Encontrando el amor (Mario x Rosalina)

El plan de Lana

Seis meses después:

Mario se encontraba volando libremente por el último universo consumido por las sombras. Durante los últimos meses había entrenado duramente sus poderes junto a Rosalina, llegando al punto en que ambos los dominaban casi a la perfección. Ahora él era capaz de volar sin necesidad de ningún power-up, abrir portales entre universos, y hasta ganó inmunidad al fuego, no importando que tan fuerte sea este.

En cuestión de segundos encontró el haz de luz que lo guiaría hasta el centro del universo en una operación que habia repetido ya varias veces. Una vez que pudo vislumbrar el núcleo del universo se preparó para lo que iba a suceder, por lo que envolvió sus manos en fuego y paró en seco cerca del núcleo, tras lo que comenzó a lanzar fuego en todas las direcciones destruyendo todas las sombras que se le acercaban. Comenzó a flotar poco a poco hacia el núcleo mientras seguía disparandole a las sombras, lo tomó entre sus manos y procedió a restaurarlo.

Mientras todo esto sucedía, Rosalina se encontraba en el observatorio regando las flores del jardín. Un portal se abrió detras de ella, y del mismo salió Mario caminando como si estuviera saliendo de una tienda. Ella volteo, viendo como cerraba el portal detrás de él.

Rosalina (sonriendo) : Que bueno que ya volviste.

Mario (suspira) : Lo mismo digo, ya estoy en casa (se acerca a Rosalina y la toma de la cintura) ya estoy contigo.

Rosalina : ¿Y que tal?

Mario : Pues, lo más sorprendente fue el guardián de este universo ... era un goomba, ¿puedes creerlo? ¡un goomba! Con razón es el 999.

Rosalina : Sí, puedo creerlo, si este universo esta lleno de cosas raras no me imagino los demás.

Mario : Pero ya estoy aqui, así que (voz seductora) que dices si nos encerramos en una habitación por un buen tiempo.

Rosalina (sonrojada) : Marioooo ... jejejeje ... no digas esas cosas.

Mario : ¿Porque no? Extraño tus dulces labios, tu suave piel y tus gentiles caricias. Hace un buen tiempo que no tenemos un momento a solas.

Rosalina : Bueno ... siendo honesta ... creo que yo también necesito otro de esos momentos.

Mario : ¿Tu habitación o la mía?

Rosalina : La tuya, me gusta la ambientación que da la tenue luz de las estrellas entrando por la cúpula.

Mario : Pues entonces vamos antes de que los destellos noten que no estas.

Mario salió corriendo hacia su habitación mientras llevaba a Rosalina de la mano. Ambos iban riendo, y al entrar a la habitación, Mario cerró la puerta con llave. Al darse la vuelta fue recibido por un beso de Rosalina, tras lo que la abrazó fuertemente. Ambos retrocedieron un poco, acercandose a la cama, tras lo que Mario empujó juguetonamente a Rosalina hacia la cama, en la cual ella se dejó caer de espaldas. Mario se quitó los zapatos y se subió a la cama, tras lo que siguieron su pequeño jugueteo, besandose y llenandose de caricias. No necesitaban nada más íntimo, con esto les bastaba para disfrutar de su amor.

Durante los últimos meses habian mantenido esos impulsos a raya, pues querían acostumbrar a los destellos a la ocasional muestra de cariño. Frente a ellos solo se tomaban de la mano, se sentaban a la par del otro bastante pegaditos, se daban prolongados abrazos, y de vez en cuando se daban un corto beso en los labios. El resto del tiempo lo pasaban jugando con los destellos, quienes ya se habian acostumbrado a tener a Mario como parte de la familia.