Los Albion seguían completamente inmóviles. Como si estuvieran esperando algo. Ban los observaba inquieto:
Rías: ¿Ban?
Derrepente, un enorme estruendo sonó desde el cielo. Un enorme portal se abrió y una figura con grandes alas y una capucha sobre su cabeza emergió de él lentamente. Su aspecto era majestuoso y aterrador a la vez. Tenía nueve marcas diseminadas por todo el cuerpo:
Ban: Me suena...
Con un movimiento de su mano, los Albion empezaron a avanzar hacia la academia:
Ban: Bueno, empieza la fiesta.
Akeno: ¿Cuál es el plan?
Ban: Encargaron de los grandes. Tú y Rías deberíais poder matarlos fácilmente. Los demás...
Irina: ¡Hola chicooos!
Todos se giraron y vieron a las dos chicas acercarse:
Irina: Venimos a ayudar.
Xenovia: Sí...
Ban: Bien, pues entonces empe...
Algo a gran velocidad se llevó a Ban por delante. Cuando abrió los ojos, miró al sujeto de las alas, que lo embestía con una fuerza abrumadora:
Ban: Ah no, no te vas a ir de rositas.
Utilizando su Cacería física, absorbió parte del poder de su rival, consiguiendo pararlo. Rápidamente le dió un codazo en la espalda, a lo que el extraño sujeto le respondió con un golpe que lo lanzó por los aires. Cuando Ban consiguió frenar su vuelo, sonrió ampliamente. Así no iba a ganar. Suerte que tenía un as en la manga.
*
Koneko: Nos van a acabar matando. ¿Donde está Ban?
Issei: No lo sé.
Uno de los Albion golpeó cerca del grupo, y todos salieron volando. Entonces empezó a cargar un potente ataque mágico desde sus fauces. Y se paró. Todos lo hicieron.
*
Ban: Oi oi, ¿Acaso pensabas que esos Albion te iban a ayudar? Gracias a ellos te voy a partir la cara.
Ban cerró la mano, y todos los Albion cayeron muertos:
Ban: Assault Hunt.
Course-chouse empezó a brillar, y el pecado de la codicia lanzó una andanada de golpes salvajes. Después de eso, le propinó una patada que le quitó la capucha:
Ban: ¡Tú!
Estarossa: Jejeje, este mundo será mi reino. Así mataré a mí hermano y seré el Rey Demonio.
Ban: Tsk...
Derrepente, Estarrosa golpea a Ban en la cara, pero en lugar de salir volando recibió el golpe sin inmutarse:
Ban: Creo que esto es tuyo.
Siete corazones palpitantes chorreaban sangre en el suelo. De un movimiento Ban los aplastó, y su rival se desvaneció:
Ban: Me imaginaba que no eras tú.
*
Koneko seguía abrazándose a Ban:
Koneko: No te vayas Ban-senpai.
Él sonreía y le acariciaba la cabeza:
Ban: Volveré enana. Pero antes hay cosas que hacer.
Koneko: Promételo.
Entonces, Ban abrazó a la chica, algo que nunca había hecho.
Ban: Lo juro...
Sin decir nada más, saltó hacia el portal y desapareció.