ENSÉÑAME

1 - No imaginé encontrarte aquí

•Alex•

Oficialmente hoy inicia un nuevo ciclo escolar para mí y estoy emocionada.
Desde que comencé a planear las actividades para mis nuevos alumnos me he sentido llena de adrenalina y muchos deseos de tener grandes logros éste año.
Es cierto que atiendo varios grupos en la universidad de Columbia, pero siempre me emociona más el recibir a los de nuevo ingreso.
Están tan llenos de energía y ánimos que parece que están viniendo a un campamento de verano como niños pequeños.
Y no, no soy de ninguna forma especialmente amable con ellos, puesto que tengo la fama de ser la más estricta de los catedráticos, pero también sé que los alumnos me estiman bastante precisamente por lo mismo.

A penas llego al estacionamiento del campus acomodo mis gafas y bajo del auto con la mejor actitud que me es posible.
No es que tenga el mejor auto del mundo, pero al menos me sirve para trasladarme y es bastante económico, lo cual ayuda mucho, aunque desentona con el resto de autos de lujo en el estacionamiento.
He estado ahorrando para poder iniciar mi maestría en en Apreciación y Creación Literaria, puesto que la licenciatura en Lengua y Literatura que ahora tengo es útil, sí, pero quiero convertirme en algo más que una simple profesora de universidad, algún día quiero escribir un libro.
Avanzo por los pasillos saludando a mis compañeros maestros sin prestarles especial atención y me dirijo hasta la dirección, donde está anunciada cada aula asignada a los profesores.
Esta ocasión me ha tocado el aula 22, en el segundo piso del edificio B. No puedo quejarme, al menos me queda cerca del estacionamiento, pero siempre he preferido el primer piso.
Me dirijo hacia allá sin especial emoción, y antes de subir a mi aula me detengo en la sala de profesores para buscar una taza de café.

*Zelda: -Alex, hola...- Se sonroja un poco, sé que siempre ha sido demasiado amable conmigo, pero si algo he mantenido firme es la decisión de no involucrarme con nadie de la universidad.

*Alex: -Buenos días Zelda.- Saludo con amabilidad y ella besa mi mejilla. -¿Qué tal está el café?-

*Zelda: -Mejor que el del ciclo pasado, creo que la directora Reznikov nos ha escuchado.- Sonríe.

*Alex: -Me alegra escuchar eso... ¿La has visto hoy?-

*Zelda: -Sí, creo que iba al auditorio. Estaba preparándose para el discurso del inicio de ciclo.-

*Alex: -Oh genial... Subiré a dejar mis cosas y volveré en seguida, ¿nos vemos allá?-

*Zelda: -Claro, ¿estás en éste edificio?-

*Alex: -Sí, aula veintidós, si necesitas algo de Literatura Medieval, estoy ahí... ¿Dónde estás tú?-

*Zelda: -En el aula doce... Poesía.- Me guiña un ojo.

*Alex: -Me alegro de haberme deshecho de ese curso, ¿sabes? No soy buena enseñando poesía.- Me río porque el año anterior precisamente yo era la profesora de poesía.

*Zelda: -Debes estar bromeando, algunos de mis alumnos no entraban a clases por colarse al auditorio cuando tú estabas declamando... Creo que eres bastante buena.-

*Alex: -Bueno, no lo sé...- Me río también. -Creo que requiere de demasiadas emociones y sensibilidad. Es algo... Complicado para mí.-

*Zelda: -Si tú lo dices...- Se encoje de hombros.

*Alex: -Nos vemos más tarde.- Subo las escaleras casi dando zancadas hasta que por fin estoy frente a mi puerta con el número 22 en color dorado y un pequeño letrero que dice Alex P. Vause - Literatura Medieval. Y definitivamente me siento orgullosa.

Acomodo un par de veces los libros que tengo en los estantes y cada cosa en mi escritorio, me siento un poco nerviosa, pero en realidad más emocionada que nerviosa y no puedo esperar para ver a mis nuevos alumnos.
El discurso de Red es ameno y bastante cordial, y aunque me habría gustado charlar con ella antes de mi primera clase no puedo retrasarme, puesto que me toca con los alumnos de primer curso.
A penas entro al aula todos se quedan en silencio, hago un recorrido visual casi por toda el aula de forma rápida y los ojos expectantes me observan con timidez. Acomodo mis gafas y tomo la lista con sus nombres para iniciar.
De pronto me topo con un par de ojos azules que me parecen conocidos, presto atención y ahí está ella.