Ogralessia La Novela

8

Javier lee el mensaje, y siente que le falta aire. Luego nota que es porque tiene a Betsan encima.

-Quitate a la ch1ngada –Javier lo empuja.

Se queda perplejo viendo a todos, la confusión se arma en el lugar. Finalmente ve a Luis, a lo lejos, y los recuerdos le empiezan a llegar. Besó a una chica, y no le gustó, ni siquiera el sabor de su brillo de cereza. Se sentía culpable por lo que hizo, un gran vacío brotaba de dentro de él. No pudo más y corrió lejos.

No quería ver a nadie, no quería saber nada del acosador, ni de Jorge, ni de lo que había hecho. Todos estos días habían sido terribles, su vida se había derrumbado, y Lady Gaga se desplomó 25 puestos más.

Él llegó a las puertas del baño, y allí se encerró, buscando un cubículo para llorar.

-¿Qué he hecho para merecer esto? –pregunta Javier mientras llora con el maquillaje corrido- solía ser un buen chico, respetado por todos... luego supieron mi verdad.

Su expresión se torna sombría y busca en su bolsilla, hasta agarrar su teléfono. Abre la app de Ares y ve toda su música de Lady Gaga.

-Todo esto es tu culpa –le dice a la portada de Perfect Ilusion- ¡Te odio!

Y como vieja dramática, tira su teléfono fuera del cubículo, pero como buena ho ta, la fuera no es suficiente y choca contra uno de los aspersores del techo, haciendo que el baño rápidamente empiece a mojarse.

La puerta del baño se abre, una voz conocida habla.

-¿Javier? –pregunta Luis.

Javier no quería decir nada, pero se pedorreó y Javier reconocí aquella fragancia a Michoacán.

Luis caminó hacia la puerta, la tocó un par de veces, mientras temblaba por la lluvia. Poco a poco, Javier se levanta y abre la puerta.

-¿Estás loco? –pregunta entre llantos.

-Han sido unos largos seis días –dice Luis mientras el cabello le cubre los ojos- y estaba demasiado asustado para decirte como me sentía.

-¿Qué es lo que sientes? –Javier lo ve a los ojos.

-Te quiero para mal o para bien. Esperaría por siempre y para siempre. Rompí tu corazón, voy a repararlo –dice con una ligera sonrisa.

Javier sonríe igual y se lanza sobre él para besarlo en aquel pequeño cubículo de un baño público.

Fuera de allí, en la biblioteca, en la sección de niños. Una pequeña pendej4 está leyendo libros infantiles japoneses mientras llora en silencio. Su vida se ha venido abajo y ha sido expuesta totalmente. Ya no tiene a nada ni a nadie. Mientras escucha boy with luv para consolarse, Mauricio se trata de abrir las venas con un lápiz.

-¿Si sabes que eso no va a funcionar, cierto? –Eduardo lo ve desde arriba.

Poco a poco se acerca hacia donde la chillona está.

-¿Qué haces acá? –pregunta Mauricio.

-Primero, ¿fan del kpop? Dios –suspira y relaja los hombros- y escuché lo que pasó con Harold. Mas lo de tu secreto.

-¿No te vas a burlar como lo hace el resto?

-Tú no lo hiciste cuando supiste de mi bulimia. O de la chica Apple –Eduardo se sienta a su lado.

-Solía ser tu amigo.

-Lo sé –Eduardo voltea- y extraño eso.

-Yo extraño que Melanie tuviera algo de relevancia –dice con pesar- pero definitivamente también extraño.