Capítulo único.

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Con cariño para mi Aquelarre, en especial para @sukaretorozu, tu amor por el NieYao inspira.

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Un temblor embargaba su cuerpo mientras sostenía la caja negra aterciopelada en su mano y el anillo en la punta de sus dedos quemaban hasta el punto de querer lanzarlo lejos de él. 

Era una pieza hermosa, posiblemente oro blanco, con una línea intermedia de diamantes recorriendo toda su circunferencia, brillaba con la tenue luz de la habitación, simplemente perfecto; eso solo provoco que un hormigueo extraño se expandiera en su estómago.

Más allá, en el baño de su habitación, podía escuchar a Nie MingJue mientras cantaba y tomaba una ducha después de haber estado haciendo ejercicio en la sala.

"¿Y ahora que haré?"

Estaba completamente nervioso, tanto que sentía que en cualquier momento le haría compañía en el cuarto de baño, solo para vomitar todo su almuerzo.

Y es que, por todos los cielos, ¡ESE ERA UN ANILLO DE COMPROMISO!

Cuando dejó de escuchar el ruido del agua cayendo sobre los azulejos, guardó el anillo rápidamente en la caja negra, regresándola al lugar donde la había encontrado. Al fondo del cajón de la ropa interior de su novio.  

Para pasar desapercibido, tomó su cajón y lo saco de la cómoda, colocándolo sobre la cama, y sacando todo en su interior, comenzó a hacer pares sus calcetines, justo en el momento que MingJue atravesaba la puerta, con solo una toalla envuelta alrededor de su cintura.

– ¿Qué estás haciendo?

– Mi cajón era un desastre, decidí organizarlo un poco, ¿quieres lo haga con el tuyo? – mintió como mejor sabia, observando la reacción del otro.

– ¿Q–que? ¡NO!... digo, no te preocupes, yo lo hago luego – su rostro se había sonrojado ligeramente, y su negativa le confirmaba que no quería viera entre sus cosas.

"Si solo no hubieses pensado que tenerle la ropa lista para cuando saliera de bañarse seria lindo, no hubieras visto lo que no debías" se reprendió.

¿Pero era verdad?, ¿realmente era mejor permanecer ignorante? Es decir, ahora estaba un paso delante de su novio y sabía lo que pasaría tarde o temprano... pero, ¿él quería que eso pasara? ¿quería casarse?

No es como si tuviera miedo a una relación seria, tenían un largo tiempo juntos ya después de todo. Se habían conocido en la universidad y habían peleado un poco al ser personas tan diferentes, después de dos años conociéndose terminaron besándose frente a todos en cuanto el equipo de football americano de MingJue había ganado las finales, y desde entonces, hace 5 años, habían comenzado una relación seria, y hace poco más de tres años decidieron vivir juntos. Era agradable, habían logrado acoplarse al otro, ayudándose, y complementándose tanto emocional como sexualmente... pero, ¿realmente estaban listos para ese gran y definitivo paso? ¿él quería casarse? ¿Cuándo MingJue – quien había tenido miedo a decir que lo amaba en primer lugar – había decidido que unir sus vidas para siempre era la mejor idea del mundo?

Y es que para Jin GuangYao sus ejemplos sobre parejas felizmente casadas eran nulos, siempre había un divorcio, una pelea, un amante, o indiferencia. No por nada su madre no se casó con su padre, quien había engañado a su esposa en innumerables ocasiones y cuyo matrimonio era más un negocio que la promesa de dos amantes enamorados. Y él no quería eso para ellos, en definitiva, NO. Estaban bien como estaban ahora. Eran felices, ¿o no? ¿Para qué cambiarlo?

Pero, ¿y si todo moriría tarde o temprano?, si su relación se marchitaba después de su consagrada unión, cuando no pudiera prever eso estaba por ocurrir, donde hasta el deseo se apagará lentamente, donde terminaran odiándose el uno al otro y acabara con el corazón roto y sin lagrimas... ¿qué acaso no era mejor terminarlo ahora que sabía lo que pasaría algún día? ¿No había un dicho que decía que mucho de algo no era bueno, y otro que predicaba que mejor cuando las cosas terminaban en el momento cumbre? Mas vale que digan de aquí huyó que aquí murió. Pero aun cuando eso le parecía una salida cobarde, y el ver a MingJue sacarse la toalla de las caderas para colocarla sobre sus hombros, mostrándole su trasero, lo calentaba, el casarse le seguía pareciendo la peor idea.

Círculos infinitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora