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22/09/1361
En Dinamarca, que no sé si existía en el 1300, pero me lo invento.
La autoridad de la monarquía peligraba ante la amenaza de una serie de asesinatos a la alta nobleza. El asesino, desconocido por el público, se resistía a ser encontrado, causando revueltas en el país de gente cegada por el miedo.
En el palacio, o casa real, o castillo, o lo que fuera; el Rey esperaba sentado a la llegada de su cena, su frente llena de sudor por la ansiedad que le producía la situación.
-Cuántos validos van ya?
-6, su majestad.
-Estamos sin personal, quién dará ahora las órdenes?!
-... Usted quizás, su majestad?
-Bueno, no me toques las pelotas! Y la comida?
-Aquí mismo!- La cocinera apareció con una bandeja cubiera por una tapa metálica, ocultando su contenido.
-Qué es?
-Gato al limón.
-Bien! Mi plato favorito!
El rey devoró el contenido de la bandeja en pocos bocados para volver a recostarse en su trono. Había recibido una serie de amenazas de muerte firmadas por un misterioso personaje: S
Se sospechaba que fuera el mismo detrás de los asesinatos de los nobles, pero a falta de pruebas nada era seguro. El rey se retiró entonces a su alcoba a pensar en qué debería hacer. Se lió un cigarro (que tampoco existían pero bueno) y se asomó al balcón para intentar abarcar en un vistazo la inmensidad de su reino. A pesar de su joven edad, los validos puestos bajo su mando habían sacado al país de una grave crisis, acciones las cuales recayeron en el, llevándose todo el mérito.
Se escuchó un ruído en el tejado justo sobre su cabeza, rompiendose el techo, atravesado por una figura cubierta completamente de negro. Los guardias, inconscientes, no pudieron evitar el encuentro entre el Rey y S.