-Únic.

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Fargan veía como su Auron se alistaba para salir.

—Auron, cariño, ¿a dónde vas?— Preguntó, algo serio, acercándose tranquilamente a su compañero.

—Quedé con Rubius esta tarde, espero que no te importe.— Dice con simpleza, aún mirándose en el espejo, logra ver como su pareja frunce el ceño levemente.

—Pero yo no te he dado permiso.— Menciona con molestia.

—¿Tenía que pedirte permiso?— Dijo esta vez el más bajo, ahora volteado, mirando expectante al hombre frente a él.

—Por supuesto, ¿quién te dijo que te veías bien vestido así? No te quedan bien las rayas, aparte, ese short está sobre la rodilla, no puedo permitir que muestres tu cuerpo a la calle, sabes que eres horrible.— Dice con franqueza el mayor, acercándose más al pequeño, tomando los bordes de su playera.

—Pero a mi me gusta como me veo..— Susurra, mirando hacía arriba viendo los ojos de su pareja.

Fargan pudo ver como la mirada del menor flaqueó levemente. Auron pensó en el porque le diría eso, si tan horrible fuera no debería estar con él.

—¿Tu crees?— Preguntó preocupado, volteándose nuevamente hacía el espejo.

Se miró en él y de alguna manera, sus ojos figuraban lo que su pareja le decía, veía su reflejo y se sentía horrible, le era extraño, él nunca se había sentido así, él era alguien que se amaba a sí mismo y le importaba un huevo lo que dijeran los demás de él, no obstante, esta vez no era así.

Le daba asco al verse al espejo.

—No sólo lo creo, estoy seguro, ¡mírate!— Exclamó, tomo con delicadeza el mentón del más pequeño haciendo que se mirara al espejo —Si yo no te amara tanto, me daría vergüenza estar al lado tuyo, tan sólo mira hacía el espejo— Señaló —Tu color de piel es demasiado pálido, tu barba te hace ver como moribundo, incluso estás un poco gordo.

—Oh dios..— Los ojos de Auron se aguaron, las palabras de su pareja le habían dolido, pero sentía la sinceridad saliendo de sus labios, él lo amaba, estaba diciendo la verdad.

¿Verdad?

—¿Aún quieres salir con Rubius?— Pregunta el mayor con fingida preocupación.

—No..— Unas pequeñas lágrimas traicionaron sus ojos, empezando a caer lentamente. —Ya no quiero salir, quiero quedarme en casa..

—¡Está bien, cariño, pero no llores!— Dijo el mayor, lanzándose sobre él en un amoroso abrazo, calmando al pequeño. Su plan había funcionado. —¿Quieres que veamos una película para olvidar este momento?

Auron sonrió levemente, calmándose de a poco —Claro, me encantaría—.

Fargan tomó la mano de su pareja con cariño, guiándolo hacía el sofa, donde ambos se acostaron cariñosamente mientras veían una película en netflix.

Y Rubén se quedó toda la tarde esperando a que el menor llegara, lo cual no pasó.


****


—Te lo digo Vegetta, ¡se hicieron las diez y Auron nunca llegó!— Se quejó el semioso hacía su amigo ojivioleta.

Se encontraban explorando el bosque alrededor de la casa del más alto, hacía tiempo que no tenían una aventura y como en ese momento se encontraban desocupados decidiendo juntarse un rato.

—Bueno, quizá tuvo algún compromiso de último momento, tal vez Fargan le hizo un desastre en su casa, con eso de que se está quedando..— Intentó explicar el porque de la ausencia de su compañero.

Libertad. -Auron-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora