Capitulo 4

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—¡Dios!—Por poco y no reconozco a mi mejor amiga—habló Sol cuando ya estuve dentro de su auto. Sonreí y la abrace.

—Tonta, te he extrañado tanto. Me hacían falta tus palabras.

—Pero ya estoy aquí cariño—aceptó mi abrazo y luego nos separamos. Ella me miro sonriente—Me he enterado de tu discusión con Barrios hoy. ¿Qué paso?—dijo mientras arrancaba el auto, suspire.

—Pues ha vuelto a decir una mentira. De esas que suele decir sobre mí. Entonces fui a buscarlo, le grité, y terminó por hacerme esto—le enseñé las dos marcas y mi amiga abrió los ojos como plato.

—¡Dios mío! ¿Te dejaste?

—¡No! Pero no pude zafarme de su agarre.

—Ya veo—dijo no muy convencida y dando vuelta en una calle.

—¿No me crees?

—¡Claro que te creo, cariño!

—¿Entonces? ¿Por qué ese tono?

—No, es solo que ya lo veía venir—sonrió y la mire.

—¿Qué?—Sol rió

—Tú estabas cegada por tu odio y repugnancia, que no veías las cosas. Alex ha estado babeando por ti, desde hace rato. Incluso las porristas dijeron, que Alex dijo, que hacerte enojar lo excitaba—me sonrojé—¿Ahora lo entiendes?

—¡Si!—suspiré—Hoy pasaron demasiadas cosas Sol. Alex se tomó demasiada libertad conmigo—La castaña levanto las cejas picarona.

—Uy! Esta noche será buena para ti, Lucía—giró en una calle y después se estacionó frente a el nuevo local. Cuando el auto estuvo apagado, estuve apunto de salir pero Sol me detuvo—Es un pequeño regalito, ya sabes de mejores amigas—Miré el pequeño sobrecito que había metido a mis pechos y reí. ¡Un condón! Sol no cambiaba.

—Pues te lo agradezco, pero no creo que eso pase.

—Apostemos.

—¿Qué?

—¡Si! Si te llevas a la cama a Alex Barrios, yo...

—¡Te llevas a la cama a Daniel Cuesta!

—¿Qué? ¡No! Lo odio.

—Y yo a Alex—levanté los hombros—¿Trato?—le tendí mi mano y Sol la miró por algunos segundos. Después sonrió.

—Trato.

Bajamos del auto tomadas de la mano, y entramos entre la multitud. Apenas eran las nueve y las parejas ya estaban afuera besándose y tocándose. Reí para mis adentros. 'Desesperados'. Pensé. La nueva disco-bar era demasiado grande y aún así estaba atragantándose de jóvenes. Había sillones en los costados, una barra de bebidas inmensa, una bola de disco arriba y solo con esa luz se veía en la pista—¡Vamos a Bailar!—gritó Sol cerca de mi oído. No dije nada, solo tomé de su muñeca y caminamos entre la multitud hasta hacernos un espacio en la pista. La música tecno retumbaba en mis oídos.

Disfrutaba tanto del baile. Mis movimientos no eran exagerados, eran lentos y muy placenteros. Y aún lo mejor, era sentir la mirada de los chicos sobre mi cuerpo. Exploraban hambrientos cada movimiento, cada parte de mi cuerpo. Algo único y excitante. Sol se acerco a mí y pegamos nuestros cuerpos. Algo que siempre hacíamos y a los demás les encantaba. Justo en ese movimiento, sentí una mirada, una mas pesada, a las otras. La podía sentir sobre mí. Sobre mi cuerpo. Entreabrí los ojos y lo vi.

Afuera de la pista, con una mano en su bolsillo y con la otra sostenía una cerveza. Miraba detenidamente mis movimientos. Mordiendo su labio inferior, y con su mirada penetrante. Como si me estuviese desnudando con la mirada. Eché mi cabello hacía atrás y volví a mirarlo, pero ya no lo encontré. Suspiré aliviada y Sol me dijo algo que no pude escuchar. Solo la vi alejarse a la barra de bebidas. Continúe bailando sin mucha importancia. Esta vez cerré los ojos dejándome llevar.

La música entro en mí y por un segundo me olvide de todo. Sentí ser la única. Aunque hubiese mas de 100 personas en la misma pista. No obstante, unos brazos se posaron en mi cintura, pegándome el cuerpo del dueño. Me estremecí al contacto y miré sobre mi hombro. Sonreí y me giré sin ninguna palabra. Esta vez no caería, no esta vez.


𝑺𝒆𝒙 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 - Lucialex (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora