𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨

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¿Qué leemos?


Cuando Sadie por fin se calmo, la otra persona que se encontraba dentro del salón quitó la mano de su boca y comenzó a acercarse lentamente a ella, incluso más cerca de lo que ya estaba.

──¿Qué crees qué estás haciendo?

El chico frenó frente a ella manteniendo una corta distancia y se dispuso a hablar:──Sé que no hemos hablado desde-

──Oh ¿Recién lo notas?

El soltó una risita y continúo──Soy Jacob Sartorius por si no lo habías notado o no lo recordabas

Sadie enarco una ceja, ¿Qué mierda le importaba a ella cómo se llamaba aquel chico? Simplemente quería ir a robarle comida a alguien o aunque sea comer aquella comida de la cafetería.

──¿Me jalaste dentro de este salón solamente para recordarme tu nombre? El cual no te pregunté y no me interesa en lo absoluto

Jacob sonrió y las ganas de Sadie de golpearle el rostro aumentaban cada vez más, él habló:──En realidad lo hice para invitarte a mi fiesta──comenzó a acercarse un poco más──Oí que eres buena en eso y me gustaría que estés ahí──acarició su cabello.

¿Por qué mierda ese chico le estaba tocando el cabello? A decir verdad, él era bastante lindo y ella lo sabía, pero se notaba que jamás podrían mantener una relación.

──¿Qué te hizo pensar que iré?

──¿Sadie Sink perdiéndose una fiesta?──indago él──¿Acaso crees que no sé con quién hablo?

──Si lo supieras no estarías sobre mí──contestó empujándolo.

──La fiesta es el viernes por la noche──susurró en el oído de la chica──¿Piensas perderte todo esto de nuevo?──sonrió señalándose y saliendo del salón mientras dejaba la dirección de la fiesta escrita en un papel sobre la mano de Sadie.

Ella tiró el papel en el cesto de basura y continúo su camino a la cafetería, apenas se adentró en aquel lugar, el olor a transpiración mezclado con el olor a comida y desodorante matutino inundó sus fosas nasales.

──Me impresiona el gran control ambiental──susurró mientras caminaba──Podrian optar por usar agua y jabón, la piel no se gasta chicos, eso era solo un mito de épocas pasadas──continúo caminando a la vez que su mirada chocaba con la de Finn, decidió evitarlo y salir al patio.

Si seguía allí dentro, iba a morir intoxicada y además no tenía ganas de conectar miradas con el chico de rulos. Al salir divisó a la chica rubia de ayer sentada debajo de un árbol leyendo, sin pensarlo se acercó a ella.

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