Día 10: I don't want to be alone

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Día 10: Usando orejas de animales

"Verkwan"

Continua la historia del dia 7 en cierto modo

Un joven se encontraba sentado en una esquina del lugar en el que se celebraba la expomanga, alejada de cualquier persona, necesitaba tiempo solo.

Había dejado atrás a sus amigos, sabía que la pareja quería tiempo a solas, y que habían insistido en llevarlo porque odiaban la idea de dejarlo solo en casa, eran un grupo unido y los mayores se negaban a olvidar aquello por su reciente noviazgo.

Pero Seungkwan de vez en cuando necesitaba tiempo solo, sobre todo cuando había mucha gente cerca, la ansiedad social lo llevaba a necesitar ir a esquinas solitarias como aquella, donde solo un loco iría sin motivo alguno.

Para suerte o desgracia del pelirrojo, había un loco en particular que había notado su existencia.

El chico se sentó con las piernas cruzadas frente a el y le puso unas otrejas de conejo blancas en una diadema.

Seungkwan levantó la mirada, estaba confuso.

– Estás más guapo cuando no te escondes, por cierto me llamo Hansol, pero también Vernon –

El pelirojo evitó reirse.

– Pues gracias Hansol pero también Vernon –

Seungkwan no pudo evitar una carcajada al ver la expresión ofendida del rubio.

– ¡Había una coma ahí! –

– ¡No se ven las comas cuando hablas! –

– ¡No, pero se escuchan! –

Seungkwan reprimió otra risa, sonreía, y en sus ojos había desaparecido esa mirada de agobio, Vernon mirandole pensó en aquello como un triunfo.

– ¿Tu como te llamas? –

– Seungkwan –

– Y ¿Que haces aquí escondido? ¿Huyes de alguien? –

– Se puede decir que si, solo necesitaba un momento lejos de mis amigos –

Vernon asintió a lo que aquel chico decía, Seungkwan terminó riendo, no entendía que hacía hablando con un desconocido, quizás era por que este chico tenía algun encanto natural.

– Y tu Hansol ¿Que haces aquí? –

– Jihoon hyung me abandonó por su amigo compositor, un poste altisimo con orejas de Dumbo, creo que se llamaba Chanyeol o algo así, luego te ví aquí solo con cara de estar triste así que fui a por algo para subirte el ánimo –

– Osea que porque te di pena –

– Bueno... – Vernon se mordió el labio buscando las palabras – Yo diría que compasión, más que pena, yo odiaba estar solo y siempre que me quedaba llorando en una esquina, deseaba que alguien llegase a subirme el ánimo, nadie se acercó nunca, y tampoco se si te pasaba lo mismo, porque no te conozco de nada, pero no podía dejarte aquí triste y solo sin intentar hacerte un poco felíz –

Seungkwan se había alejado de sus amigos por que quería tiempo a solas, lejos de todo el mundo para que nadie se le acercase, pero ahí estaba él, sintiéndose totalmente cómodo y feliz con un chico demasiado amable para ser normal, alguien que odiaba estar solo.

– Bueno, pues has conseguido tu objetivo, no estaba triste y he sido yo quien me he alejado... Pero ya no me siento tan mal como antes... Gracias, te invito a comer ahora, es lo mínimo que puedo hacer –

– Antes he visto un puesto y la comida que había tenía una pinta buenísima, seguro que comer termina de subirte el ánimo, vamos vamos –

Hansol agarró la muñeca del chico y entre risas bobas corrieron por el lugar bajo la mirada de la gente.

Compartieron historias y risas bobas para conocerse mejor mientras comían un tazón de ramen y algunos dulces.

Vernon arrastró a Seungkwan de aquí para allá, visitando cada puesto, le animó a bailar las canciones que sonaban por la megafonía y se pintaron la cara.

Seungkwan se había olvidado de sus amigos hasta que recibió la llamada de Seokmin que le avisaba de que se iban para casa.

– Me quedo un poco más, he hecho un amigo –

Al otro lado de la línea, los amigos del pelirrojo le deseaban suerte y le pedían que les mandara un mensaje para avisarles de que había llegado bien a casa.

El lugar terminó por cerrar y Vernon y Seuungkwan tuvieron que salir a las calles de Seúl para tomar el metro a sus respectivas casas.

– ¿Te lo has pasado bien Seungkwan? –

– Mucho, gracias –

– Tienes mi número, por si vuelves a estar solo y necesitas alguien que te suba el ánimo –

– Te escribiré Hansol, tenlo por seguro... –

El metro de Seungkwan estaba entrando en la estación, Vernon solo lo acompañaba, el tomaba otra línea, ahí se debían separar.

Seungkwan se quiso despedir agitando la mano de lejos, pero Vernon corrió a abrazarlo antes de que las puertas del vagón se abrieran.

– Hasta pronto Kwan... Escríbeme cuando llegues a casa para saber qué estás bien –

– Lo haré, tu también Hansol –

Seungkwan caminó hacia el metro y se giró cuando las puertas se cerraban para mirar una última vez ese día a ese chico raro que hizo que su tarde fuera maravillosa y memorable, movió una vez más la mano para despedirse a través del cristal y recibió el mismo gesto del chico.

– Ya no quiero estar solo... –


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