Capítulo quince. || Primera temporada.

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Kasandra dio otro sorbo mirando por la ventana.

Kas: En 1672 llegué al Pueblo del Silencio. Todo estaba en silencio, no había ni un alma por la calle.

{23 de octubre del 1672}

La joven Kasandra Greengrass, al menos aparentaba joven, puso un pie en el Pueblo del Silencio con su maleta en la mano: Era un pueblo muy desierto, pero a través de las ventanas se veía a las personas haciendo lo habitual.

El silencio era tan intenso e inquietante que Kasandra podía escuchar hasta su propia respiración.

El cielo estaba algo nublado, un punto a favor para ella para moverse libremente por el pueblo.

Vio a una señora mayor pasear a paso muy lento, para no hacer ningún tipo de ruido.

Kas: Señora, ¿porqué hay tanto silencio? - preguntó curiosa, en voz bastante alta para llamar la atención de la señora.

Señora: Ya estás muerta, espero que los pajarracos estén satisfechos contigo. - susurró y siguió caminando y Kasandra se quedó muy confundida.

La señora se metió a su casa, como tratando de ponerse a salvo.

Kasandra miró a su alrededor, oyó aleteos y gritos, como si un ave estuviese siendo torturada.

Vino un ave horrible, de color mostaza y con un olor a cadáver reseco, que le ino por detrás a Kasandra, mordiendole en la pierna con unos dientes todos muy afilados. Ese mordisco fue como si le hubieran inyectado verbena. Chilló del dolor, pero sólo consiguió atraer a más aves.

Nadie se atrevió a salir de su casa para ayudarla, sólo miraban asustados y muy callados.

La herida se curó rápidamente, lo que en un humano normal no haría.

Cogió al ave que la mordió y lo partió en dos con sus propias manos. Todas las personas desde sus casas se quedaron asombradas al ver como Kasandra mataba a cada ave que venía de formas distintas: Partir en dos, con los colmillos, clavando sus uñas afiladas o incluso los hipnotizaba para que se suicidaran solas.

Sólo fueron diez o quince, pero Kasandra miró a un ave cualquiera, y vio como cinco o seis de ellas tenían huevos dentro.

Kas: Se reproducen. - susurró, pero por el extremo silencio lo entendió todo el pueblo - Son oviparos, de hecho. - miró a su alrededor - Escuchadme todos. - susurró - Estos seres sólo pueden oir, y tienen un oído bastante fino, pero no carecen de la vista. - acabó de decir mientras cogía su maleta.

Se le acercó una niña pequeña, de pelo oscuro y aparentaba unos seis años. La madre la iba a detener, pero descartó la idea para no hacer ruido. Kasandra se arrodilló para estar a la altura de la niña.

Kas: ¿Y tú quien eres, pequeña? - preguntó Kasandra susurrando de forma dulce.

Lexiana: Lexiana Lightwood, pero todos me llaman Lexy. - susurró la pequeña con una voz muy aguda.

Kas: Lexy... Que nombre tan bonito. - dijo poniendo un mechón del pelo de la pequeña detrás de su oreja.

Infiltrada en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora