Parte 154

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¿Te ha pasado que de tanto darle vueltas a un asunto terminas creando situaciones irreales?

A veces Matthew se daba cuenta que su mente estaba tan llena de miedos que se nubla su razón y crea posibilidades ficticias que parecen tan reales que son difíciles de discernir entre lo real y lo ficticio.

¿Qué lo hizo pensar que su hermano era homofóbico?

¿Por qué no lo seria?

Elizabeta era su mejor amiga, era una chica ruda que no se dejaba intimidar por nadie y se dolía de ser nombrada como: "marimacha" cuando lo único que ella hacia era ser ella misma y defenderse de los chicos que no entendían un no por respuesta.

Matthew pensaba que, si ella entendía el rechazo y lo doloroso que era, no tendría problemas con sus preferencias. Pero no, Elizabeta dejo de hablarse un tiempo, sino porque pensó que quería tener algo con Roderich y la quería sacar del camino.

Ella hizo suposiciones falsas sobre él, y Matthew se había indignado al ser tomado como un chico estereotipado gay que solo buscaba chicos lindos para cogérselos.

Las cosas se habían aclarado entre ellos, y ahora sus mejores amigos estaban juntos. Y él no podría estar más feliz por ellos.

Y entonces el mismo encontró una persona con quien hacer latir su corazón: Francis.

En el momento en que su grupo se enteró de sus preferencias al verlo caminar de la mano con otro chico, el alumnado se dividió.

Estaban los que les daba lo mismo, los que lo apoyaban y los que les daba asco.

Había pasado tantas clases usando sus audífonos a todo volumen para ignorar las palabras contra él, que se había asegurado de no entrar en el mismo grupo que esas personas en el siguiente semestre.

No estaba seguro de poder aguantar ni por un minuto más las palabras hirientes de sus compañeros.

Podía admitir para sí mismo que en algún punto había detestado a Alfred.

El, un chico perfecto con amigos y profesores que lo estimaban. Un ejemplo perfecto de la heterosexualidad.

Pero se había equivocado.

Matthew, quien se indignaba de ser estereotipado, hacia justo lo mismo con su hermano.

Había asumido cosas sin saber el contexto real.

Se había dejado llevar por las apariencias.

Alfred, que se parecía tanto a él, pero que representaba todo lo que otros querían que él fuera.

Alfred, quien tenía problemas y no temía hablarlos con otros.

Alfred, quien se creía solo, pero estaba rodeado de amigos que siempre lo apoyaría.

Alfred, que besaba a otro chico sin temor.

Alfred, quien declaraba vivir para sí mismo sin importar los demás.

Alfred, quien había sido lastimado por él.

Alfred, su querido hermano.

A quien juzgo sin razón alguna.

Alfred quien se merecía una disculpa.

Compras la hamburguesa y sales directo al salón de tu hermano.

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora