Capitulo8

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Siento un punzon en la cabeza, observo a mi alrededor y me sorprendo al ver que estoy en mi habitación, tal vez todo fue un sueño de nuevo, me levanto y me veo en el espejo y entonces me horrorizo al ver que sigo con la ropa deportiva y que todo fue real.
Me meto debajo del agua aguantando la respiración, ¿Qué se salió del entorno de mi vida? ¿Qué cambio? Es como si viviera una vida que no es mía, y solo desde ayer está todo extraño.
-Eva, estas bien? – pregunta mi madre del otro lado de la puerta, será que mi madre no sabe de privacidad o es que enserio se preocupa demasiado.
-si mamá, estoy bien- le digo mientras le doy un trago al vino que está en un vaso para niño de tres años.
Me visto, de un vestido floreado con unos botines marrones sin tacón, me despido de mi madre y me voy directo al centro comercial.
Después de que le he gastado bastante ceros ya a la tarjeta que me dio mi padre, decido tomar una pausa y comprar una deliciosa hamburguesa, me siento muy inquieta, y desconozco la razón, estoy haciendo fila para que me entreguen la hamburguesa cuando siento que chocan contra mi, volteo y es una melena rubia.
-lo siento mucho guapa- me dice un sonriente muchacho de ojos azules, de cuando acá en esta ciudad hay muchos ojos azules, lo observo a el y sus 3 amigos, todos me sonríen y entonces niego con la cabeza comenzando a sonreir.
-no pasa nada- digo con dulzura mientras me doy la vuelta.
-que tal si en recompensa comes con nosotros y después vamos por un helado- dice muy cerca de mi oído, antes, la cercanía de algún hombre me repugnaba, pero la de el me agrada. Sonrio para mis adentros, asiento.
-solo si lo pagas tu acepto. - le digo aun sonriendo, el acepta, pensaran que me falta dinero, pero la verdad es que me sobran.
Ya que estamos todos sentados en una mesa me preguntan mi nombre, le doy una mordida a mi hamburguesa y los miro.
-me llamo Eva y ustedes. – les pregunto mientras tomo una soda.
-yo me llamo John, el Dave, Will y Scott. Dice mientras señala a cada un de sus amigos.
Les sonrio y termino de comer mi hamburguesa, nos acercamos a una heladería, todos estos chicos me recuerdan a Eros, pues todos tienen una similitud así que decido preguntar.
- Ustedes conocen a Eros- todos se ponen tensos y paran de reírse mientras voltean a verme.
- Por que lo preguntas? De que lo conoces?- me pregunta John.
- Pues lo conocí hace unos días, en el bosuqe- les digo de lo mas normal mientras sigo comiendo mi helado.
La tensión aun sigue pero tratan de disimularlo, después de un rato, Scott pregunta.
- Y si nos das tu numero de teléfono para salir mas seguido- los observo y entonces recuerdo que no tengo teléfono.
- Este... no tengo teléfono- les digo y comienzan a reírse de mi incredulidad pensando que era una broma.
- -esa es la excusa más vieja que he oído- me dice Dave riéndose y lo miro tan feo que el helado se le cae encima.
- Es enserio, de hecho iré a comprar uno ahorita, ayer que estaba con Eros y me aventé al rio con el debió llevárselo la corriente- cuando dije su nombre ellos se tensaron, solo asintieron y se exhortaron en sus pensamientos cada quien.
Compre el último modelo de los iphone que hasta ellos se sorprendieron de que lo pagara al contado, me dieron mi número y se los di.
-vieron que no mentía, yo no mentía, yo no miento- les sonreí, les pedí que me acompañaran a comprar las máquinas para mi gimnasio que me faltaban y ya estábamos yendo a la puerta hasta que recordé que mi auto está en el estacionamiento subterráneo.
-heee chicos, yo.. mi auto está en el estacionamiento subterráneo.- les digo y deciden acompañarme, hasta que a nuestras espaldas se escucha algo que me eriza la piel.
-pequeña cachorra...- volteamos y vemos que es Eros con los tres chicos que vi en el colegio.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora