Feliz Navidad, Tejón.

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Estaba creida que esta historia ya había sido subida aquí. Pero me di cuenta que no y me sorprendió muchísimo. La hice en 2017 como continuación de una serie que habíamos iniciado con Daena Blackfyre para las fiestas de ese año.

Notas: En este fanfic, Phamtom Planet no se llevó a cabo, Danny tiene 18 años y no reveló su indentidad. Al mismo tiempo, este fanfic es una secuela de Feliz cumpleaños tejón de DaenaBlackfyre, que a su vez es una secuela de mi propio fanfic Feliz cumpleaños fruitloop. Se puede leerlo sin leer los anteriores pero hay varias referencias a eventos sucedidos en ellos.

La secuencia cronológia sería:

Feliz cumpleaños fruitloop.

Feliz cumpeaños tejón.

Feliz Navidad tejón.

Advertencia: En este one-short hay lemon yaoi.

Disclaimer: Danny Phantom no me pertenece, es propiedad de Butch Hartman

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Danny bajó las escaleras de su casa y suspiró. Alguien había tocado el timbre y su mamá lo mandó a abrir la puerta. No tenía muchas ganas de pasar la Navidad, siempre había peleas en su casa cada vez que esa fecha se acercaba. No sabía por qué, pero sus padres elegían el único día en el año para ponerse en desacuerdo y tirar todo por la borda. El resto del año estaban bien, y no pasaba nada. Danny no podía entender esa obstinación con discutir en Navidad.

Trató de no pensar en esas cuestiones que siempre arruinaban su Navidad y se concentró en abrir la puerta. Esperaba que no fueran los mismos de siempre que venían a cantarle villancicos en su porche. No estaba seguro si le hastiaba todo lo de Navidad porque sus padres le hacían vivir esa época de una forma algo... particular.

Sin embargo, cuando abrió la puerta su boca cayó al suelo prácticamente. Del otro lado estaba Vlad Masters, el imponente millonario, alcalde de Amity Park, con un champán en la mano y una canasta en la otra. Danny frunció el ceño asombrado.

—¿Qué haces aquí? —preguntó ladeando el rostro.

—Tú me invitaste, pequeño tejón, ¿no lo recuerdas? —respondió sonriendo.

Danny recordó el momento exacto en que lo invitó. Había sido el día de su cumpleaños, cuando Vlad le dejó un gran regalo y lo invitó a comer. Recordó bastante bien lo extraña que había sido esa salida, incluso habían bailado y se habían lanzado algunas indirectas extrañas. Sin embargo, recordar el beso que le dio Vlad y que él mismo respondió le coloreó el rostro. Por más que haya pasado casi un mes, aún le costaba recordar ese momento sin sonrojarse.

Era absurdo, porque luego de ese día Danny se había visto un par de veces con Vlad antes de Navidad. Salieron algunas veces más e incluso Danny volvió a ir a su casa cómo cuando fue el cumpleaños de Vlad y él le llevó un regalo. De todas formas, Vlad respetó su espacio y no lo forzó a nada en ningún momento. No intentó darle besos cómo cuando salieron a comer, ni tampoco lo tocó demasiado. Era consciente de que Danny aún estaba procesando que le gustaba todo eso cómo para poder aceptar un beso de él.

Aún así, Danny se había olvidado que cuando huyó el día de su cumpleaños, luego de que Vlad lo besara, le había dicho que podrían verse en Navidad. No lo había dicho en serio, lo tomó cómo una forma desesperada de huir de ahí, y Vlad lo sabía. Se habían aprovechado de esa invitación y por eso estaba ahí en la puerta con un champán en la mano, un traje informal y su rostro armonioso que sacaba de quicio al joven.

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