𝘣𝘦𝘢𝘶𝘵𝘪𝘧𝘶𝘭 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶

único.

Jungkook se acomodó una vez más la máscara sobre su rostro, se moría de calor con ella pero Taehyung le pidió estrictamente que no se la quitara puesto que aquel era el chiste de la temática, nadie en esa fiesta podía saber quién era quién todo se quedaría en el misterio y sí tenían suerte entonces se encontrarían afuera en algún momento. Aquel el día de los enamorados las fiestas de aquel muchacho eran una salvación para los solteros que no querían pasar solos la fecha, quizás de esa manera conocerían a alguien para lo que resta de la noche y si la conexión era más profunda que eso las cosas podrían prolongarse por mucho más tiempo.

Taehyung podría decirse que es un tipo de cupido, es el tipo de chico soñador que adora el amor y las cosas dulces manteniendo en la ironía que no tenía pareja, cosa que no es más que su propia decisión porque la lista de pretendientes es larga para él y por su causa es que ahora está allí junto a las bebidas mientras lo escucha parlotear sobre la película que vió la noche anterior.

El plan para Jungkook aquel día era irse a dormir temprano luego de haber visto el canal de deportes, anteriormente habría estado con su ex pareja Jimin pero las cosas entre ellos no terminaron funcionando bien al final y decidieron que sería mejor dejarlo en una sana relación entre amigos puesto que pese a los problemas, no tenían porque tirar su amistad a la basura y olvidarla.

Aún mantenían contacto y algunas veces habían salido por café, él se ve bastante feliz, le comentó hace poco que comenzó a salir con alguien y Jungkook sólo le deseo mucha suerte y felicidad.

En cuánto a él, decidió que por el momento estaría sólo, aguardaría y no se precipitaría en el campo complejo del amor, ya llegaría alguien a su vida de nuevo.

"Jeon Jungkook, ¿ya vas a prestarme atención?" Se quejó Taehyung a su lado con un puchero sobresaliendo de sus labios.

"¡L-lo siento Tae! Sólo... estaba divagando" se excusó inmediatamente con pena, su amigo por su lado soltó un gran suspiro y asintió.

"Creo que es hora de que vayas a bailar" lo tomó del brazó y comenzó a llevarlo hacía la pista.

"¡No!, Tae, sabes que las baladas no son lo mío" comenzó a quejarse resistiéndose al agarre fuerte de su amigo.

"Deja de lloriquear, Jeon, es mi fiesta y nadie se queda de pie sin haber bailado al menos una vez, anda y hazme sentir orgulloso" y con un movimiento ágil lo lanzó en la pista provocando que por un momento perdiera el equilibrio y chocara bruscamente con algunas personas.

Quienes de inmediato le brindaron miradas y gruñidos en desaprobación, él sólo pudo disculparse en voz baja y tímida mientras se alejaba lentamente de espaldas.

Por está acción nuevamente chocó con alguien, estuvo a punto de hacer una especie de berrinche e ir a buscar a Taehyung para darle un golpe en la cabeza por haberle hecho ir a aquella fiesta cuando podría estar disfrutando de sus sábanas cálidas y con olor a jazmín.

Sin embargo, no se esperó que al girarse para disculparse por su torpeza de nuevo encontraría a un ángel, un hermoso ángel.

Vestido con un formal traje blanco y un antifaz color dorado que cubría gran parte de su rostro, frente a él había un hombre algunos centímetros más bajo que él, delgado y precioso como si hubiese venido del mismísimo paraíso.

No podía ver su rostro completo, pero aquellos ojos prometían tanto que dejar de verlos era una tarea tan complicada que no sabría si podría cumplir con ella.

"Dicen que el amor llega en el momento menos esperado, pero no sabía que iba a ser tan doloroso, ¡diablos!" La voz melodiosa que provino de aquel ser divino hizo sentir a Jungkook en una especie de trance por un instante, quizás en realidad se había quedado en su casa y estaba soñando.