzgadora se sintió un poco incómodo durante unos segundos, pero correspondió el abrazo reconfortando al contrario y siento en su agarre que era algo que necesitaba y gritaba en silencio. Porque una cosa tenía segura K y es que la sonrisa de Ni-ki cambió desde el momento donde se vieron por primera vez en aquella sala de prácticas de la empresa hasta el momento en el que llegó al salón junto a Sunoo mientras este le enseñaba un poco la casa y él mismo descubriría el porqué de su malestar tan notable.
—Ni-ki kun— comenzó a hablar cuando se separó. —, ¿a quién vas a votar?
—Yo...— no sabía cómo responder y tampoco lo había pensado mucho. —Estaba pensado en... ¿Sungchul senpai?
—Ni-ki kun, yo voy a votar a Ta-ki kun.— dijo rápido. —Mis opciones principales son él y Sunoo.
—Ah, entiendo.— dudó un poco en volver a hablar. —Su actuación pudo ser mejor, eso te lo concedo.
Después de hablar Ni-ki se dejó caer de espaldas en la cama y cerró los ojos, al fin de cuentas votar para expulsar a Ta-ki no era tan mala idea; así podría dejar de verle, estaría rodeado de gente que si le quiere y podría lograr sus sueños sin interrupciones ni distracciones. Una pequeña sonrisa dolida se formó en sus labios, lo haría sin Ta-ki, lo lograría.
[Aprendices, acercaos de uno en uno a la sala de votación por orden de edad, K será el primero. Cuando todos los votos estén recogidos nos vemos abajo. Hasta pronto, aspirantes.]
El sistema de la casa volvió a hablar y Ni-ki tomó la mano de K antes de que este se levantara.
—Hyung, suerte.— le animó sonriente.
Un asentimiento fue su respuesta y se quedó solo en la habitación. La puerta estaba abierta así que el jaleo del salón llegaba hasta allí cosa que le molestaba y tranquilizaba a partes iguales.
Su mirada estaba perdida en la pared así que cuando Nicholas entró a la habitación no se dio cuenta, solo se percató de las caricias en su cabeza algo tan simple y relajante a su parecer; tanto que, sin querer, hizo que cayera dormido allí mismo bajo el cuidado del chico taiwanés.
—Ni-ki hyung es un buen chico.— susurró Daniel que acababa de llegar a la habitación.
—Nik.— una voz suave le llamó. —Ni-ki.
Intentaban despertarlo pero no funcionó así que el pequeño japonés recibió un tirón del brazo siendo tirado al suelo de la habitación y despertando en un instante con un grito de dolor, haciendo que los dos jóvenes frente a él se rieran abiertamente. Ni-ki los miró enfadado acariciando la parte dolorida de su espalda.
—¡Sunoo hyung!— replicó molesto.
—Ya, lo que sea.— dijo entre risas y le tendió una mano. —Tienes que ir a votar.
El japonés asintió despidiéndose de Daniel y Sunoo y salió corriendo hacia el lugar se la votación, apoyado en la pared al lado de la puerta esperando a que la persona que entró antes que él saliera pero cuando vio a Ta-ki, su pulso se aceleró y no pudo mirarle a la cara, cosa que benefició a la mirada dolida del mayor.
Una vez que Ni-ki estuvo dentro de la habitación miró la pantalla con los 16 nombres y las 16 fotos, pensando en quién votar con su mano nerviosa sin saber a quién seleccionar. Si alguno averiguara que lo había votado seguramente lo verían como una traición y se sentirían decepcionados de él, pero hay una persona que no podía replicarle.
—Hay algunas decisiones que tienen que ser tomadas.— se dijo así mismo después de pulsar la foto de Ta-ki y salir de allí.
Porque le dolía saberlo y al presionar ese botón se dio cuenta de que ya no podía tener a Ta-ki en su vida, no más.
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La promesa fue el cielo [En Edición]
FanficDespués de todo Ni-ki siempre supo que hay promesas que no duran y después de entrar a I-Land Ta-ki se lo confirmó. Quizás incluso con solo dos horas podía comprobar que las estrellas en el cielo no brillaban de la misma forma sin él, puede que nunc...