Se me revolvió el estómago unos segundos y quise contradecirla de inmediato, pero me ganó la risa.
—¿Te conté un chiste o qué?
—Es que eso sonó raro —respondí, presionandome la barriga con los dedos.
Aya frunció el ceño y sacudió la cabeza.
¿Yo, Victoria Ochoa Galindo, enamorada de alguien que no fuese Yael? Ni siquiera yo me lo imaginaba.
—¿Sabes que es más raro?
—¿Qué?
—Qué estés enamorada del mismo tipo desde... Recuérdame desde cuándo, por favor.
—Los cuatro.
—¡Eso! ¡Desde los cuatro años, Viry! ¡Y para colmo ese wey ni te pela!
—¿Y eso que tiene que ver con Beto?
—Pues que tal vez sea bueno que te fijes en alguien más, una de dos o te olvidas completamente de La Molestia o... —Aya hizo una pausa y tomó aire.
"La Modestia" esa era el apodo en clave que usábamos para referirnos a Yael.
Alcé una ceja, como diciéndole: "sigue, pero no creo que tengas un buen argumento".
—O al menos consigues darle celos y demostrarle que no es el único no el mejor —lo dijo demasiado rápido como si se lo hubiera estado guardando por mucho tiempo.
Abrí la boca y me quedé sin palabras por unos segundos: no podía creer que hubiera sugerido eso.
—¡No voy a usarlo para algo así!
—¿Ah, no? —usó su tono desafiante.
—No. —Sacudí la cabeza.
—¿Y para qué sí vas a usarlo? Digo, si es que se puede saber.
—¿Cómo?
—Dijiste "No voy a usarlo para algo así". ¿Para qué vas a usarlo entonces?
Fruncí el ceño y quería estar seria, quería mantenerme firme pero acabé riéndome, otra vez.
Aya soltó carcajada.
—¡Aya! ¡Te pasas! —La empujé con un golpecito en el hombro y ella me hizo lo mismo.
—¿Pues qué? Tú dijiste algo que se puede malinterpretar no yo.
—"No encuentro fallas tu lógica".
Tengo que aprender a cerrar el pico cuando estoy alterada quién sabe qué otra barbaridad termine diciendo.—Exacto.
—De cualquier forma, tal vez lo veas hoy. Podrás juzgar la situación tú misma, solo espero que seas objetiva y no te inventes una novela donde ni alcanzo.
—Yo nunca inventó drama dónde no hay. Oye, ¿que no dijiste se iba a ir ya?
—Mañana. Sus papás llegan hoy en la noche, pero él se quedará a dormir una noche más. Así tienen tiempo de organizar un poco la casa.
—Oh.
—Sí, oh.
Para ese momento ya estábamos frente a la entrada de mi casa, así que dejamos de hablar de cualquier cosa que tuviera que ver con "muchachos".
—Pasa —le dije cuando abrí la puerta.
—¡Boo!
Aya y yo dimos un saltote hacia atrás y Enrique, que se había escondido detrás de la puerta para asustarnos en cuanto entráramos, se retorció de la risa.
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Ustedes que atrapan cenzontles... ©
Fiksi Remaja"Ustedes que atrapan cenzontles..." es la historia de Viry, una chica que acaba de convertirse en adulta, y que nos contará cómo fue su vida "amorosa" durante sus últimos años de adolescencia, sus buenos momentos y los no tan buenos. Conforme la his...