Recostado, pensando en lo ocurrido, divagando el último suspiro.
Nunca llegó, ese momento en mi mente se borró.
Pero en un instante una luz brilló y el comentario de mi abuelo me aturdió.
-No se puede tapar el sol con un dedo, su luz siempre es mayor.
Y todo comenzó, lo reprimido tomó valor y volvió, salió a la luz... y el sufrimiento paró y el llanto comenzó.
Sin final y sin entender nada, el suspiro final no llegaba, yo gritaba y lloraba, pateaba y lloraba, sangraba y lloraba... sonreía y lloraba.
Fui feliz. Desde ese momento gris pude comprender que era yo y que ya, no hacia falta tapar el sol. -violetxraven-Cuadro de Fabian Harika, "Tapando el sol con una mano"