Cap.18-Salvaje

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✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Me acomodo una vez más.

La cobija que tengo ensima apesta, pero no tengo ganas de levantarme y lavarla o hacer algo al respecto.

Estoy bien, estoy mejor así, acostado en mi mugre, llorando.

Porque recordar imágenes traumáticas en mi mente, sobre Oliver y Mae teniendo cosas... Vaya, me hace vomitar y llorar al mismo tiempo. Algo jamás pensado. Guácala, ay, guácala.

Tampoco imaginé sentirme derrotado de esta manera. Espero mis padres no se sientan decepcionados por traer al mundo gatos en vez de bebés... Bueno, no es como si yo parienta gatos o bebés, soy hombre, no puedo embarazarme... ¿O si?

La puerta se mueve levemente y la luz de afuera se acerca por mis ojos. Me tapo la cara con la manta para evitar la luz y las personas que están por entrar.

Si no me muevo, no me ven. Si no me muevo, no me ven.

Se cómo una oruga Cedric... ¡Se la oruga!

—¡Diablos viejo! —Exclama alguien por afuera. Debe ser Herbert, su voz es irreconocible. —¡Llevas dos días así! ¿Que te sucede?

—Agg, déjame solo.

Volví a sujetar mi manta con más fuerza, una vez que siento el tacto del chico sobre mi espalda, para quitar mi capa protectora de todos los males. 

—Vamos viejo, pareces un animal salvaje —Dice molesto, luego olfatea un poco —Y También apestoso.

Con más fuerza y la ayuda de otro chico, que por sus manos tan pequeñas, se que se trata de Malcom. Levantan la tela y me dejan al descubierto, gracias a dios hace frío, porque si no, me verían desnudo. Que vergüenza.

Juro que mi ropa de dormir se me ha pegado a la piel y será difícil de quitar. Tengo ojeras y posiblemente los ojos muy inchados por derramar gotas de sudor por los ojos.

Así es, los capitanes de Quidditch también lloran.

—¡Dije que me dejarán solo! —Exclame molesto. Aún en posición fetal sobre la cama.

—Solo las pantuflas de Malcom —Regaña mi amigo rubio cruzado de brazos. —No puedo creer que tú, Cedric nada me afecta Humberto Diggory se haya dejado caer tan fuerte. Mírate, estás muy acabado.

—Estoy bien.

—¿Que te sucedió? —Rio el pequeño Malcom con rostro divertido. Maldito enano.

—Mas bien, Quien, le sucedió. Mae le destruyó el corazón.

Hago una mueca por escuchar su nombre de nuevo. Ya no puedo más.

—Uuh ¿Por una chica?

—¡Cállate maldito duende pálido! —Le grite al chico, tomando mi almohada para atacarlo.

El castaño rulozo pone rostro espantado y se va a echar a correr si no fuera por Herbert quien detiene mi acción y tranquiliza al chico.

—Tranquilo, el animal solo se pone loco cuando no lo alimentan —Bromea el rubio. —Cedric, sabes que no puedes permanecer así toda la vida. Tienes colegió, amigos... ¡Un equipo de Quidditch que dirigir!

—No quiero ninguna de esas cosas estúpidas, te las regalo. Ahora fuera de mi vista, largense, puedo golpearlos.

—¡Ja! ¿Tu golpearme a mi? Te quiero Diggory, pero sabes que puedo darte una paliza.

¿A quien rayos engaño? Tiene razón. El es más alto y fornido que yo.

Pero puedo ejecutar mi plan sin problemas, hacia adversidades. Osea, tirarme en el suelo y hacerme bolita.

𝘽𝘼𝘿 𝙄𝘿𝙀𝘼 ➻ Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora