Inmune a ti [Versión 2018] ✔

Capítulo 16

Fanny

-El pakistaní no me dio buena espina.

Papá me escucha atentamente desde su silla del escritorio, mientras que mamá sentada en el otro lado de la mesa intentando convencerme junto a mis tíos que estoy equivocada.

-Fanny aún eres joven, debes aprender a no juzgar a las personas a primera vista.-Dice Marcos, el padre de Javier y el antiguo líder de la organización en Colombia.-Sé que es un socio nuevo, pero su propuesta es un buen negocio.

-Fanny tiene razón, hay algo que no cuadra.-Dice Stev que está parado junto a Javier al lado de mi silla.

-Chicos, ustedes están empezando es por eso que no entienden los negocios del todo.-Agrega Mary la mamá de Stev y mi tía.

-Tía, sé que somos nuevos, pero es sospechoso. Saben lo peligroso que son esos territorios, y ahora ese hombre exige que vayan personalmente los cuatro.

-Fanny, es una forma de saber que no les pondremos una trampa, es un gran cargamento y necesitamos que lo trasladen hasta Lahore.-Mi tío Philip habla seguro.

-Cierto y también es la ocasión perfecta para ponerles una trampa a ustedes.-Digo poniéndome de pie. Javier coloca su mano en mi hombro para tranquilizarme pero no está funcionando mucho.

-Sobrina, me alegra que hayas prestado atención a la reunión y que evalúes los posibles riesgos, pero ese hombre es una pieza necesaria y necesitamos su cooperación.-Dice mi tío.

-Además de que no hay forma de que nos quieran herir, llevaremos hombres y armas. Sabemos defendernos, no hay forma de que una bala nos toque.-Dice Mi mamá.

-¿Saben que esa gente es experta en poner bombas?-Dice Stev

-Terminemos con esto, ya es tarde y hay que cenar.-Dice mi padre poniéndose de pie.

-Pero señor Parker, ellos  tienen razón.-Agrega Javier señalándonos a Stev y a mí.

-Familia, esperen afuera. Voy a hablar con mi hija un momento. Chicos quédense también.

Todos hacen lo que dice, en nuestra familia mi papá es el mayor de los hermanos y tal vez el más peligroso de los Parker. Así que es como el líder, todos lo respetan y lo que diga es ley.

Me está dando la misma mirada preocupada que me dio cuando disparé una pistola por primera vez, a pesar de ser él quien me enseñó, lo superé en la puntería por mucho y recuerdo que un día me dijo que temía el día que tuviera que usarla en serio.

-Cariño, tienes razón y estoy consciente del riesgo, tampoco me cae bien ese hombre. Pero tenemos que ir, y por más que lo intenté no pude convencerlo de ir solo yo.

-Mikel, usted sabe la situación en Pakistán.-Dice Javier poniéndonos más cerca del escritorio.

-Lo sé, por eso quería hablar contigo también. Te conozco desde que naciste Javier, eres como otro hijo para mí y sé que puedo confiar en que cuidarás a mi niña si me pasara algo.-Se voltea hacia Stev y yo.-Siempre se han cuidado las espaldas y lo seguirán haciendo, la familia lo es todo y tienen que cuidarse.

-¿Por qué siento que estás despidiéndote? Dejando todo en orden para irte.- Digo y me mira con una pequeña sonrisa.

-Porque si me matan esta será la única vez que pueda hacer esto.

Saca dos USB de la primera gaveta del escritorio, bajo un montón de papeles y un arma. Nos entrega una a Stev y a mí.

-Si pasa algo, ahí está todo lo que necesitan para continuar con el negocio. Su abuela los ayudará, ella conoce esto mejor que yo mismo. Y si las cosas se ponen mal llamen al tío John.

Mi tío John es uno de los fejes de la mafia italiana, un hombre peligroso pero que lo que más quiere es su familia. No debemos de llamarlo a no ser en emergencias o que él nos llame. Muchas de las últimas veces que lo he visto son porque ha tenido que venir a ver a mi abuela por algún consejo. Sí, mi abue es un haz en el negocio, la  mejor, ya saben el dicho, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

-Tío, cuídense. Aunque a veces apesten como padres los queremos mucho, no podemos perderlos.

-Ya sé que no pasamos tiempo con ustedes, pero también los queremos y claro que nos cuidaremos. Pero en el peor de los casos recuerden que estas casas tienen muchos escondites.

Papá me da un abrazo y le pasa los brazos a Stev y Javier por los hombros para salir. Dándome una mirada cariñosa que no veía en años y que en vez de darme felicidad por la muestra de que mi padre sí me quiere sólo me provoca miedo porque sé que esa mirada suya no volverá a llenarse de amor al mirarme.

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Por más que doy vueltas en la cama no logro dormir, estoy preocupada. Ese tipo me da malas vibras y para colmo el estúpido de Luke hoy, mi día no podría ir peor. Me levanto de golpe cuando tocan la puerta, acto seguido mamá entra y se sienta en el borde de la cama.

-No puedo tardar mucho, tu papá estará buscándome si no vuelvo rápido. Escúchame.-Asiento confundida y toma una rápida bocanada de aire al tiempo que me entrega una libreta negra.-Es el resto de la información, contactos de proveedores, transportistas, de todo. Debajo del piso en el cuarto y detrás del garaje hay un cargamento completo, y en la cocina bajo los estantes busquen la cerradura electrónica, bajo las escaleras y en mi habitación. Busca por todas partes.- Se pone de pie y me da un beso en la frente-te quiero mi niña.

Te quiero. Cuanto tiempo que no oía esas palabras salir de sus labios, tanto que pensé que no las sentía, llegué a creer que no las necesitaba pero en realidad he añorado oírlas más que cualquier otra cosa.

-Te quiero, mamá.

Sale sin decir nada más y dos minutos después entra Javier. Cuando se acerca se arrodilla frente a mí y me acaricia la mejilla secando una lágrima en el proceso.

-Hey. ¿Qué pasó amor?

-Hace mucho que mis papás no me decían que me querían, pensé que tal vez ya no lo hacían.

Se sienta a mi lado y me abraza. Me reservo lo otro que me tiene así, tengo el presentimiento de que hoy fue una despedida y por más que intente apartar la idea algo dentro de mí me da la razón, se estaban despidiendo. Nos recostamos en la cama y me quedo dormida con la cabeza en su pecho oyendo los latidos de su corazón.

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Los días pasaron más o menos igual, planeamos las rutas del viaje a Pakistán y a pesar de no estar muy de acuerdo ayudé en todo. Por las noches Javier venía y se quedaba conmigo a dormir hasta el día siguiente, ya me siento rara si no duermo con él.

Hoy cuando despierto Javier aún duerme y veo como el pecho sube y baja con su respiración. Le doy un beso en el pecho, donde está su corazón y despierta.

-Hola.-Dice aún soñoliento- Buenos días bizcochito.

-Hola.

-¿Qué se siente graduarte?-Pregunta dándome un beso en la sien.

-Lo sabré en una hora.

Luego de darme una ducha y lavarme los dientes me pongo un vestido negro de encaje sin mangas y algo corto, pero dentro de los límites de lo decente para una graduación y unos botines a juego. Me suelto el pelo que ya creció hasta la cintura y me acomodo las ondas, me pinto los labios y me delineo los ojos. Cuando creo que estoy lista bajo y me encuentro a Javier al pie de la escalera, vestido con una camisa de manga larga negra y unos jeans, que por primera vez no son rasgados, del mismo color.

-¿Vas a ir?-Pregunto

-Claro, te dije que estaría pegado a ti como un chicle.

-Buen símil cariño, vámonos entonces.

Mis padres nos llevan hasta la escuela y los de Stev hacen lo mismo con él. Cuando llegamos mi hermano me abraza y me levanta en el aire para girar. Me guiña un ojo y me pasa la bata y el gorro negro con detalles en rojo; me los pongo y cuando me volteo Javier me saca una foto con el celular.

-Un recuerdo-Dice sonriendo, se acerca y me toma la mano-Estás hermosa, bizcochito, preciosa.

-Me voy a sonrojar, ya para.

Stev se pone a mi lado y me tira un brazo por los hombros mientras Javier nos saca otra foto y luego otra con nuestros padres y un maratón de selfies. Cuando entramos veo a Lily y corro a abrazarla, en una esquina veo a Megan y a Néstor y corro a abrazarlos a ambos. Es cierto que nos distanciamos un poco pero siguen siendo mis amigos y cuando me devuelven el abrazo me siento realmente feliz.

-¿Tú abrazando a la gente? Eso es raro.-Dice Néstor dándome otro abrazo.

-De verdad que el amor hace maravillas.-Dice Megan señalando a Javi  que camina tras de mí.

-Ya va a empezar el aburrimiento señores. Hora de graduarse.

¿Graduarse, eh? ¿Quién lo diría? Tan rápido acabó la escuela, casi tan rápido como todo se fue al demonio.