три.

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-Manuel viene hacia nosotros. -Mateo, sentado en una mesa redonda, al lado de Valentín, dijo.

Valentín volteó hacia la dirección que se suponía que estaría yendo Manuel. Efectivamente, él iba. Solo.

-¡Hola Valentín! -Se sentó a su otro lado, alegre de ver a Valentín.

Él no contestó, él no dijo nada, no formuló nada.

-¡No vas a creer! Saqué 9.6 en la prueba de Matemáticas. -Suspiró. Orgulloso de si mismo. Eso pasaba casi siempre, pero se lamentaba el no haber sacado un 10. -¿Vos?

No contestó. Él no lo escuchó, no escuchó nada de lo que dijo.

Mateo, quien observaba la escena en silencio sólo se limitó a reír bajo. Él no tendría que meterse más. Manuel nunca haría caso y Valentín menos.

-Supongo que sacaste un 10. -Manuel afirmó hacia sí mismo con una bonita sonrisa. Él estaría feliz si Valentín hablara con él debidamente. Muy feliz.

Pero se conformaba con estar cerca de él. A pesar que no era escuchado.

-¡Hola mi amor! -Una voz femenina gritó. Los tres voltearon hacia esa voz. Era la novia de Mateo.

-Hola mi vida. -Se dieron un beso en los labios y empezaron a hablar. Ahora sí, -definitivamente- dejando solos a Manuel y Valentín.

El primero no sabía qué decir. El segundo esperaba que Manuel no dijera nada.

-Hoy no podré irme con vos. Tengo que hacer un trabajo aquí. -Manuel dijo de repente, triste. Él realmente deseaba irse con Valentín.

En cambio, Valentín soltó un suspiro, muy aliviado y para nada disimulado. Estaba demasiado feliz que no tener que irse con Manuel. Tendría un momento de tranquilidad. Le irritaba demasiado.

-Tendrás que irte solo. No me gustaría que te fueras solo. -Manuel murmuró triste. Le ponía mal la idea en su cabeza. -¿Te gustaría esperarme para irnos?

-No. -Valentín rápidamente dijo. Sin mirarlo. Él no quería verlo, no le gustaba para nada verlo.

Manuel asintió enérgicamente. A pesar de estar triste, él quería que Valentín estuviera bien con lo que él mismo quisiera y no con lo que los demás quieren.

(...)

Valentín salió de su salón a paso moderado. Estaba feliz. Por fin tenía silencio, paz y tranquilidad. Por fin podría admirar su alrededor sin la tediosa voz de Manuel de fondo. Por fin.

Caminó con un aura completamente diferente. Era alguien diferente sin Manuel.

Una persona más viva, una persona más persona. Simplemente.

Él por fin cumplió su sueño, a pesar que sólo era un día. Él por fin tenía calma.

Llegó a su casa a puntas de pequeños brincos. Muy feliz de no tener a Manuel con él.

𝘾𝙖𝙡𝙡𝙤𝙪𝙨𝙣𝙚𝙨𝙨 - 𝒘𝒐𝒔𝒑𝒍𝒊𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora