CAPITULO-2

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-¿Porque te escondes? ven aqui... nadie quiere hacerte daño- la niña estaba asustada, estaba rodeada de ese humo negro chispeante. Miraba por todas partes pensando que abia una salida, pero no era asi, aqui era todo oscuro, un sitio sin salida... aunque la niña ansiaba por salir de la pesadilla - vamos, dime donde estas pequeña- seguia la voz. Ella sabia que estaba en peligro, el humo negro mentía, si le decia donde estaba moriria... y la "mujer exterior" nunca mas voleveria a ser la misma, nunca.

-¡No!- gritaba la inocente chica desesperadamente, llevaba siglos ahi dentro y cada dia la sometian a la misma tortura, no sabia si lo hiba a aguantar mucho mas... lo unico que podia hacer era despertar de ese sueño eterno.

Kimara abre los ojos alterada. Respira entrecortadamente. Otra vez el mismo sueño, ¿Cuando va a desaparecer? lleva desde los 2 años  soñado lo mismo noche si, noche tambien. Se da cuenta que esta aun en el coche de papá y que dicha persona no esta.

-¿Papá?- pregunta en cuento sale del auto, no obtiene respuesta. Esta en medio de un camino en medio del bosque - ¡Papá en serio, no hace gracia!

.¿El que no hace gracia?- suena la voz de James detras suyo. Kim da un brinco y le sale  una especie de chillido. Su padre hempieza reirse como un loco mientras ella un se recupera del susto.

-Ja ja ja - dice sarcastica - ¿se puede saver donde estamos?- preguntaa con los brazos cruzados. Save que esta se la devolvera a su padre, uy si se la va a devolver....

- En Minnesota - contesta su padre sin dudar - hemos quedado con alguien.- hemos quedado con alguien.- y justo entonces suena su teléfono- ¿Diga?- dice descolgando el teléfono – Si, estamos aquí... Con mi hija, Kim... Ni hablar, es peligroso...- James, mientras habla por teléfono, no se da cuenta cuando Kim se va.

La chica ha oído un extraño ruido unos árboles más allá. Es como una voz, de niño diría.

-¿Hay alguien ahí? – grita la pelirroja. No obtiene respuesta, así que decide acercarse más para ver que pasa. Anda muy poco a poco intentando no hacer ningún ruido, sigue oyendo ruidos. - ¿¡Quién es!?- se desespera Kim.

De repente una figura aparece, es un niño pequeño, de unos 6 años. Su rostro refleja miedo y sus ojos… ¡Dios! Sus ojos son completamente negros.

-¿Quién eres? – pregunta Kim. El niño da un paso atrás, parece que le preocupa algo – Tranquilo, solo quiero ayudarte. – Pero el niño no reacciona, su cara es cada vez más pálida y de repente… ¡Boom! El cuerpo sin vida del niño cae en el suelo. Kim, con los ojos abiertos en exceso corre hacia el pobre chico muerto. - ¡NO!

- ¿Pero qué coño crees que estás haciendo? – Dice una voz desconocida detrás suyo - ¿Es que eres suicida o algo parecido?

Kim, con lágrimas en la cara, se gira para comprobar que es un hombre el que le habla. Se impresiona al encontrarse con un hombre algo mayor que ella, pero realmente guapo. Es alto y tiene unos hermosos ojos verdes… dios… que ojos más bonitos…

-¿Es que no me oyes?- pregunta el tipo algo extrañado - ¿Quién eres?

La chica al darse cuenta que le habla a ella despierta de su sueño y de repente se da cuenta de que ese hombre es el que ha matado a ese niño indefenso e inocente.

-¿¡Por qué le has disparado!? ¿¡Es que no ves que era un niño pequeño!? ¿¡Pero a ti que te pasa!?- empieza a gritar desconsoladamente Kim, pero se calla al momento que se da cuenta de que esta con un asesino y no duda ni un segundo de salir corriendo. “Mierda” piensa mientras corre lo más lejos posible de ese homicida “Bien Kim, ya va la segunda vez en menos de 24 horas que estas a punto de morir”. De repente se tropieza con una raíz de un árbol que sobre sale del suelo y se da, como no, en la rodilla con una piedra. Intenta levantarse, pero ni el pie ni la rodilla le permite ese lujo. Se pone nerviosa, oye las pisadas de ese hombre corriendo cada vez más cerca y el pánico cada vez es mayor.

- ¿Por qué huyes de mí?- pregunta ese tipo justo cuando llega delante de Kim. La chica no duda en chillar, su padre no puede andar muy lejos… o si…

- Déjame por favor… no te he hecho nada, por favor no me mate -  Suplica Kim, sin dejar de derramar lágrimas.

- ¿Matarte? – Pregunta ese tipo extrañado – ¿porque iba a matarte?- en cuanto eso, Kim pone su mayor cara de sorpresa – Tu debes ser Kim, ¿verdad?

- ¿C-como sabes mi n-nombre? – tartamudea, aún está nerviosa. Siente que le falta aire, suerte que está en el suelo, porque si no se habría caído. Se le taponan los oídos i el corazón se le acelera mucho, demasiado. Kim no puede hablar. Se pone las manos en el pecho. La taquicardia aumenta y las lágrimas no cesan– N-no puedo…me…me ahogo– dice a duras penas. El hombre, que no sabe qué hacer, se sienta a su lado e intenta tranquilizarla como puede, no está acostumbrado a eso.

- Eh, eh, eh, tranquila, respira poco a poco. Intenta tranquilizarte, es un ataque de ansiedad…– Le dice. Kim intenta respirar hondo hasta que consigue tranquilizarse y respirar bien, al fin. Están un rato sentados en medio de ese bosque escalofriante, en silencio, pero no un silencio incomodo, sino que es un silencio que los dos disfrutan, pensando en sus cosas, hasta que Kim habla:

- ¿Y tú quién eres? – le pregunta, sin sonar borde. El hombre sonríe, le hace gracia pensar que ella no lo conoce y el, por lo contrario, la conoce más de lo que ella piensa.

- Me llamo Dean Winchester – responde tranquilamente – Y tú eres Kim Quinn, y déjame adivinar… tienes 17 años, nacida en Columbus, Ohio y con la madre fallecida – concluye con una amplia sonrisa. ¿Antes comente que Kim puso su mayor cara de sorpresa? Pues me equivocaba, ahora sí que pone su mayor cara de sorpresa. Dean se ríe – Kim, te conozco mucho más de lo que tú piensas.- le dice seriosamente – y ahora vamos con tu padre, estara preocupado.

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