La paz que buscaba al tener a mis hermanas lejos por unos días era imposible y no quería darme cuenta de ello, estar bajo el mismo techo con un chico el cual conozco poco me hace estar bajo la nube de frustración, agonía y enojo que suelo tener con las gemelas. Me encontraba como aquella noche, perdida en una casa llena de desconocidos, nuevamente el blanco me mareaba y chasqueé la lengua maldiciendo mentalmente a la persona que no pudo dejarme dormir. ¿Cómo es posible aquello? su existir es algo molesto para mí.
Sostuve mi bata y me detuve ante el llamado de una voz susurrando, la puerta se encontraba ligeramente abierta y se asomaba la cabeza del pelinegro luciendo su cabello húmedo y el pecho al descubierto. Analicé por segundos la situación y di con el paradero que buscaba la noche anterior, me cubrí la boca y me obligué a mí misma a no reír y criticar su aspecto. Su rostro lucía un rojo intenso e hinchado al igual que su pecho, me llamó por segunda vez y entré sin decir palabra alguna.
—Luces horrible —articulé entre risas el verlo más de cerca. La canela en su vaso de agua lograba tener efecto logrando una reacción más fuerte de la que llegué a imaginar.
—Ya lo sé, pero necesito que me ayudes —el tono de su voz era preocupante, parecía necesitado y estaba segura de que quería echarse a llorar. —Mamá seguramente me dio canela y olvidó que soy alérgico a ella, ¿podrías ayudarme? Haneul estará en casa dentro de unas horas, no quiero lucir como un monstruo.
—¿Te duele? —pellizqué sus pezones, los cuales sobresalían, y reí en bajo al verlo contraerse y quejarse del dolor. —Tendrás que cancelar o puedes decirle que venga para que observe lo fatal que eres —la idea no parecía agradarle en absoluto y sentí culpa al haberlo hecho.
—Estoy perdido —tomó asiento en la taza ajustando su toalla para que no cayera y removió su cabello frustrado, en verdad quería verle. —Tomé dos baños y usé loción pero nada logra bajar la hinchazón, tendré que cancelar.
—¿Por qué tanto interés en ella? —pregunté sin percatarme del tono de voz que usé, su rostro me observó y frunció el ceño logrando comprender mi pregunta. Tomé aire y negué dos veces para aclarar, no era un tema por el cual tendría que preocuparme.
—¿Nunca te has enamorado? Sucede que cuando te gusta alguien quieres verle, es normal que desee ver a la chica que me gusta antes de que se vaya de viaje, además es mi novia —las últimas palabras retumbaron en mi cabeza dejándome molesta y con un mal sabor de boca, desconocía el motivo por el cual me molestaba en demasía y me hacía sentir inquietante.
Abandoné el baño sin decir palabra alguna retomando el camino que usé para llegar allí. Sin darme cuenta el sol brillaba con intensidad y el calor anunciaba el verano estaba cerca. Ignoré las palabras de mi madre y el abrazo que quiso darme para encerrarme en la habitación que de momento solía ser mía. El sentimiento no era extraño, al contrario, solía ser familiar al que hay con las gemelas, en donde me cuestiono y me hace estar entre la espada y la pared al saber que algo hice mal. Su mal carácter hacía de mí una peor persona sin darse cuenta de sus acciones.
Tomé un baño abusando de la hora y fingiendo estar en mi casa, necesitaba enfriar mi cabeza y relajarme. Como si fuéramos dos hermanos que están enojados tomamos el desayuno a un extremo de la mesa creando un ambiente pesado e incomodo. Por su mirada, descifraba la verdad y supe que él también lo sabía, su enojo no era el cómo lucía, las miradas amenazantes y refunfuños característicos en él me decían que estaba en problemas. Me sentía el villano y claramente lo era, las demás miradas me juzgaban y dejaba una mala impresión de mi persona, quería irme a casa y no dar explicaciones.
El silencio me ahogaba y no me dejaba respirar, veía con dificultad y me era imposible estar concentrada. La tensión en la mañana desapareció en cuanto los tres adultos desaparecieron con la excusa de negocios y más negocios. Jungkook, como si fuese un león que analiza a su presa antes de cazarla, me observaba desde la isla en la cocina mientras jugaba con unas llaves. Experimentaba el sentimiento una vez más insinuando que me encontraba nuevamente con Yang y Young. Comprendía su situación y el porqué resultaron en casa de la abuela.
—¿Me dirás el porqué me diste canela? —preguntó a mis espaldas con el semblante serio sin dejar de jugar con las llaves y hacerlas sonar. —No le he dicho a mis padres, pero sé que la tuya también sabe la verdad, ¿por qué lo hiciste?
—Para empezar tú comenzaste —di media vuelta sobre mis talones para desafiarlo, una sonrisa burlesca se asomó en su rostro dejándome perpleja. —¿Te causa risa el hecho de que pudiste matarme? Eres un chico que lo tiene todo y abusa de los demás que están indefensos, ¿no crees que eso es algo cliché y barato? No estás en alguna película para que tengas que actuar así.
—Claramente tú también pudiste matarme y sin embargo lo hiciste, ¿quieres que me ría también para hacerte sentir bien? —bajé la mirada al encontrarme cerca de él, tenía la intención de hacerme dar cuenta del error y del suyo, pero lo único que lograba era incrementar el odio que nace entre nosotros. —El decirte que no me parecer atractiva no es señal de que abuse de los demás, tonta —dio un empujón con su dedo indice sobre mi frente logrando que le viera. La distancia cada vez era corta y la respiración se mezclaba.
—¿Usaste las pastillas? —apoyé mi brazo izquierdo sobre el mesón y ladeé la cabeza mientras sonreía, dejó escapar una risa no sin antes negar y rodar los ojos. Jungkook parecía comprender mis palabras dejando de lado el enojo.
—¿Usaste el algodón? —los centímetros eran escasos y no me faltaba el aire, su aliento era cálido y golpeaba mi mejilla. Las palabras no eran necesarias y el silencio hablaba por nosotros, lucía arrepentido y acepté sus disculpas pese a que no articuló palabra alguna. —¿Debería... pedirte ayuda para...? —una voz femenina nos percató logrando retomar la distancia anterior.
A sus brazos corría la chica de la cual hacía mención y hablaba con ella todos los días, la felicidad en su rostro dejaba a la vista lo emocionaba que estaba por ver a Jungkook, sus labios se unieron en un cálido beso y todo signo de amargura desapareció.
—Haneul, quiero presentarte a Hye, mi prima lesbiana —quedé perpleja ante su comentario y golpeé su brazo en busca de una aclaración. —Lo siento, a Hye no le gusta que la exponga de esta manera, ¿verdad, linda?
—No tiene porque saber mi orientación, Jungkook —bromeé y me uní a las risas de ambos. —Por cierto, ¿tus pastillas te están funcionando? Escuché que tienes problemas así que compré pastillas para su disfunción eréctil y que puedan alargar su miembro, en todo caso avísame si necesitas más, lindo —había logrado enojarlo por segunda vez en el día descubriendo la poca confianza que yace en su relación.
Sin darme cuenta, mi vida empezaba a ser un manojo de problemas y uno de ellos era Jeon Jungkook.
holaa♡ lamento que todo haya sido muy calmado hasta ahora y que sea más diálogo que historia, por decirlo así, sin embargo, desde el principio quería meter la comedia entre ellos para hacer la trama más cómica pero siento que aún no lo he logrado, en todo caso espero disfruten de este capítulo. ♡♡♡ la tensión hasta hora está iniciando. uwu.
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mr dick ©jeon jungkook.
FanfictionElla no sólo caería ante sus encantos. -jeon jungkook. -lenguaje vulgar. -contenido adulto. #1 Btskpop. [07.07.20] #1 Jeonggukie. [11.07.20] #1 Jeongguk. [25.08.20] #1 Jungkookbts. [17.09.20] #1 Btsjeongguk. [19.10.20] #1 Jin. [03.12.20]