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Estaba más que listo para salir con su novio. Esta tarde Hoseok le había propuesto pasar un momento juntos, y claro que no se negaría a ello, si lo que más quería era estar junto a él.

Ayer había sido el primer día de trabajo de su novio, y ahora que lo recordaba no evitaba reír por lo bajo.

El pelinegro se volvió loco al no saber cómo usar una caja registradora, más aparte al no entender el tablón de números que se posicionaba enfrente del pequeño monitor, todo aquello le parecía bastante tierno a Jimin, ya que las expresiones que Hoseok armaba al mostrarse disgustado se miraban tan lindas en su rostro.

Pero también, no podía evitar sentirse mal.

La ola de tristeza le había golpeado ayer por la madrugada al mirar que Hoseok se estaba estresando mucho más por el trabajo. Aunque al inicio le pareció divertido sus molestias, al final terminó entendiendo que eso estaba sucediendo por su culpa.

Si nunca hubiese tenido a ese niño, nada de esto estaría sucediendo.

A pesar de que trataba que su cabeza no formulará a Kwan como un error, aquella pizca de odio cada día iba haciéndose más grande.

Todo estaba pasando por los descuidos que había tenido a su temprana edad, ¿que le costaba el utilizar de un método anticonceptivo?.

Ahora por su culpa estaba haciendo trabajar a un joven, que descuidaba poco a poco sus estudios.

En estos instantes Jimin se estaba odiando en todos los sentidos posibles. Se detestaba en lo más mínimo, sentía tantas cosas acomuladas en su pecho que le causaban el no poder respirar bien por unos segundos.

Con comezón en la nariz se levanta de la cama y toma en un movimiento brusco la mano de su hijo, para después salir de su habitación.

Hoseok le acababa de avisar por un mensaje de texto que ya se encontraba afuera de su casa, y sin quererlo hacer esperar decidió bajar rápido las escelras.

Cuando estaba atravesando la sala se pudo dar cuenta de que su padre le observaba, deteniéndose por unos momentos mira como su progenitor le sonrie, cosa que no había visto desde hace mucho tiempo.

Una emoción grande se formo desde el centro de su corazón, y una melancolia desprendiente de su pecho causó que sintiera un picor en sus ojos.

Su padre nunca había estado de acuerdo con las decisiones que tomaba su madre respecto a él, pero como le habían amenazado con los trámites del divorcio, decidió ceder ante todo lo que ella opinara y demandará.

Quizás por esa razón el se limitaba a mostrarle un poco de afecto.

Teniendo su corazón adolorido no sabe que hacer, si ignorar aquel gesto de su progenitor o simplemente corresponder a esa sonrisa que ya le estaba haciendo lagrimear.

Apretando sus labios suelta el aire que contenían con fuerza sus pulmones, para poder expandir sus labios y corresponder a ese cálido pedazo de afecto.

Antes de poder hacerlo siente como su madre le llama por su nombre, ocasionando que los bellos de su piel se hericen y sienta esa necesidad tan grande de salir corriendo del lugar.

Con los ojos cerrados y presionandolos un poco, puede escuchar una vez más como su progenitora le llama para que le preste atención.

— Jimin. — repite con voz sonora desde la barra de la cocina.

No queriendo hace caso y se da vuelta lentamente, encontrándose poco a poco con el ceño fastidiado de su madre.

La señora Park demandaba mucha molestia, sus cejas se encontraban en alto mostrando una pizca de superioridad ante los ojos de hijo.

Amorette ➸ HopeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora