45. Capitana

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-¿Puedes seguir peleando? -le preguntó Ace a su mujer.

-Claro -le respondió ella decidida- No olvides que soy la vicecapitana.

Ace sonrió, orgulloso.

Los tres comenzaron a pelear contra los marines que tenían alrededor.

En un momento Yara y Ace juntaron sus espaldas, la mujer sonrió, el calor único que desprendía el cuerpo de su esposo era algo incomparable.

-Dios, en serio te extrañé -dijo Ace sonriendo mientras disparaba balas de fuego de sus dedos.

-Dímelo a mi -respondió Yara desenfundando su espada para hacerse cargo de su lado.

Luego de derrotar a los marines más próximos, comenzaron a correr para escapar. Ace estaba sorprendido de lo fuerte que se había vuelto Luffy, tanto que como nunca había pasado antes, el chico lo había salvado.

Siempre había sido al revés.

Yara los miraba con nostalgia, aún seguían siendo ese par de hermanos que la sacaban de sus casillas siempre.

Su marcha se vio interrumpida por el almirante Aokiji.

Ace extendió sus brazos por delante de su hermano y su esposa de forma protectora.

-Retrocedan -les dijo Ace con calma.

Yara tenía toda la intención de distraer ella a Kuzan y que ellos escaparan, pero conociendo lo terco que era, no iba a dejarla.

Y decidió hacer lo de siempre, dejar que el se encargue de la situación y cuando se de la oportunidad (o bien, que las cosas se pongan feas) intervenir.

La batalla entre ambos fue breve, puesto que los poderes de hielo del almirante cedían ante el poder de fuego de Ace.

Luego, comenzaron a correr para escapar del lugar.

Barbablanca, quien ya se encontraba bastante cansado, habló fuerte para que todos le oyeran.

-¡Escuchen bien, Piratas Barbablanca! ¡Voy a darles una última orden como su capitán.

Yara lo miró, sintiendo un escalofrío.

-¡Me separaré de ustedes aquí! -les gritó- Tienen que sobrevivir todos y volver a salvo al Nuevo Mundo! Yara, este es el momento por el que te preparé siempre, perdón por dejarte de este modo a cargo de mis revoltosos hijos.

-¡No! -gritó Yara apretando los puños y cerrando los ojos, reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir- ¡Vamos a irnos todos de aquí!

-¡Soy una reliquia de una era vieja! -habló otra vez Barbablanca- ¡No hay barco en el que pueda navegar en la nueva era! ¡Adelante, muchachos! ¡Obedezcan a su capitana!

Yara se quedó de pie, con los ojos como platos, mirando al hombre que la acogió bajo su bandera.

Y que estaba dejando todo su tesoro en sus manos, su familia.

Todos comenzaron a gritarle que se fuera con ellos, y que además, se rehusaban a dejarlo solo peleando contra la marina.

-¡¿Van a desobedecer la última orden de su capitán?! -gritó el Yonkou furioso- ¡Váyanse de una vez con su capitana, idiotas!

-Capitana...-pensaba Yara una y otra vez en su cabeza.

No podía, no se sentía lista para asumir un cargo tan grande, mucho menos para dejar a Newgate.

Tantas noches se mantuvo en vela por la salud de él, rogando que los medicamentos funcionasen, esperando que pudiese recuperar la vitalidad que lo convirtió en un hombre legendario.

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora