Único

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Tengo que confesar que me encantan muchas cosas, pero no hay nada que me encante más que las pollas...

Si, no se si suene raro, pero me encanta tener a mi disposición una buena polla bien dura, me encantan esas pollas venosas que se hinchan tanto y se ponen tan duras que parece que en cualquier momento van a explotar, me gustan gordas, largas, jugosas, viciosas y calientes. No hay nada para mi como tener la boca llena con una buena polla estilizada y bien proporcionada soltando jugo preseminal. Simplemente me encanta el sabor.

Una de las cosas que me gusta hacer mucho, y lo hago siempre que puedo, es sacar la lengua enfrente de una buena polla bien dura y caliente, tocarla con la punta de mi lengua y llevarme a los labios y saborear una buena porción de líquido preseminal. Me encanta el sabor. Y me encanta la cara del dueño de la polla...

Vivo, como decía, en la provincia de Busan y cerca de casa hay una zona de cruising a la que suelo acudir de vez en cuando.

Pocas veces suelo encontrar lo que busco. No soy de esos tipos que no dan ninguna importancia al físico y sólo se fijan en la polla y poco más. Para mí el conjunto del hombre en sí tiene la misma importancia. No he ido con alguno porque la boca tenía algo que no acababa de gustarme y me he perdido oportunidades por las que la mayoría vendería hasta a su madre solo por no llenar mis expectativas.

En fin, que soy un tipo selectivo, pero más que selectivo, exijo, exijo lo que ofrezco y yo ofrezco mucha calidad, por lo que me gusta un hombre que este a la altura. Luego, una vez pasada esa primera fase de selección, doy lo mejor de mi y me encanta cuando ellos también me dan lo mejor de sí mismos.

Como su semen.

Esa tarde acudí a la zona de cruising esperando encontrar un hombre que me diese lo que estaba buscando y lo encontré.

Nos habíamos visto un par de veces con anterioridad y se notaba cierta tensión sexual entre ambos, pero ninguno de los dos había propiciado nada, de modo que nos teníamos ganas y ese día ocurrió.

Aparco el auto cerca de una de las zonas de cruising que está algo más apartada de la zona principal. Dejo el auto con la radio encendida y echo un vistazo al móvil. A los pocos segundos aparece otro coche por detrás y lo aparca justo detrás del mío, tan cerca que prácticamente se estaban tocando morro con culo.

Era él, obviamente.

Coreano, piel blanca, un poco canela, el pelo largo y negro rozando sus mejillas, alto y bien construido, se baja, totalmente de negro, ropas grandes que esconden su fornido cuerpo, se dirige a una zona escondida sin dejar de mirarme.

Yo entonces me hago el durillo y continúo en el coche sentado a lo mío.

Se empieza a frotar la entrepierna descaradamente mientras me va mirando con esa mirada que sólo un tío cachondo puede poner. Pero sigo sin morder el anzuelo. De modo que su siguiente movimiento es sacarse la polla de los pantalones.

Cuando vi ese pedazo de polla, duro, gordo, largo, venoso frotándolo con una flexibilidad en la piel que no había visto antes, mis ojos se abrieron como platos. Me pase la lengua por los labios y en un plis plas estaba delante de él sobándole el polla.

Era una polla blanca, sueva, dura y firme, de esas pollas que te llenan la mano con su dureza.

Entonces le desabrocho el botón del pantalón y se los bajo dejando sus huevos gordos, lampiños y bien cargados al aire, libres de toda opresión.

Tiene vello púbico como a mi me gusta y los huevos afeitados, yo veo aquellas joyas lo primero que pienso es ¿Como he sobrevivido sin esta polla en mi boca?

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2020 ⏰

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