Se dirige al resto en un tono muy bajito, que no proviene de su voz, sino de sus gestos.
Pero en voz distorsionadamente alta dice otras cosas y la gente piensa que entiende. Entienden que está decrépito, que solo sabe molestar, que "¡otra vez ya saltó el viejo!". Los demás saben también que cada cierto tiempo hay un carro de policía bajo su balcón, esperando auxiliar una situación extrema, cuando realmente los llamó para ir y regresar del hospital. La voz se le dobla en súplica, cosa que muchos juzgan perspicaz; pero pocos consideran genuina.
Siempre logra su objetivo. Para entonces, al final de su "función", todos están asomados a las ventanas. El viejo es un espectáculo, sin dudas; tan hilarante como devastador si se observa de cerca... si se observan los gestos.
ESTÁS LEYENDO
Seres de Luz
Short StoryHistorias cortas dedicadas a personas especiales: algunas que están muy cerca, otras que encuentro día a día. Gracias, por la inspiración y la belleza que emana de estos seres de luz.