✢VII.- Parecido familiar✢

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Martes.
11:50 a.m.

El último módulo de clases había iniciado hace cinco minutos, la hora que Harry creyó la más adecuado para que el azabache pudiese dar la plática a sus alumnos había llegado. Ya los nueve pequeños habían guardado sus pocos útiles a petición del profesor y esperaban ansiosos para saber qué les diría.

—Bueno, niños —habló Styles, al frente del aula—, ¿recuerdan que la semana pasada platicamos sobre la importancia de tener una buena salud bucal?

—¡Sí! —respondieron al unísono.

—Bien, pues hoy he invitado a un experto en eso para que nos ayude a comprenderlo mejor. ¿Quieren conocerlo?

—¡Sí! —Volvieron a confirmar con sus chillonas vocesillas.

Harry se dirigió hasta la puerta y la abrió, permitiéndole el acceso a Malik, quien portaba su clásica bata blanca y una mochila negra colgando en uno solo de sus hombros. Los niños lo miraron curiosos y otros tantos con algo de temor, mientras que el rizado se encaminaba hasta su escritorio para tomar asiento.

El moreno se paró al frente, justo donde el esposo de su mejor amigo había estado hace algunos segundos.
—Buenos días, niños —saludó, dándoles una linda sonrisa que hizo a más de uno relajarse y devolver el gesto.

—¡Buenos días! —respondieron en tono cantarín, alargando las vocales.

—Soy el doctor Zayn Javadd Malik, pero, si quieren, ustedes simplemente pueden dejarlo en Zayn. Tengo treinta y cinco años, un poco viejo, lo sé —comentó, haciendo a los niños reír bajo—, y he pasado casi doce de ellos como dentista especializado en pequeños como ustedes —añadió, manejando un tono de voz relajado, tratando de ganar su confianza—. ¿Alguien sabe lo que es un dentista?

Una niña de cabello negro levantó uno de sus bracitos.
—¡Yo sé, yo sé!

Zayn dirigió su vista hacia ella, quedando extrañamente sorprendido por un noséqué en el rostro de la menor.
—¿Cuál es tu nombre? —cuestionó, alejando aquella sensación desconocida.

—Zali —respondió alegre.

—De acuerdo, Zali, dinos qué es.

—Es el doctor de los dientes —respondió, entrelazando sus manitas sobre el pupitre, luciendo orgullosa de sí misma.

—Así es —confirmó, volviendo su atención nuevamente a toda la reducida clase—. Y hoy les hablaré sobre la importancia de tener una buena higiene bucal, de los cuidados para una dentadura sana, y también —Se descolgó la mochila y la abrió—, les he comprado unos cepillos y pasta dental para enseñarles la forma correcta de cepillarse. ¿Están listos?

—¡Sííí! —chillaron emocionados, elevando sus manitas, robándole una gran sonrisa a los mayores.

✢✢✢

12:25 p.m.

Con dibujos, algunos chistes, y un par de juegos, Zayn terminó con todo lo que tenía programado justo a tiempo.
—Bueno, niños, ha sido un verdadero placer conocerlos. Espero que pongan en práctica lo que les enseñé, y que le digan a sus papis y mamis que deben llevarlos con el dentista para niños cada seis meses.

—¡Sí, doctor Zayn! —afirmaron al unísono.

—A ver, reúnanse todos —pidió Harry—, voy a tomarles un fotito con el doctor para que sus papis los vean en el grupo.

Pronto todos los niños se levantaron de sus pupitres y fueron casi corriendo hasta el frente con el hombre de bata. Al ser sólo nueve no hubo problema al acomodarse, todos cabían a la perfección y se veían muy bien en la pantalla del móvil; Zali decidió que quería estar justo al lado del divertido dentista.
El sonido de la foto siendo capturada se dejó oír al mismo tiempo que el timbre de salida.

Engáñame dos veces (mpreg) || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora