Y ahí estaban nuevamente, Santa Fe junto a Córdoba en un rincón de la cama, abrazados y hechos bolita.¿La razón?
El supuesto monstruo que estába bajo la cama del cordobés.
Ya arto de sus chillidos, Baires entró en la habitación, con una cara de orto indescriptible.
- A ver, la puta madre con ustedes dos -
Y se agachó a revisar
- MAMÁAAAAAAAAAAA
Gritaron ahora los tres, igualmente abrazados en un rincón, llamando al argentino.