Capítulo IV

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Aquella tarde TaeHyung salió de su clase bastante feliz, cosa que su madre notó y agradeció.

- ¡Hola, mamá!- dijo el chico, dándole un beso a su madre en la mejilla.

Narel se quedó impactada y sorprendida, hacía mucho que su hijo no le daba un beso en la mejilla y ya no digamos en público.

- Te noto contento...
- ¡Muchísimo!

Narel sonrió y llevó a TaeHyung a casa.

El chico subió a su habitación y se puso a estudiar, a la hora y media llamó a Kolet para que le explicara un ejercicio de matemáticas particularmente difícil.

- Gracias, tío, no sé qué hubiera hecho sin ti.
- Suspender- dijo Kolet, riendo.
- Sí, aparte de eso.
- ¿Tienes algo que hacer este fin de semana? He pensado que podría ir a tu casa, y explicarte todas tus dudas...

TaeHyung rio pensando en que todas sus dudas eran sobre JungKook y que, obviamente, Kolet no se las podía explicar.

- Te lo agradezco pero tengo que estudiar Historia, no obstante, sí te agradecería quedar la semana que viene, entre semana, en un horario que no tenga clases de música, tengo los exámenes de Matemáticas pronto y tengo dudas...
- ¡Perfecto! ¿El lunes?
- Claro, ¿a partir de las seis y media?
- Me viene bien.
- Pues nos vemos.

TaeHyung colgó e hizo su ejercicio de Matemáticas tal como Kolet le había dicho, consultó con la hoja de respuestas que su compañero le había proporcionado y sí, le salía el mismo resultado.
Sonriendo, hizo un par de ejercicios más hasta que logró controlar la técnica y lo afianzó.

Cuando terminó con Matemáticas comenzó a estudiar Historia, eran demasiados temas, no estaba acostumbrado a estudiar y no se le quedaba tan fácil como a sus compañeros. No le iba a dar tiempo. Se estaba empezando a estresar y sentía ganas de llorar cuando, de pronto, su móvil comenzó a sonar. Se sobresaltó y miró la pantalla era JiMin.

- Hola...
- ¿Te encuentras bien?
- No, estoy hecho polvo con los estudios...
- Cuéntame y desahógate.

Suspiró y habló:

- No estoy acostumbrado a estudiar y ahora me cuesta y me agobia porque debo aprobar...
- Lo entiendo, de verdad que sí. Pero TaeHyung, no debes pensar en que debes aprobar sí o sí porque te vas a morir de un infarto antes del examen. No lograrás concentrarte. ¿Qué estás estudiando?

Y así, durante varias horas, JiMin y TaeHyung estuvieron hablando de Historia, de fechas, de momentos grandes, de guerras, de opiniones propias... y, cuando colgaron y TaeHyung volvió a sus libros se dio cuenta de que se sabía el temario gracias a aquella conversación donde se había relajado.


Los días pasaron y TaeHyung se enfrentó a sus exámenes sin ningún tipo de problema. Cierto era que, cuando tenía que afrontarlos se sentía nervioso pero, siguiendo los consejos de JiMin, Hanna y Carly, pudo hacerlos sin problemas.

En cuanto a sus clases de música, todo iba sobre ruedas y sentía que aquello era un incentivo que le ayudaba en su día a día.

- Me voy a morir de aburrimiento en solfeo...- se quejó Carly.
- Yo prefiero los días de instrumento- dijo TaeHyung, inocentemente.
- Si todas tuviéramos a tu profesor, claro que lo preferiríamos- dijo Hanna, riendo.

TaeHyung rio.

- Después de los exámenes podríamos ir a hacer algo- propuso JiMin- cenar... ir al cine... esas cosas que la gente normal hace cuando no está bajo arresto domiciliario por culpa de los exámenes.
- Eso sería genial, pero yo estoy perpetuamente bajo arresto domiciliario.
- Ah, es verdad- dijo Carly- fuiste un niño malo...
- Muy malo...- dijo sonriendo.
- Eh, niño malo, espero verte mañana en mi clase- dijo JungKook que iba tras ellos y no se habían dado cuenta.

Se giraron y las reacciones no pudieron ser más diferentes. JiMin, Hanna y Carly estaban en shock; TaeHyung estaba picado ante el hecho de que se hubiera burlado de él frente a sus amigos ¿quién se creía que era? Y, respecto a JungKook, bueno, sencillamente se estaba divirtiendo de ver a TaeHyung a punto de explotar.

- Sí, por suerte o por desgracia, es usted mi profesor.
- Eres el primero de mis alumnos que se queja... estoy perdiendo el don...- y, sin más, se marchó.
- Imbécil- dijo TaeHyung, marchando hacia la salida y dejando a sus amigos atrás.
- ¿Perdona? ¿Qué ha sido eso?- preguntó JiMin.
- ¿Qué ha sido el qué?- preguntó a su vez TaeHyung.
- Esa tensión sexual con el profesor.
- JiMin, estás cansado de tanto estudiar...
- No, no lo está- dijo Carly- nosotras también lo hemos notado.
- Estáis de la olla...

Y, sin más, TaeHyung subió al coche de su madre, molesto, aunque no con sus amigos, sino con su profesor, pero no sabía por qué.

Al día siguiente ya no se sentía enfadado, pero sí tenía claro que su profesor había dicho aquello para molestarle y picarle y, si hoy lo volvía a hacer, no lo permitiría. No obstante la tarde se dio bastante tranquila.

- Buenas tardes, TaeHyung, ¿has practicado las escalas que te dije?
- Sí, pero no mucho, he tenido exámenes...
- ¿Y qué tal?
- Sigo a la espera de las notas...
- Bien...

Sin más, la clase comenzó.

- Bien, vamos a hacer un ejercicio básico para que aprendas armonías.
- Nunca me quedó clara la diferencia entre la melodía y la armonía.

Sonrió.

- Pasa siempre. La melodía es el sonido que tú haces con tu instrumento tú sólo. La armonía es el sonido que nosotros dos hacemos con nuestros instrumentos juntos. ¿Has entendido lo que te quiero decir?

En aquella frase, TaeHyung entendió muchas cosas pero, aun así, lo medio entendió.

- Sí, sí lo he entendido.
- ¿Todo?
- Eso creo.
- Bien.

Sin más, comenzaron a tocar. El chelo de JungKook sonaba como si lo estuviera tocando un ángel, aunque TaeHyung sabía que aquel hombre era un demonio. Mientras que el chelo del propio TaeHyung seguía sonando a manatí herido.

Cuando terminaron de tocar, en el caso de TaeHyung maltratar a su chelo, JungKook preguntó por su impresión.

- Su chelo suena muy bien, el mío sigue sonando fatal- dijo, con franqueza.

JungKook sonrió.

- Es cosa de práctica. Necesitas practicar todo lo que puedas.
- Y también estudiar todo lo que pueda- dijo, abatido.
- ¿Te importa el chelo?
- Sí.
- ¿Puedes dedicarle una hora al día?
- Sí, claro que sí, pero me gustaría dedicarle más.
- Dedícale una hora al día... cuando apruebes, podrás dedicarle más porque tendrás vacaciones.
- Y me surgirán mil dudas y me moriré porque no sabré si lo hago bien o mal.
- Entonces podríamos vernos en tus vacaciones.
- ¿En serio haces eso?
- Bueno... contigo no me importaría hacerlo...
- Si me das tu número... quizás te llame...
- ¿Quizás?
- No esperarás que vaya por la vida como un desesperado, ¿verdad?
- Bueno, podrías admitir que estás un poquito desesperado por mí.

TaeHyung se quedó boquiabierto, no podía creer que su profesor tuviera tantos humos.

- Y tú podrías admitir que estás un poquito desesperado para que te haga caso.

JungKook rio y le dio su número de teléfono. TaeHyung lo guardó, recogió sus cosas y salió a la calle donde lo esperaba su madre.

- ¿Qué tal tu clase?
- Muy bien, sigo sonando fatal pero el profesor me ha dicho que es normal, así que no me preocupo. Seguiré practicando.
- ¿Tus exámenes?
- Sigo esperando las notas. Entre mañana y pasado me darán las notas.

Finalmente, a TaeHyung le dieron las notas al día siguiente, había aprobado todo, no obstante, no eran notas extremadamente buenas, ninguna subía del seis y medio.
Su tutora, la profesora Marion Prescott, lo mandó a llamar a parte.

- Quería hablar contigo- dijo la profesora Prescott- la subdirectora Jannali me ha contado todo lo sucedido, como estás poniendo de tu parte para aprobar y ser mejor alumno y persona- suspiró- sólo quería decirte que has hecho un buen trabajo en este trimestre, tu cambio de conducta en lo referente a las clases ha sido abismal, todos los profesores lo hemos notado, incluso has llegado a participar en los ejercicios y eso está muy bien. Los profesores hemos redactado un informe sobre tu cambio, para bien, aquí está- dijo entregándoselo- es para tu madre. Y, respecto a tus notas... no son extraordinarias. Supongo que para todo lo que te has esforzado, esperabas algo más...
- Mucho más- dijo, decepcionado.
- Sé que estás tocando el chelo, ¿cómo lo haces? ¿cómo te va? ¿cómo suena?
- Suena fatal.
- Esto es igual- resolvió la profesora Prescott- llevas holgazaneando años, no puedes pretender ponerte a estudiar y en dos meses ser uno de los alumnos más aventajados. Ahora bien, sigue esforzándote como lo estás haciendo y serás de los más aventajados, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Bien, eso es todo. ¡Felices vacaciones!
- ¡Felices vacaciones!

TaeHyung salió relativamente contento con la hoja referente a sus notas y a la valoración de sus profesores. Cuando salía, la directora Meera lo llamó.

- TaeHyung, sólo quería felicitarte por tus esfuerzos, decirte que has pasado el mes de prueba, que te quedas en el colegio- le entregó una hoja al chico con su propia valoración- no obstante, espero que sigas así.
- Sí, señora, y gracias.

Cuando TaeHyung llegó a su casa, le enseñó a su madre sus notas y las valoraciones de los profesores. El chico se quedó frente a ella, muy quieto mientras su madre leía.

- Bueno, me alegro mucho de que las cosas vuelvan a su cauce- dijo, al fin- me voy a replantear medio levantarte el castigo.
- ¿Medio levantarme?
- Sí, podrás salir los fines de semana. Sábado y domingo. Incluso los viernes en la tarde, pero sólo si por la mañana te veo estudiar. No obstante, entre semana seguirás en casa, sin televisión.
- Me parece justo.
- Bien, este fin de semana, podrás salir.
- ¡Genial!

Así pues, TaeHyung escribió a JiMin para decirle que podría salir el fin de semana, que había aprobado y que le habían levantado el castigo. Así pues, el sábado se fueron a ver una película y luego a cenar.

- ¿Os ha gustado?
- Me he reído bastante... claro que hacía mucho tiempo que no salía- dijo TaeHyung, sentándose a la mesa del restaurante.
- ¿Qué hiciste para que te castigaran hasta nuevo aviso?- preguntó JiMin- bueno, si nos lo quieres decir...
- Es una larga historia... ¿por dónde empiezo?

Y, tras pedir sus bebidas, TaeHyung comenzó a contarles a las chicas y a JiMin el problema que había tenido con su padrastro, como se había criado pensando que era adoptado, como empezó a escaparse de clase, lo que solía hacer y, finalmente, cuando decidió portarse bien de nuevo.

Bebió agua y dejó que sus amigas hablaran.

- No lo has pasado bien, ¿eh?
- Cuando mi madre me contó la verdad, que yo no era adoptado y esa mierda... bueno, no hacía más que pensar... ¿cómo hubiera sido mi vida si mi madre se hubiera divorciado y yo hubiera estado viviendo en Corea? En fin, ahora tendría una familia.
- ¡Pero no nos tendrías a nosotros!- dijo JiMin, haciendo un puchero.
- Sí, eso es cierto- dijo TaeHyung- debo ser sincero. Me siento mucho mejor hablando con vosotros que con mis amigos, ellos no me entienden tan bien. Creo que Kolet está colgado por mí e Irai me odia.
- Bueno, no has sido muy buen amigo con ellos...- dijo Carly.
- Lo sé- dijo TaeHyung- quiero solucionar las cosas con ellos, no me gustaría perderlos... es cierto que no tengo la misma afinidad con ellos que con vosotras, pero no me gustaría perderlos porque fui un capullo.
- Habla con ellos y explícales porque eras así...- propuso Hanna- pero, sobre todo, demuéstrales que ya no eres así.
- Lo haré- dijo el chico, decidido- y... quería hablaros de otra cosa... ¡pero que no salga de aquí!
- ¡No saldrá de aquí!- dijeron las tres.
- JungKook- las chicas y JiMin le miraron pero no dijeron nada- ¿qué me podéis decir de él?
- Bueno, realmente, no mucho- dijo Carly- mi hermana mayor le tuvo como profesor de solfeo durante cuatro años y decía de él que era un hombre muy simpático y correcto. Yo le veo por los pasillos y sí que lo es, ¿por qué?
- Me ha dado su número de teléfono, quiere que le llame.

Tanto las dos chicas como JiMin se quedaron impresionados.

- ¿Lo harás?
- Quiero hacerlo, él es joven, no creo que esté prohibido, ¿no?
- No, no lo está, es simplemente que no lo recomiendan porque, si la cosa acaba mal... aunque tú sólo vas a quedar con él como amigo, ¿no?
- Profesor/alumno- dijo TaeHyung- me quiere ayudar con las clases...
- Eres el primero con quien lo hace- aseguró Hanna- no saldrá de aquí, no te preocupes.

Aquella noche, TaeHyung llegó a su casa y le mandó un mensaje a Kolet: "hola, he aprobado todo y mi madre me ha medio levantado el castigo, me gustaría que nos viéramos mañana en la tarde, después de comer, para hablar un rato, ¿te parece?" mientras esperaba su respuesta, le mandó un mensaje a Irai "hola, me gustaría vernos mañana en la mañana, ¿Qué te parece?"

Finalmente, ambos contestaron que sí y, al día siguiente, TaeHyung se dirigió a las doce y media a casa de Irai para hablar con él. Le encontró en el jardín de su casa, desayunando.

- Buenos días y que aproveche.
- Gracias, ¿quieres algo?
- No, gracias, ya he desayunado.
No obstante, el chico cogió la tetera y le preparó un té de bolsita.

- Gracias.
- Dime, parecía que ayer querías decir algo.
- Sí, creo que he pagado con Kolet y contigo, aunque sobre todo contigo, mis problemas en casa.
- Ahí estoy de acuerdo- dijo tras tragar su tostada- aunque no estoy de acuerdo con el hecho de que me hayas tratado peor que a Kolet. A mí me has ignorado, a Kolet le has utilizado y le has llevado por el mal camino, si no fuera porque él también me tenía a mí, hubiera acabado peor que tú. ¿Eras consciente de que estaba pillado por ti cuando empezasteis a acostaros?
- No, me di cuenta después... y sí, lo seguí haciendo. De ahí que vaya a cortar con todo esto ya mismo.
- Bien, ¿cómo piensas hacerlo?
- No lo sé. Hablaré con él... le diré que... lamento haberme comportado como lo hice... que no lo volveré a hacer y que nunca más va a pasar.
- Bien, me parece correcto.

TaeHyung llegó a su casa y estuvo un buen rato tirado en la cama, pensando en lo que le iba a decir a Kolet hasta que tuvo que ir a comer. En la hora de la comida se despejó hablando con su madre.

- ¿Qué vas a hacer con tu nueva libertad?- preguntó la señora Sahani.
- Pues esta tarde he quedado con Kolet y voy a quedar con una amiga que toca el chelo, para que me ayude, ya sabes...
- ¡Genial!

TaeHyung odiaba tener que mentir a su madre, sobre todo ahora que se estaba reformando, pero no quería tener que darle explicaciones sobre JungKook.

- ¿Y de qué vas a hablar con Kolet?- preguntó de la nada.
- Bueno... no me he portado bien con él, ya sabes, cuando era un trastornado...
- No eras un trastornado- dijo su madre- sólo estabas un poco triste.
- No me sentía triste, pero si así te quedas más tranquila...
- Me alegro saber que te vas a disculpar, supongo que eres consciente de los sentimientos de ese chico.
- Sí, lo soy, por eso tengo que hablar con él. Tengo que decirle la verdad.
- Estoy orgullosa de ti.

A las seis de la tarde, TaeHyung se dirigió a casa de Kolet.

- ¡Hola, Tae!- dijo el chico, dándole un abrazo.

TaeHyung se quedó estático, no le gustaban las muestras de afecto en público. Sólo las tenía hacia su madre.

- Eh... hola.
- ¿Quieres pasar?
- Como quieras. Hace buen día, podemos estar fuera.
- Claro, ¿vamos a tomar algo?
- No, podemos estar aquí- dijo, señalando una mesa y un par de sillas del jardín de la casa de Kolet.

El chico asintió con la cabeza y se dirigieron hacia allí.
Kolet empujó una ventana entreabierta que daba a la cocina y sacó dos vasos y una jarra con agua del interior.

- Si quieres algo más, tendré que entrar...
- ¡No te preocupes!
- ¡Bueno, dime!
- Es sólo que... te quería pedir perdón- Kolet parpadeó y TaeHyung siguió. Quería decir aquello deprisa, sabía que Kolet se había hecho ilusiones con anterioridad y, al decir aquello, veía que se las estaba volviendo a hacer- me he acostado contigo una y otra vez, pero quiero decirte que...
- ¡Yo siento lo mismo, TaeHyung!- se adelantó Kolet, emocionado- me gustas muchísimo desde hace un montón de tiempo y estaba esperando a que esto pasara, ¡y ha pasado! ¡Genial, sabía que pasaría!

Sin más, se levantó y, por encima de la mesa, besó a TaeHyung. Al ver que el chico estaba estático y no correspondía al beso, se separó.

- Kolet, es lo que venía a decirte- dijo TaeHyung- te valoro y te quiero mucho... pero como amigo. Sé que no debería haberme aprovechado de ti, pero sentía atracción hacia ti, no obstante, eso fue lo único que sentí, atracción física y eso ya pasó. De verdad que lo siento. Sé que te he hecho y te estoy haciendo daño. Por eso he venido. Para que sigas adelante.

Notó como Kolet estaba aguantando el aire. Finalmente el chico bebió agua.

- Oh... bueno... claro... lo entiendo. Pues... amigos entonces- dijo, forzando una sonrisa.

TaeHyung asintió y se levantó. Sabía que Kolet no querría estar con él, ni con él, ni con nadie.

Y, sintiéndose la persona más miserable del mundo, enfiló el camino hacia su casa. No había caminado ni veinte pasos cuando algo, o más bien alguien, llamó su atención.

- No me has llamado, me siento insultado- dijo una voz grave, fingiendo melancolía.

TaeHyung, que conocía a la perfección al propietario de dicha voz, se giró y vio a JungKook dentro de un coche azul oscuro.

- Estaba ocupado...
- ¿Para mí también?
- Sobre todo para ti.
- ¿Y ahora estás libre?
- Sí.
- ¿Quieres venir a mi casa para empezar esas clases?
- ¿Por qué no?

JungKook sonrió y TaeHyung subió al coche del hombre.

- En realidad vivo ahí mismo- dijo, señalando la casa que estaba justo en la de en frente de Kolet.
- ¿Estás de coña?
- No, ¿por qué?- preguntó serio, mientras el garaje se abría y entraban.
- Conozco a tu vecino de en frente- dijo, con cierta amargura.

JungKook sonrió.

- ¿A Kolet?- JungKook se quedó un momento pensativo, mirando a TaeHyung- así que tú eres el famoso chico asiático del que me habló Kolet...
- ¿Te habló de mí?
- Me dijo que estaba pillado de un chico asiático, o sea tú. Me dijo que no hacía más que acostarse con él y ceder a todo lo que decía para, algún día, salir con él.
- Dicho así, acabo de quedar como la mierda.

JungKook chasqueó la lengua y condujo a TaeHyung hacia la cocina. Abrió la nevera y sacó un par de refrescos.

- Desde mi punto de vista: tú nunca le hablaste de relación porque tú nunca quisiste una relación, para ti sólo era sexo porque era lo que tú querías. Si él quería una relación, te lo tendría que haber dicho, hablar del tema, no andar fantaseando con que cediendo en todo acabaría teniendo una relación de ensueño contigo.
- Yo sabía que él quería una relación porque se lo notaba e intentó decírmelo varias veces. Además, nuestro amigo Irai me lo dijo hace cosa de unos meses.
- Vale, entonces te comportaste como la mierda con él.

TaeHyung suspiró y bebió de su lata de refresco.

- ¿En serio te hablaba de mí?
- Él no tiene hermanos mayores y soy el tío joven homosexual que vive frente a él. Hablamos de esas cosas... yo le decía que pasara de ti, que sólo buscabas follar... pero no me hizo caso, decía que contigo no podía parar. Ahora que te he visto, bueno, comprendo que no te dijera que no, tienes un buen viaje.

Si TaeHyung hubiera estado bebiendo de su lata, posiblemente se hubiera atragantado. Por suerte, no estaba bebiendo y pudo conservar su dignidad en una respuesta altanera.

- Sí, lo sé, yo también me considero muy atractivo.

JungKook rio.

- ¿Tú no me ibas a ayudar a practicar?
- Sí, es verdad... tenemos el resto de la tarde... podemos practicar lo que quieras...- dijo JungKook, sonriendo.

TaeHyung sonrió y siguió a JungKook a la habitación donde tenía su chelo, con la impresión de que aquella tarde no sólo tocaría aquel chelo.

La Terapia de TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora