chapter thirteen

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Hola! La verdad es que este no es un capítulo y lo siento muchísimo :( he estado muy ocupada con la universidad, pero...

Na, que es broma. Perdón por la ausencia, espero os guste!




chapter thirteen

Cuando Alba comenzó a despertar a la mañana siguiente no pudo evitar soltar una sonrisa cansada cuando rememoró los acontecimientos de la noche anterior. Recordar cada una de las cosas con lujo de detalles hizo que su corazón comenzase a latir un poco más rápido contra su pecho, y el solo hecho de volver a pensar en la persona con que había compartido y a la cual se había entregado completamente era la misma chica que ahora dormía escondida en su cuello con un brazo al rededor de su cintura, aún ajena a lo que sucedía a su alrededor, hizo que su pulso se acelerase aún más. Sin duda de lo que estaba más segura era de que no se arrepentía para nada.

Abrió los ojos con lentitud dejando que se acostumbrasen a la luz que se colaba por entre sus cortinas, levantó los brazos por sobre su cabeza para desperezarse, y escuchó como la pelirroja soltaba un pequeño quejido porque probablemente se estaba moviendo mucho. No pudo evitar que la sonrisa de su rostro creciera aún más al encontrarla aún dormida plácidamente apoyada en su pecho y que su brazo que Alba pensó que rodeaba su cintura, en realidad estaba ocupado atrapando uno de sus pechos. Quiso reír porque no pensó que a Natalia le gustarían tanto sus pechos ya que a ella misma algunas veces se sintió acomplejada por el tamaño de éstos, aunque no podía sacar de su cabeza la forma en la que la noche anterior los mimó, y es por esa misma razón que cuando la chica de los ojos oscuros volvió a suspirar en la sensible piel de su cuello, que Alba sintió como un escalofrío la recorría de pies a cabeza. Y definitivamente no se debía al frío, porque a pesar de la temperatura de su habitación, en los brazos de la chica con la que compartió su cama se sentía más que calentita y a gusto.

Decidió que quería despertarla porque no aguantaba más sin ver sus ojos o sus rojas mejillas producto de la timidez que la caracteriza, así que le cogió las mejillas para sacarla del escondite de su cuello y cuando vio como un puchero se formaba en sus labios sospechó que no estaba dormida del todo. Comenzó a llenarle la carita de besos juguetones, en las mejillas, en la punta de la nariz, en la comisura de los labios... en todas partes. Fue luego de un par que comenzó a escuchar las pequeñas risitas que se le escapaban, los cuales sin darse cuenta, no hicieron más que acelerarle el corazón y despertar un par de mariposas que empezaron a revolotear por toda su tripa. Se separó para buscar sus ojos, y cuando los encontró, no pudo evitar perderse en el café de éstos. Verlos terminaron de quitarle el sueño que aún le quedaba, más efectivos que una taza de cafeína del mismo color.

Natalia le sonrió con timidez antes de susurrar un, "Buenos días, Albi."

Pero Alba no tenía muchas intenciones de hablar, la verdad.

Así que se lanzó a besar sus labios, cerrando los ojos otra vez. Perdiéndose en su boca y en la rápida respuesta que recibió. Solo fue consciente de su desnudez aún completa cuando se subió para sentarse a horcajadas en el cuerpo de su mejor amiga, y su acalorado centro hizo contacto directo con el marcado abdomen de Natalia. No pudo evitar ahogar un gemido dentro del beso que aún compartían y que poco a poco la encendía aún más, sobre todo cuando sintió como las manos de la chica de los ojos cafés atrapaban su cadera y la pegaban contra su cuerpo. Ahora se le hizo imposible callar el jadeo que le provocó aquel contacto, así que lo dejó libre. Al mismo tiempo dejó caer su cuello hacia atrás y cerró los ojos, y si los hubiese tenido abiertos habría notado la forma en la que las pupilas de la pelirroja se dilataron con rapidez al verla tan entregada al placer que la consumía.

Natalia se acercó a besar su cuello en un acto de valentía producto del momento, y Alba como respuesta entrelazó sus dedos en su nuca para atraerla aún más hacia su cuerpo. Se perdió en las sensaciones que le regalaban los labios de su mejor amiga al alternar besos y pequeños mordiscos en la sensible piel de su cuello, hasta que notó su erección cuando se acomodó en su regazo. Fue ahora el momento en el que la pelirroja soltó un jadeo contra su piel, el cual se repitió cuando Alba comenzó a moverse sobre su polla, estimulándose a sí misma en el proceso. Deslizó sus caderas hacia adelante y hacia atrás, atrapando el miembro de Natalia entre sus piernas, lubricándolo en el proceso.

Remember everything will be alright || (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora