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Las continúas lagrimas caían bañando más su hermoso rostro dejándose tan frágil y débil en lo brazos del temeroso Dios, él pasaba levemente la yema de su dedo índice por las mejillas húmedas siguiendo con tristeza el rastro de las diminutas gotas.

Dolía.

Dolía tanto amar.

Tanta es su necesidad de verle feliz, que lo único que podía era abrazar su cuerpo tembloroso con sus brazos siendo un soporte de descanso para cada una de sus lágrimas.

La divinidad no era el único ser que lloraba bajo las oscuras paredes, el Dios que contenía su llanto dejó de resistirse ante el dolor y sufrimiento, compartiendo ambos un encuentro alejado de todo lo más romántico posible, siendo solo ellos dos en los brazos recargados del otro; dando consuelo a las gotas que desprendían con serenidad.

"Si lloras, yo lo haré también"

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En el mismo tiempo moderado, TaeYeon ahogada en la tristeza empieza a buscar por cada rincón del lugar a su bendición de cabellos dorados, hallándose entre su recorrido más desconcierta y llena de nostalgia, sin éxito, acudió al final como último recurso susceptible al Dios del sol que todo lo ve. Viéndola tan devastada y triste el Dios se compadece y le hace saber a TaeYeon todo lo sucedido, quién al captar severamente cada unas de sus palabras acude furiosa al Olimpo. Planteándose frente al Dios supremo con los puños cerrados y el semblante todo enfurecido.

"Dile que me devuelva a mi bebé"

SiWon, Dios del Olimpo y padre de DoYoung, mantiene su expresión seria sin intensión alguna de querer cambiarla. Reacio a contestarle.

Aún más enfurecida, la bella mujer abandona el lugar no sin antes darle una advertencia al Dios del Olimpo, diciéndole sin rodeo que haría caer una maldición sobre la tierra donde la quedaría infértil debido a que esta abrió paso a la desaparición de su bebé, dejando a todo aquel sin alimento.

El Dios no prestó atención a sus palabras.

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Tiempo después, las palabras impuestas por la bella Diosa fueron cumplidas con totalidad; TaeYeon hundida en lo más profundo de sus adentros llena de mucho dolor. Dejó de cumplir todas sus funciones en la tierra dejándola completamente infértil perdiéndose todas las cosechas, más cuando el cuidado que le brindaba siempre fue junto a DoYoung.

SiWon, preocupado al ver la falta de atención y la escasa producción de alimentos mandó a DongHyuck, el mensajero de los Dioses, a hablar con JaeHyun sobre la devolución definitiva de DoYoung.

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"No debe comer nada proveniente de este mundo"

El mensajero le había comunicado sobre la situación que se desataría si DoYoung come aunque sea un mínimo un bocado de algún alimento proveniente del inframundo. El Dios temerario lo escucha y comprende fríamente a cada fragmento expulsado.

"Es una advertencia JaeHyun, no dejes que DoYoung coma algo de aquí"

Y luego de dar su mensaje, el joven Dios voló hacia lo más alto alejándose de la oscuridad llegando al tope de la tierra, dirigiendo su camino al Olimpo.

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Todo frágil le veía cada vez cuando se encontraban juntos, tanto que la divinidad terminaba llorando cada vez más en sus brazos. Entonces JaeHyun desconsoladamente le comunica a DoYoung que le dejará libre, debido a que no le gusta verle sufrir y él simplemente llora con eso. Esa dura decisión aprieta con fuerza el corazón del Dios, y es porque le ama demasiado que debe dejarle ir a donde su madre en vez de verle morir por culpa suya.