Gynecologist; 1/2

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Se recargó en el sillón tratando de ponerse más cómoda, pero era obvio que no lo iba a lograr. Movió el pie de arriba a abajo haciendo un sonido casi desesperante que hizo que pocas mujeres que se encontraban en la sala la miraran de manera extraña.

"No es para nada extraño, es lo normal."

Pensó, en un intento de controlarse a sí misma.

Descruzó la pierna derecha para, enseguida, cruzar la otra.
Tamborileó el brazo del sillón color hueso con los dedos, ya desesperada. Ya casi le tocaba.

── Minatozaki Sana ──gritó una señora de cabellos rojos que estaba sentada tras un mostrador en la esquina de la habitación.

No se movió por unos momentos, respiró profundamente, permitiendo que el típico olor a limpio del los consultorios, inundaran sus fosas nasales, acto seguido, se levantó con todo el valor que estaba segura no poseía y se dirigió a la puerta que tenía una placa dorada con letras negras.

── Dra. Zhou Tzuyu ──Leyó en voz alta el rectángulo que colgaba de la puerta de roble. Tomó aire nuevamente y abrió la puerta dela habitación algo dudosa.

No era como si nunca hubiera ido con la ginecóloga, era más bien que todos habían sido hombres. Su madre le había recomendado a su ginecóloga cuando su anterior ginecólogo el Dr. Jeon Jung Kook, le había informado que no podría dar más consultas por un curso que tomaba en el extranjero.

He ahí el meollo del asunto... le daba pena con una mujer.

La habitación era amplia y tenía algunas ventanas que llenaban el interior con la luz del sol. Al fondo, del lado izquierdo había un gran escritorio de madera repleto de papeles, la silla grande de cuero negro estaba detrás del escritorio, y una silla más pequeña delante de éste. De lado derecho estaba un biombo de madera clara decorado de bambú y aves.

Miró con un poco de preocupación la silla y los instrumentos que la doctora usaría. Como había hecho últimamente, respiró y se dio ánimos.

── ¿Dra. Zhou? ──Preguntó Sana con una voz suave y baja al ver que nadie se encontraba en la habitación.

── Hmp. ──La de cabello rojizo oscuro se volteó al escuchar el extraño sonido y se encontró con una joven de cabello anaranjado y ojos claros. Su piel era blanca y se notaba que estaba en forma, a pesar de la camisa color salmón y la bata que llevaba encima.

── ¿Minatozaki? ──Preguntó la voz de la mujer.

── Sí. ──Dijo la chica con voz de hilo y asintiendo estúpidamente.

── Pasa. ──Le señaló la habitación con los papeles que traía en la mano derecha.

Las dos se adentraron en la habitación. La doctora se dirigió hacia el escritorio y ordenó un poco de papeleo. Le indicó a Sana que se sentara y ella obedeció casi mecánicamente.

── Bien, haremos un chequeo de rutina y un examen pélvico. ¿No es así? ──le preguntó con la vista fijada en los papeles.

── Sí ──Le dijo con la misma voz baja que había utilizado.

Sana miró a la pelirroja y se quedó casi embelesada. ¿Podía existir semejante espécimen de mujer?

Acto seguido la pesó, midió. Le hizo algunas preguntas y cuando finalizó volvió al escritorio. Sana miró por la ventana de forma algo ausente.

Reaccionó cuando vio que Tzuyu se levantaba de su asiento y le extendía una bata color azul perfectamente doblada. Ella la tomó con algo de nerviosismo y la miró con cara interrogativa.

❝Gynecologist❞  ── Satzu OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora